(Por Paula Daporta y
Facundo Di Cuollo | Lo Menos Pensado).
enviado por Agencia Para
La Libertad, periodismo es intervención social
Red Latina sin fronteras
Publicado: 19 julio, 2016
Facundo Jones Huala –Lonko, militante de la comunidad mapuche-
es un prisionero político. Así se define. Lejos de identidades varias que
pueden interpelarnos desde diversos espacios, aquí cada una de estas
definiciones contiene a la otra. El poder y responsabilidad como lonko no puede
más que vincularlo con una militancia activa por sus tierras y sus familias
(lofs). Y esa militancia es la que lo transforma desde hace tiempo en un
perseguido, hoy prisionero político.
Facundo Jones Huala es
Lonko Wichafe de la comunidad mapuche. Líder político, social y religioso
dentro su pueblo. Facundo es militante revolucionario del Movimiento Mapuche
Autónomo de Puelmapu y de la Resistencia Ancestral Mapuche, organización
caracterizada por acciones de confrontación directa con el capital
transnacional y con la oligarquía criolla.
Facundo Jones Huala es un prisionero político. Así se define.
Lejos de identidades varias que pueden interpelarnos desde diversos espacios,
aquí cada una de estas definiciones contiene a la otra. El poder y
responsabilidad como lonko no puede más que vincularlo con una militancia
activa por sus tierras y sus familias (lofs). Y esa militancia es la que lo
transforma desde hace tiempo en un perseguido, hoy prisionero político.
Su voz pareciera venir de
otro mundo para recordarnos el origen del sistema que nos oprime. Su voz viene
a hablarnos de resistencias ancestrales y actuales. Sus palabras vienen a
decirnos que ayer Roca con su Campaña del desierto y hoy las empresas transnacionales
son parte de un mismo proceso que mata, destruye y saquea a nuestros pueblos.
Desde el 27 de Mayo, tras
un violento desalojo, se encuentra detenido en el penal de Esquel (Provincia de
Chubut). La historia reciente nos cuenta de un proceso de recuperación de
tierras ancestrales por parte del pueblo mapuche. Un vistazo profundo a la
historia nos lleva a la construcción y expansión territorial del estado argentino.
En comunicación directa
con Facundo desde donde se encuentra detenido, pudimos adentrarnos fácticamente
en este proceso de resistencia pero también afirmación de lo que Aníbal Quijano
llama “colonización del poder”.
“En el año 1992,
Benetton adquiere tierras que antes eran de los ingleses. Esas tierras tienen
que ver con la historia de la ocupación del Estado Argentino en territorio
mapuche. Tiene que ver directamente con la ‘Conquista del desierto’. Roca en la
época de la conquista es financiado por la Corona Británica, y el Estado
Argentino le cede a los británicos 10 estancias de 90.000 hectáreas cada una,
luego de concretar la conquista. Porque, como te decía, los británicos
financiaron en dinero y en armas todo este genocidio, donde ellos ocupan
militarmente el territorio ancestral mapuche y nos despojan. Ahí es que se
instala la Compañía Tierras del Sud Argentino, que es una compañía inglesa, la
cual después con los años adquiere Benetton.
“En esa zona, el mismo
gobierno de Roca le cede a uno de nuestros antepasados 200 lotes pastoriles de
625 hectáreas cada uno, para que se instalen los sobrevivientes de la Conquista
del desierto, que reciben después a muchas otras familias que venían escapando
de la guerra, entre esas está mi familia. Después los ingleses roban más
tierras de las que le son cedidas por el mismo gobierno. Van corriendo el
alambre, van falsificando documentos, y ahí es donde se quedan con esas tierras
que hoy les estamos disputando las comunidades y el movimiento mapuche autónomo
del Puelmapu al gran capital transnacional”.
En relación con los
sucesos del día 27 de mayo donde Facundo es detenido nos cuenta:
“En principio, lo que sucedió fue un allanamiento en búsqueda
de mi persona. Tengo un pedido de captura por Interpol desde Chile, por el
Estado opresor chileno. Llegaron todas las fuerzas especiales de la provincia,
la Infantería y efectivos de investigaciones. Eran alrededor de 400 efectivos,
por lo que dicen algunas fuentes. Yo lo único que recuerdo es que estaba
rodeado. Fui detenido junto a otros, de los cuales el único que quedó en
prisión fui yo.
