Escrito por Carolina
Aranda
Fotos de: Nicolás Parodi
Agencia de Noticias
Ciencias de la comunicación
28/09/2016
A dos años de la desaparición de los 43 estudiantes
normalistas, la Asociación de Mexicanos en Argentina organizó una semana de
acciones. Cristina Bautista, mamá de una de las víctimas, dialogó con ANCCOM.
A dos años de la
desaparición forzada de los 43 estudiantes mexicanos de la Escuela Normal Rural
de Ayotzinapa, en la localidad de Iguala, en el Estado de Guerrero, Cristina Bautista,
madre de Benjamín Ascencio Bautista, uno de las víctimas, visitó Argentina para
hacer visible el reclamo por el paradero de los normalistas. Las actividades
organizadas por la Asamblea de Mexicanos en Argentina se extendieron desde el
jueves hasta el martes último e incluyeron charlas, manifestaciones callejeras,
marchas y reuniones con referentes de organismos de derechos humanos. Las
múltiples acciones buscaron dejar de manifiesto que el caso sigue impune, y que
los padres y madres mantienen su reclamo al gobierno mexicano, a quien exigen
se disponga a esclarecer los hechos.
La versión oficial de la
desaparición de los estudiantes dice que los jóvenes habían sido atacados y
detenidos por policías municipales, y luego entregados al cártel criminal y de
narcotráfico Guerreros Unidos,
quienes los habrían asesinado e incinerado en la ciudad contigua, llamada
Cocula. Pero los familiares se niegan a aceptarla, ya que el Grupo
Interdisciplinario de Expertos Internacionales (GIEI) comprobó que la versión no
era cierta, a partir de un video que registra irregularidades en la
investigación. Allí pudo constatarse que Tomás Zerón, el director de la Agencia
de Seguridad Criminal -encargada de investigar el caso en la estructura del
Estado- estuvo en el basurero de Cocula, antes de que se encontraran allí los
restos incinerados de un estudiante, sin que su presencia se consignara en el
expediente. Además, el GIEI plantea que en el video se ve cómo los agentes
federales impiden pasar al Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) que
asiste a los familiares de las víctimas en la investigación, mientras se ve
a Zerón deambular en el lugar. A partir
de esto, se piensa que podría haber habido pruebas implantadas en la versión
oficial, y por esta razón los padres y madres de los 43 estudiantes buscan que
no se abandone el caso, y luchan por la aparición de sus hijos.
Apoyo
internacional
La llamada Semana por Ayotzinapa en Buenos Aires se inició el
jueves último con la participación de Cristina Bautista, la Asamblea de
Mexicanos en Argentina y demás asociaciones convocantes en la ronda de las
Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora en Plaza de Mayo, una visita a la sede
de Abuelas de Plaza de Mayo y, por último, una “pegatina por los 43 por la calle México”, desde su cruce con
Avenida La Plata. Durante esta actividad, ANCCOM dialogó con Cristina Bautista,
quien expresó la importancia de que la calle que lleva el nombre de su país en
la capital de la Argentina tenga el rostro de los 43 normalistas y su mensaje.
Afirmó que le da fuerza saber que Buenos Aires conoce el caso Ayotzinapa “porque es importante el apoyo
internacional, en especial porque ejerce presión al gobierno mexicano para
esclarecer los hechos”. Por esta razón considera que fue de suma
importancia su encuentro con Madres y Abuelas de Plaza de mayo, porque pudo
conocer más en profundidad su experiencia, su largo recorrido, y abrigarse con
su apoyo: “Me dijeron que cuando hacen la
ronda de los jueves ellas siempre exigen la aparición con vida de los 43
normalistas. Me contaron su historia, y cómo empezó su fundación. Me dieron
ánimo, fuerzas, para que sigamos adelante en la lucha por nuestros hijos, y
también como hicieron las Abuelas a lo largo de los años por sus nietos. Yo les
dije que eso vamos a hacer, porque esto no se acaba un día 26 de septiembre,
esto sigue, realmente queremos llegar a la verdad”. El apoyo internacional
también llegó desde la Organización de las Naciones Unidas (ONU) la semana
pasada, cuando el Representante en México del Alto Comisionado de las Naciones
Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) visitó la Escuela Normal Rural de
Ayotzinapa.
