FUE EL
ESTADO, ES EL ESTADO – COMUNICADO
Colectivo El Rostro de Julio.
MEMORIA
Se cumplen los primeros 2 años de la noche de iguala. Desde
aquél 26 de septiembre de 2014, las familias de los normalistas desaparecidos,
heridos y asesinados, saben lo que es vivir con una herida abierta. Es un dolor
que no te deja, que a veces crece más y que luego puede que se tranquilice,
pero nunca se va. El dolor de las familias convive con el coraje cotidiano de
escuchar promesas, pretextos, mentiras y en general, la profesional elocuencia
del estado mexicano (así, con minúsculas). Lo que hoy nos consta, es que
ninguna instancia gubernamental tiene la voluntad de resolver nada, sino de
administrar la crisis de opinión pública que aún les genera lo ocurrido en
Iguala, Guerrero.
Dicen desde el mismo
gobierno que a los normalistas los mató el narco, que los quemó y que esparció
las cenizas. Ni ellos mismos se creen esa mentira. En una entrevista reciente,
el mismísimo Peña Nieto dijo que tampoco sabe qué pasó con los jóvenes
normalistas, pero que hay más de 100 personas detenidas. Nadie sabe si son
responsables, pero están detenidas. Peña no dice que los expedientes son un
laberinto de miles de tomos distribuidos en Tamaulipas, Nayarit, Veracruz,
Estado de México, Guerrero y en la Ciudad de México. ¿Quién decidió tal
dispersión de datos?, ¿quién mantiene esa extrema dificultad para el trabajo
legal en busca de justicia. No son los Guerreros Unidos quienes dividieron las
causas penales dificultando el trabajo legal, eso también lo sabemos.
"No hay una sola petición de los padres de los
normalistas o de sus representantes, que no se haya cumplido" dice Roberto Campa,
subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación. En su
desfile por medios de comunicación a modo omite decir que se les ha exigido
dejar de proteger a los militares y abrir las puertas de los cuarteles. Sobre
el caso de Julio César Mondragón Fontes hemos exigido, entre otras demandas no
cumplidas, que investiguen el origen de la primera fotografía de su cuerpo que
circuló por las redes sociales el 27 de septiembre de 2016.
Pero no es dolor y coraje
lo único que sienten las familias de los normalistas de Ayotzinapa. En 2 años
son incontables las muestras de solidaridad que han recibido. A veces más, a
veces menos, pero es falso decir que su lucha por la justicia se apaga.
Continúa, pues es de largo aliento, con muchas dificultades y tropiezos. Con
pequeños logros que ayudan a mantener la esperanza.
¿Qué podemos hacer cuando
desaparecen a 43 estudiantes normalistas en Guerrero?, ¿qué se puede hacer
cuando hieren de gravedad a decenas más?, ¿qué se puede hacer cuando agentes
del Estado asesinan a 6 personas más?, ¿qué se debe hacer cuando a uno de ellos
le arrancaron el rostro y arrojaron su cuerpo a la madrugada?
Eso mismo nos
preguntábamos hace casi 2 años, antes de conformar el Colectivo El Rostro de
Julio. Primero fue la abogada Sayuri Herrera quien, a petición de la familia,
acudió a asesorarles y representarles. Ya por 2015 empezamos a reunirnos más
seguido, siempre con la pregunta, ¿qué podemos hacer para conseguir Memoria,
Verdad, Justicia y Reparación para Julio César Mondragón Fontes?
VERDAD
Sin tener la respuesta exacta, científicamente demostrada,
comenzamos a trabajar. Realizamos infinidad de viajes, escritos judiciales, una
página web, perfiles de redes sociales, blogs, comunicados, crónicas,
entrevistas, videos, eventos públicos, campañas, mantas, murales, conferencias,
reuniones y más reuniones y conseguimos que se realizara la exhumación del
cuerpo de Julio. Esperamos que de algo haya servido todo esto. Lo hicimos con
(escasos) recursos propios, boteos y generosas donaciones de personas con las
que siempre estaremos agradecidxs.
A dos años del asesinato
de Julio seguimos sin Justicia. Pero esto no nos desanima, nos da más coraje y
valor para acompañar la promesa que Marisa le hizo a su esposo: que lucharía
para que su muerte no quedara impune.
Hoy no tenemos la certeza
de lo qué pasó al rostro de Julio, de quiénes lo mataron ni porqué. Sabemos que
la Comisión Nacional de Derechos Humanos tampoco lo sabe, pero hace como que
sí. Sabemos que el Estado, en sus 3 niveles de gobierno, sigue obstaculizando
la lucha por la justicia.
Entre tanta incertidumbre
tenemos una certeza: que seguiremos luchando. Como podamos, con quienes podamos
y a pesar de que la vida de por sí es difícil. Seguiremos porque así lo hacen
dignamente las familias de los desaparecidxs de todo México, de lxs asesinadxs,
de lxs heridxs. Sabemos que la lucha no va sola, sino que la acompañan
organizaciones, colectivos y personas en lo individual. Todo a pesar de la
desesperanza que deja el tiempo y la impunidad que respiramos a diario. Una vez
más, a todxs ellos, lxs abrazamos y les decimos que su dolor es nuestro, que la
lucha sigue.
JUSTICIA
Julio no es el "estudiante
desollado" cuyo nombre olvidó Murillo Karam cuando anunció su "verdad histórica". Para
nosotrxs Julio es el normalista, el esposo, el padre, el sobrino, el hijo, el
poeta, el deportista, el alegre, el serio, el trabajador, el callado, el amigo,
el compañero y los ojos que viven en su hija.
Seguiremos luchando por
Justicia. Como con Tlatelolco y Aguas Blancas, como con Acteal y el Charco,
como con Atenco y El Bosque, no olvidamos.
Pasarán los aniversarios,
los discursos, las promesas y también nosotrxs pasaremos algún día, pero lo
permanente es el grito poderoso de ¡JUSTICIA!,
¡VIVOS SE LOS LLEVARON, VIVOS LOS QUEREMOS!
Atentamente:
Colectivo El Rostro de Julio.
Memoria, Verdad, Justicia y Reparación para Julio César
Mondragón Fontes.
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