“Fue un intento de
desalojo, porque al final la gente igual resistió. Se generó bastante
movilización por parte de las comunidades de la zona, incluso de otra gente que
no es mapuche, tanto en la ciudad de Esquel como en el campo.”
Se intentó aplicar
fallidamente la ley antiterrorista en el caso de Facundo. Figura que
judicialmente no pudo sostenerse, pero que mediáticamente se refuerza a través
de diversos diarios, que con intereses claros que los vinculan a los poderes
económicos y políticos de la región pretenden desarticular el proceso de lucha:
“Esa (la figura del terrorista) es una construcción más de los
medios de comunicación hegemónicos, de la prensa amarilla y reaccionaria,
prensa que está ligada directamente –en esta zona, al menos- a los
capitalistas, a los terratenientes. Por ejemplo, hay un diario bien fascista en
la zona, el diario ‘Jornada’, parte de los dueños del diario ‘Jornada son
terratenientes en la zona de Costa Lepá, de la familia Bestene, que son
miembros de la Sociedad Rural.
“En realidad, yo vengo
sufriendo persecución política desde hace muchos años. El movimiento en sí,
mejor dicho. Y me agarran como “chivo expiatorio”.
“Nuestro movimiento ha tenido gran presencia en el conflicto
de tierras en la zona de Villa la Angostura, y en otras zonas más, pero digamos
que ahí fue emblemático, contra un estadounidense que es William Fisher. Un
terrateniente norteamericano que pretendía instalar una planta exportadora de
agua en Villa la Angostura, y otros conflictos más.
“Yo viajo en un momento para lo que hoy es Chile, lo que hoy
está ocupado por el Estado de Chile. Estaba enfermo y me encontraba en la casa
de la Machi mía, vocera de las comunidades en resistencia del Pilmaiquén, que
se encuentran resistiendo a la invasión de las centrales hidroeléctricas. Y,
bueno, allanan su casa porque la venían hostigando desde hacía tiempo. Y entre
los pacientes que estaban ahí, estaba yo, y me detienen. Me reconocen y quedo
detenido, en prisión política por un año más o menos. Ahí se fue alimentando
este mito, este fantasma. Después acá lo resurgen y van profundizando esa idea.
Pero en realidad yo estoy detenido por dos situaciones: una es el pedido de
extradición por simples causas – de la legislación común chilena- que serían
incendio, tenencia ilegal de arma y municiones, y traición a la ley de
extranjería; y de este lado estoy detenido por la simple causa de usurpación.
En ningún momento, al final, se aplica la Ley Antiterrorista. Si bien en un
momento hay gente que la quiere aplicar – más que a mí, a las recuperaciones de
tierras en general-, eso no es aceptado.
“En todo caso, a mí me
detiene la Justicia Provincial, pero no tiene el poder extraditarme. Por eso es
que aquí me toma la Justicia Federal, y ésta de alguna manera reconoce mi
carácter de prisionero y de perseguido político. Y ese también es un precedente
bastante importante, porque de alguna manera un sector de la justicia está
reconociendo un conflicto político. Incluso los fiscales de la Justicia
Provincial, hace pocos días reconocieron que las comunidades mapuches llevan
años presentando demandas al Estado por situaciones de conflicto de tierras, y
que nunca han sido resueltas por vía judicial; entonces aquí es donde se agotan
las instancias.
“Pero como les decía,
al profundizarse una situación de lucha en las comunidades, el poder actúa con
todo su aparataje, y el cuarto poder hace su aparición de una manera muy
descarada al servicio de las oligarquías y el capital. Y ahí es donde incluso a
mí me acusan de incendiar bosques nativos, y un montón de otras cosas que en
realidad son calumnias, son cosas falsas y ellos lo saben bien. Yo de lo que sí
me hago cargo es de mi militancia revolucionaria Yo pertenezco a una
organización o a un movimiento bien amplio, que es el movimiento mapuche
autónomo de Puelmapu, donde dentro de él conviven comunidades, organizaciones y
mapuches de diversas zonas; y también a una organización más radicalizada –si
se quiere- que pertenece al movimiento, que es la resistencia ancestral
mapuche, que han realizado acciones de sabotaje al capital y han sido
reivindicadas. Algunas de esas acciones han sido reivindicadas incluso cuando
yo estaba preso en Chile, aunque también me han echado la culpa. Pero el tema
es que yo reivindico estas acciones y me reivindico parte de la organización,
lo que no quiere decir que yo haya actuado en una situación particular o no.
