Honor al revolucionario cabal, al hombre de carne y hueso que
demostró que Las utopías no mueren y cambiar el mundo siempre ha sido posible
Darío Alejandro Paulino
Escobar
Desinformémonos
27 noviembre 2016
La Habana, Cuba / Desinformémonos. No podíamos esperar hasta
el 27. Tampoco nos avisaron de otros puntuales homenajes de cuota cerrada.
Fidel Castro es un patrimonio popular y más que todo juvenil, por tanto,
también nos pertenece. No queríamos esperar. No hacía falta. La Red de Jóvenes
Anticapitalistas, el Proyecto Nuestra América, el Centro Martin Luther King, el
Colectivo Pangea, y miembros de los movimientos sociales de América Latina,
jóvenes revolucionarios todos, nos reunimos ayer para marchar desde las calles
25 y L hasta el Malecón habanero para rendirle tributo al cubano más importante
de los últimos cien años de historia.
Lo hicimos con seriedad,
pero también con alegría. Cantamos los himnos del 26 de Julio y de Bayamo,
leímos poemas dedicados a Fidel, lanzamos flores al mar en un barco de papel y
después conversamos como tantas veces sobre el presente y futuro de la
Revolución Cubana. Creemos que las vanguardias todas, y más las políticas,
deben guiar las pasiones y energías de los pueblos en los momentos claves de la
historia. Pensamos que no hay que esperar por las convocatorias oficiales para
ser patriota y revolucionario cubano. Sentimos que los honores no deben ser
solo luctuosos, sino también alegres y enérgicos.
Lo que hicimos y haremos
es ser consecuentes en pensamiento y acción con Fidel Castro y sus compañeros
de lucha. Ellos no dudaron en asaltar el Moncada, a riesgo de sus propias
vidas, a riesgo de ser tildados de inmaduros y putchistas, a riesgo de no ser
comprendidos. No creemos en las casualidades, creemos en las causalidades.
Fidel Castro Ruz murió el día de la publicación, por primera vez en Cuba, de la
biografía de Ernesto Che Guevara en la Casa de las Américas. Murió el día, casi
justo a la hora, en que sesenta años antes partieran del puerto de Tuxpan, en
el estado de mexicano de Veracruz, a “ser
libres o mártires”. Incluso para morir Fidel tuvo “sentido del momento histórico”.
En estos días
acompañaremos los homenajes oficiales del Estado, Gobierno y pueblo en general,
pero invitamos a todos los cubanos, en cualquier parte del mundo, a servirle
honores, de manera privada o pública, al político humanista de la Revolución
Cubana, al revolucionario cabal, al hombre de carne y hueso que demostró, en
noventa años intensamente vividos, que las utopías no mueren y que cambiar el
mundo siempre ha sido posible. No podemos esperar. No hace falta. Él nunca lo
hizo. Nos convoca Fidel.
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