A tres años y cinco meses del asesinato de Sabino, Lucía su esposa exige justicia al Estado Venezolano
Lusbi Portillo
Sociedad Homo et Natura
Red Latina sin fronteras
Publicado: 02 agosto, 2016
Luego de terminado el proceso de demarcación del territorio
indígena Yukpa varias haciendas y parcelas quedaron en manos del pueblo indígena
con un saldo de varios heridos y muertos indígenas, entre ellos Sabino (3 de
Marzo de 2013) y otros compañeros suyos del Yaza, tres de ellos hijos de Carmen
Fernández Romero, prima materna de Sabino: Alexander, José Luis y Cristóbal,
este último menor de edad y asesinado por la Guardia Nacional Bolivariana de
Machiques en la hacienda de Emer López Las
Delicias, los dos primeros ordenados por un parcelero de Las Flores.
A tres años y cinco meses
de su asesinato, aún Lucía su esposa exige justicia al Estado Gobierno
Socialista para que los asesinos ganaderos se le abra juicio, y Carmen para que
la Fiscalía ordene la continuación de las investigaciones parada por el Cicpc de
Machiques, sobre el cual ejerce la Asociación de Ganaderos de Machiques
(Gadema) un gran poder.
Esta situación ha
determinado varias reuniones de los familiares con la Fiscalía, quien por orden
de la Fiscal General de la República Dra. Luisa Ortega Díaz se han nombrado dos
fiscales para encaminar jurídicamente esta situación de derechos humanos. Se
aclaró además que los cinco policías condenados a seis años de prisión por ser
funcionarios no gozan de ningún beneficio relacionado con la reducción de su pena,
tal como pretenden sus abogados.
Se espera a mediano plazo
llevar a juicio a los implicados en el pago de los asesinados de estos líderes
Yukpa.
El Gobierno no ha cumplido
con sus familiares
Por estar 17 meses en la
cárcel Sabino Romero Izarra y Alexander Fernández Fernández siendo inocentes
según juicio realizado en la ciudad de Trujillo, el Estado Venezolano podía ser
demandado por las víctimas; derecho que no se ejerció por llegar acuerdos con
el Vicepresidente de la República Bolivariana de Venezuela y con el Secretario
de Gobierno de la Gobernación del Zulia, en aquel entonces Elías Jaua Milano y
Blangdimir Labrador, respectivamente. Consistió el acuerdo en indemnizar a los
familiares con ayudas agropecuarias, vialidad, viviendas, dispensario, medicinas,
vehículo, entre otros beneficio sociales. Por una u otra razón, ninguna de las
instancias de Gobierno ha cumplido, salvo la inclusión de algunas mujeres en
los pago de la Misión Madres del Barrio por iniciativa de la Secretaria
Indígena de la Gobernación la Sra. Noely Pocaterra. Que hasta la semana pasada
aun permanecía suspendido el pago a Lucía, Carmen y demás mujeres familiares de
las comunidades Chaktapa y Kuse ubicadas en la cuenca del río Yaza, tal como se
hiso constar en el Misterio de la Mujer el pasado jueves 29 cuando
Lucía Martínez y Carmen
Fernández realizaron un viaje a la ciudad de Caracas para asistir a una reunión
convocada por el Ministerio Público ubicado en la Av. México y dos foros en la
UCV y UNEARTE.
Hoy los indígenas moradores
de estas dos comunidades como varios vecinos de las comunidades del Yaza y
Tukuko están enfermos de paludismo, zica, tuberculosis y desnutrición por el
hambre y el abandono gubernamental a que los gobiernos de Maduro Moro y Arias
Cárdenas los han sometidos, ya que en tiempo de crisis el dinero no alcanza
para los Yukpa.
Factores armados y
delincuenciales de colombianos someten a los pueblos indígenas.
Hoy las comunidades
indígenas de la Sierra de Perijá están sometidas por los factores armados y
delincuenciales de Colombia que habitan en sus comunidades a la fuerza por
poseer armas de guerra y en cierta manera el apoyo de los ganaderos y de las
autoridades gubernamentales civiles y miliares de Machiques y Maracaibo. Esta
situación será elevada a instancias nacionales e internacionales ya que se
trata de los derechos humanos de los pueblos y comunidades indígenas.
Estos factores hoy
controlan el contrabando de ganado a Colombia y motorizan la descomposición de
las sociedades indígenas del Zulia, tal como se hace con el oro en el sur del
país.
¡Viva Sabino!
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