Por Mumia Abu-Jamal
©’16maj
21 de abril de 2016
Audio grabado por Noelle
Hanrahan: www.prisonradio.org
Texto circulado por
Fatirah Litestar01@aol.com
Traducción Amig@s de
Mumia, México
Zapateando
Publicado el 3 / mayo /
2016
Era estrella de tantas maneras que la palabra “estrella” parece demasiada pequeña. Era
cantante, guitarrista, director de banda, compositor y, pues, genio.
Prince Rogers Nelson era
conocido y adorado por millones que lo conocían por un solo nombre: Prince.
Era una superestrella.
Y era un misterio –tanto
un destacado artista de la música como un hombre celoso de la privacidad. En el
filme ya clásico Purple Rain, la vida
de Prince se filtra en fragmentos biográficos.
En su hito “1999” que salió en 1982, la letra
parece casi mística:
Estaba soñando cuando
escribí esto
Perdóname si se extravía
Pero cuando me desperté
esta mañana
Pude haber jurado que era
el Día de Juicio.
A su manera, usaba su voz
para incursionar en el ajetreo de la vida y sacar joyas, como sus comentarios sobre los incendios en
Baltimore y la muerte trágica de Freddie Gray a manos de la policía.
Él entró en el mundo de la
música como un cartucho de dinamita sexual. Con los años, parecía que surgió su
lado espiritual.
A través de todo, el genio
del hombre brilló.
Nació Prince, sí es
cierto; pero al cumplir 57 años de juventud, se volvió un príncipe, un príncipe
del corazón.
Desde la nación
encarcelada soy Mumia Abu-Jamal.
*Para ver un reportaje sobre las recientes
actividades en apoyo a Mumia en su cumpleaños 62, consulten:
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