Pero también es cierto que hay muchas situaciones por las que me echan la culpa
y que son mentira, causas que ni siquiera existen. Me han culpado de prender
fuego un carabinero. Esa causa nunca existió. Es basura, ‘pescado podrido’
tirado por los medios de comunicación de los terratenientes.”
Puede pensarse una
incompatibilidad en las ideas de justicia y división de tierras entre las
lógicas de la un sistema capitalista y las concepciones de los pueblos
originarios. En esta contradicción que parecería irresoluble se sostiene un
largo proceso de lucha y toma de conciencia de la comunidad mapuche:
“En principio, en
realidad nosotros venimos reclamando una solución política desde hace muchos
años, y esa solución solamente ha sido judicial, represiva digamos. Pero sucede
algo, y esto en realidad casi no tiene vuelta atrás. En los últimos años, ha
habido un proceso de profundización de la conciencia mapuche. Entonces hoy
realmente hay mucha gente de comunidades militando de alguna manera nuestro
ser, y nos encaminamos en una propuesta, en un proyecto político
revolucionario, ancestral y libertario. Donde nosotros planteamos tajantemente
un proceso de reconstrucción de nuestro mundo, reconstrucción del mundo
mapuche, como camino a la liberación nacional mapuche. Mediante la recuperación
de tierras productivas y sagradas, y el ejercicio del control territorial. Esa
es más o menos la táctica que nosotros planteamos. Realmente en el fondo creemos
que no hay una conciliación posible con los Estados opresores, colonialistas,
capitalistas, burgueses de ninguno de los dos lados. Pero tampoco nuestro
proyecto político habla de la toma del poder del Estado winka, ni de la
construcción de un Estado propio. Sino que nosotros hablamos de un proceso de
liberación nacional con nuestras pautas propias. El Estado en sí, esa
concepción de organización político-territorial, es una concepción occidental.
Nosotros planteamos la reconstrucción del poder de las comunidades, en las
mismas comunidades, bajo nuestros parámetros ancestrales.
“En este momento, específicamente en el proceso de
recuperación de tierras, se puede decir que del alambre para adentro no hay
Estado. No existe el Estado argentino, no existe el Estado chileno. No existe
tampoco la lógica de la propiedad winka. Podríamos estar hablando de que existe
una suerte de “zona liberada mapuche, donde se
reconstruye nuestra vida, ese es nuestro proyecto político. Igual la lucha va
más de fondo, porque nosotros estamos luchando por expulsar al capital
transnacional del territorio mapuche, expulsar a las mineras, las petroleras, a
Benetton, a Lewis. Y también al empresariado nacional.
“Acá hay un conflicto político histórico que el Estado fue el
que lo generó y que no ha sabido resolver. Y que en este momento, al haber
profundizado el nivel de conciencia política, el nivel de conciencia histórica,
nosotros entendemos que hay una situación de confrontación, de contradicción,
una situación dialéctica, en donde el mapuche oprimido está confrontando con el
winka capitalista opresor. Lamentablemente, o inevitablemente, eso culmina con
un proceso de – si se quiere- de revolución, de transformación radical de la
realidad. Y esa transformación nosotros la llevamos mediante la recuperación de
tierras. Es decir, saltar el alambrado y arrebatarle las tierras productivas al
capitalista. Es un proceso revolucionario, porque ahí vamos reconstruyendo
nuestro mundo.
“Hay que recordar una
situación bien objetiva, que es que nosotros estamos en las peores tierras:
piedreros, arenales, espacios reducidos, sin agua. Mientras que los
capitalistas, las Sociedades Rurales y todos estos opresores, los
terratenientes, tienen las mejores tierras, las tierras productivas. Entonces
lamentablemente esto no tiene una conciliación, porque la burguesía no va a
ceder sus privilegios en beneficio de nosotros, ni siquiera de las mayorías
oprimidas de Argentina, ¿no?. Mucho menos lo van a hacer con quien ellos nos
consideran ciudadanos; y tampoco nosotros nos consideramos parte de los Estados
opresores”.