Arsinoé Orihuela, uno de
los referentes de la Asamblea de Mexicanos en Argentina que recibió a la mamá
del estudiante, dijo a ANCCOM que la reunión con organizaciones de Derechos
Humanos es importante para poder decirle al mundo que México está en un momento
difícil donde continuamente hay desapariciones, homicidios, torturas a presos
políticos y no políticos, y detenciones arbitrarias “por eso la demanda hacia el gobierno mexicano se hace extensiva hacia
todas las desapariciones forzadas en México”, remarcó.
Para Orihuela, el caso de
los 43 estudiantes produjo una inflexión en la historia de su país, como
ocurrió en 1968 con la masacre de Tlatelolco, en la que el ejército mexicano
disparó contra una multitud de estudiantes que se manifestaban en demanda de
mayor libertad de expresión. Además, consideró que es fuerte simbólicamente “porque los 43 estudiantes de Ayotzinapa se
trasladaban a Iguala para recaudar fondos, justamente, para poder asistir a la
marcha en conmemoración por la masacre de los estudiantes de Tlatelolco del
’68”.
Lo que
muestra Ayotzinapa
En la marcha hacia la cancillería mexicana en Argentina del
último jueves, Cristina Bautista entregó a los funcionarios diplomáticos de su
país un documento para pedir que se reanude la investigación que el gobierno de
Enrique Peña Nieto pretende dar por concluida. Para Arsinoé Orihuela el caso de
Ayotzinapa impactó más que otros que vienen ocurriendo a la sociedad mexicana
porque concentra los peores elementos de violencia institucional como “la agresión estatal contra sectores de la
población pobre y estudiantes, en un contexto de reformas privatizadoras que
apuntan a abrir los mercados al exterior
(como lo es desde 1994 el Tratado
de Libre Comercio entre Estados Unidos, Canadá y México) que perjudican a la población con menos recursos”, aseguró.
Orihuela analizó también
que la desaparición de los 43 estudiantes desacredita la estrategia que propone
Estados Unidos sobre la utilización de las fuerzas armadas para combatir el
narcotráfico, ya que demuestra que parte del Estado está involucrado con
aquello que dice combatir, y que la violencia se ejerció, en realidad, contra
estudiantes. “El narcotráfico reemplazó
al petróleo como primera fuente de ingresos en México”, reflexionó
Orihuela, y agregó que se utiliza la guerra
contra el narcotráfico como modalidad de guerra sucia, “porque en realidad es una estrategia para eliminar por la fuerza todo
lo que se considere una amenaza a lo dominante”. En ese sentido, dijo que
las escuelas rurales son una “piedra en
el zapato” para las medidas neoliberales que aplica el Estado, por la
fuerte formación política que ejerce en sectores necesitados económicamente.
Mientras continúan
difundiendo internacionalmente la desaparición de sus hijos, la lucha de
Cristina Bautista y las demás madres y padres de los 43, siguen manifestándose
dentro de México donde recientemente se nombró a Zerón como Secretario Técnico
de Seguridad Nacional, luego de su renuncia al cargo de director de la Agencia
de Seguridad Criminal. En relación a esta designación, la mamá de Benjamín
Ascencio Bautista dijo: “Si en Ayotzinapa
Tomás Zerón desvió las investigaciones del paradero de nuestros hijos,
imagínense qué podrá hacer como persona de Seguridad Nacional. Como madres y
padres de familia nosotros tenemos la tarea de salir a dar la información de lo
que estamos viviendo realmente y no como lo expresa el gobierno mexicano en sus
medios de comunicación”.
Mientras pegaba el rostro
de su hijo y el de los demás estudiantes desaparecidos en cada esquina de la
calle México, Cristina Bautistas aseguró que no se van a rendir: “Vamos a salir a difundir porque queremos la
unidad y la fuerza, y que se sepa la verdad”.
- “¡Ayotzi vive!”, gritaban los
manifestantes por las calles del barrio de Monserrat.
- “¡La lucha sigue y sigue!”,
contestaban decenas de personas el jueves, mientras pegaban las fotos de los 43 estudiantes desaparecidos.
La madre de Benjamín
Ascencio Baustista llevaba la foto de su hijo colgada del pecho. Su bandera.
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