En cuanto perspectiva a
futuro sostiene:
“Nosotros, lo que esperamos es mayor represión nomás, que se
siga profundizando la persecución política. Evidentemente, a mí me van a tener
que soltar en algún momento. Mientras yo esté detenido voy a seguir levantando
la voz por mi gente, aprovechando esta situación de que al menos puedo
conversar aquí. Y, bueno, un prisionero político sigue siendo un militante
político en la prisión, ¿no?
Y levantamos la cabeza con dignidad. Nosotros nos hemos
preparado durante muchos años para esto, sabíamos que en algún momento
seguramente nos iban a encarcelar. Hemos sido torturados, hemos sido
perseguidos durante muchos, muchos años. Aquí existen muertes por situaciones
de tierras que nunca han sido denunciadas. Y ahí es donde el movimiento mapuche
ha ido avanzando, ha ido perfilándose en esta situación como vanguardia de este
movimiento mapuche autónomo. Y evidentemente el Estado no va a solucionar esto.
Y si existe un ánimo de solucionar, o de dialogar al menos, nosotros estamos
abiertos. Pero ellos evidentemente sólo están respondiendo con la
judicialización, con la criminalización. Pero bueno, nosotros tenemos
propuestas y es lo que trabajamos hacia adentro de las comunidades. A esta
altura ya ni siquiera nos interesa lo que digan el Estado, la represión, la
justicia winka, los jueces, los fiscales, los terratenientes, no nos importa.
Si me quieren dejar preso de por vida, que lo hagan, a nosotros nos tiene sin
cuidado eso. Ahora, lo que a nosotros nos interesa es poder llegar a la
conciencia de nuestra gente, de nuestros hermanos, de nuestro pueblo mapuche y
del resto de pueblos originarios, y también de los oprimidos argentinos, los
oprimidos chilenos. Y poder dar un mensaje de aliento y de lucha, de que
también es posible luchar, y enfrentar un sistema de muerte, que cada vez va
creciendo más, que es el sistema capitalista. Nosotros también abiertamente nos
declaramos anticapitalistas, antiimperialistas, antioligárquicos. Eso es lo que
nosotros podemos decir: más esperamos de la sociedad civil – si se quiere-, de
los demás oprimidos, de los demás pueblos originarios, que del Estado opresor.
Queremos que haya un levantamiento real, tanto en nosotros como pueblo mapuche
en un camino de liberación nacional, como en el resto de las naciones oprimidas
en un camino emancipatorio”.
Días después de realizada
esta entrevista, la comunidad mapuche vuelve a recibir otro violento
allanamiento el día 29 de Junio, donde las fuerzas represivas dispararon entre
mujeres y niños con gases lacrimógenos, perdigones de goma y plomo.
De acuerdo con el
comunicado de Pu Lof en Resistencia Departamento Cushamen, Curra Mapu Mew, este
hecho que duró aproximadamente tres horas “puso
en evidencia una vez más la persecución política e intento de militarización
del Territorio Mapuche y criminalización de nuestras autoridades ancestrales y
nuestros pu peñi y pu lamien que se comprometen en la lucha por la Defensa y
Recuperación Territorial para la Reconstrucción del Mundo Mapuche como camino a
la Liberación Nacional”.
Las palabras finales del
comunicado junto al testimonio de Facundo Jones Huala no hacen más que seguir
retroalimentando el pensar-sentir de una praxis emancipatoria que los pueblos
originarios han sabido ir construyendo tras siglos de dominación y violencia.
Su presencia y lucha no hacen más que poner en tensión nociones fijas y
estancadas que la dominación capitalista ha sabido solidificar en nuestros
cuerpos y mentes. Nos hacen recordar a su paso lo artificial de cada una de las
consignas en las cuales nos enseñar a embanderar.
“La indigenidad histórica de las poblaciones víctimas de la
Colonialidad Global del Poder, no alienta solamente la herencia del pasado,
sino todo el aprendizaje de la resistencia histórica de tan largo plazo.
Estamos, por eso, caminando en la emergencia de una identidad histórica nueva,
histórico/estructuralmente heterogénea como todas las demás, cuyo desarrollo
podría producir la nueva existencia social liberada de dominación, explotación
y violencia”.
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