Atenco: dos generaciones a 10 años
del «Mayo rojo»
Agencia
SubVersiones
Publicado el 5
de mayo de 2016
Dos generaciones se han
encontrado en el ejercicio de memoria que significa recordar la represión que
sufrieron las comunidades de San Salvador Atenco los días 3 y 4 de mayo de
2006. Las causas de tal violencia: su firme oposición a la construcción del
proyecto aeroportuario que amenaza con destruir el medio ambiente y los lazos
comunitarios en esta región.
Presentamos algunos fragmentos
de dos entrevistas hechas a dos personas que vivieron de manera diferente
aquellos hechos. Por un lado, Fátima, que era niña en aquel entonces y por otro
lado don Felipe, uno de los presos que pasaron más de 4 años en un penal de
máxima seguridad.
Agencia SubVersiones
Colaboración
Por Ariadna Ramonetti
Agencia SubVersiones
/5 mayo, 2016/
Este 3 de mayo de 2016, alrededor de las 11:30 de la mañana,
inició en la plaza principal de San Salvador Atenco el programa de actividades
que el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) lleva organizando desde
hace varias semanas para conmemorar «Mayo rojo». Así nombran sus
integrantes al 3 y 4 de mayo de 2006, fechas en la que diversos cuerpos policíacos del Estado mexicano ingresaron a la fuerza en los municipios de
Texcoco y Atenco para reprimir a sus habitantes por ejercer su derecho a la
libre manifestación, dejando un saldo de violaciones sexuales y a los derechos
humanos así como encarcelamientos de miembros de la comunidad.
El día comenzó con una
misa oficiada por los párrocos de San Salvador Atenco y de San Cristóbal
Nexquipayac, quienes condenaron los hechos ocurridos 2006 y citaron a Atenco
como un ejemplo de resistencia en la defensa de los bienes comunitarios, la
tierra, el agua y el territorio. Ofrecieron también el sacramento de la
comunión a varias decenas de personas procedentes de las comunidades de la
región, la mayoría de ellas, víctimas directas de las acciones violentas
ejecutadas por el Estado y que muchos de los que ahí nos encontrábamos,
recordamos a través de las nefastas sentencias esgrimidas y la información
falsa, vertida entonces por los medios oficiales.
Además de las víctimas y
las comunidades cercanas, a la cita acudieron al menos 15 medios de
comunicación para dar cuenta del desarrollo y los diversos pronunciamientos que
ocurrirían a lo largo de la jornada. Todos ellos relacionados de una u otra
manera, a la construcción del nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de
México (NAICM) en la ribera del aún Lago de Texcoco y el despojo de agua y
tierra que se ejecuta, de nueva cuenta, en el territorio de «la orilla del agua».
A las 13:00 horas comenzó
la conferencia de prensa a la que se había convocado en el programa de
actividades. Diversos invitados, tales como Ricardo Lagunes, abogado del FPDT,
José Antonio Lara del Centro de Derechos Humanos Zeferino Ladrillero y el antropólogo
Gilberto López y Rivas, hablaron de dos situaciones que en este momento
configuran el panorama de la resistencia que viene. Por un lado la construcción
del NAICM de nueva cuenta en la región de Atenco y el contundente rechazo de la
comunidad al proyecto ante la falta de una consulta pública sobre el mismo; la
presencia e incursión de contratistas y trabajadores escoltados por el ejército
mexicano en tierras de Nexquipayac y San Miguel Tocuila, y los diversos
recursos legales de los que estos últimos se han valido para frenar –con éxito–
la construcción de la carretera Pirámides–Texcoco, que es una de las obras que
conforman parte del proyecto del NAICM.
Por otro lado el despojo
de agua, tierra y territorio a comunidades como las de Xochicuautla y Magú en
el Estado de México, que al igual que Atenco y los 12 pueblos que conforman la
región, se verán afectados por diversas obras de infraestructura promovidas por
instancias del gobierno y protegidas por la llamada «Ley Eruviel», o Ley que Regula el Uso de la Fuerza Pública en el
Estado de México, interpretada por las comunidades mencionadas y sus
representantes legales como la instrumentalización del poder del Estado para
reprimir a los pueblos que se opongan al despojo de sus recursos de
subsistencia.
La última parte de la
conferencia de prensa estuvo conformada por el pronunciamiento del FPDT
respecto al rechazo categórico a la construcción del NAICM y a todos los
proyectos derivados de él, así como la demanda abierta y pública de juicio
político a los autores de la represión en 2006 que llevaron a la muerte de
Alexis Benhumea y Javier Cortés entre otros atropellos a los derechos humanos
que han sido ampliamente documentados en el pasado.
Posteriormente, el
micrófono se dejó abierto para que otras organizaciones tomaran la palabra y
fueron representantes de las comunidades de Acuexcómac, Tocuila y Nexquipayac
quienes hicieron hincapié en sus situaciones y casos respectivos en relación
con las obras del NAICM. Habría que destacar también la participación de la
comunidad de Chipiltepec, procedente del municipio de Acolman, quienes en últimas
fechas han defendido ante instancias legales un cerro –el Tezontlalli– que
comparten con otros municipios colindantes como Tepetlaoxtoc. Este cerro que
tiene declaratoria de Parque Natural, está en riesgo de ser devastado para que
el tezontle que lo conforma sirva como material de relleno para los caminos
internos y pistas del NAICM.
Mientras los miembros del
FPDT repartían comida y alimentos a los asistentes e invitados –a la manera en
que lo hace la mayordomía cuando hay una fiesta patronal en algún pueblo–, se
daba inicio a la segunda parte de la jornada, en donde obras de teatro
ensambles de danza, videos conmemorativos y la participación de diversos
solistas y grupos musicales, se presentarían en el transcurso de las próximas
horas.
Al final del acto hicieron
presencia de las madres de 3 de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa,
a quienes la gente del FPDT ha apoyado siempre en su lucha y que acompañaron a
la comunidad de Atenco para denunciar también los hechos recientes respecto al
grupo de expertos del GIEI y los impedimentos que el Gobierno Federal les
impuso para que llevaran a cabo su investigación.
Al tiempo que todos se
preparaban y los asistentes comíamos, comenzó a sonar, a menos de 30 metros de
donde nos encontrábamos –en el antiguo recinto del comisariado y auditorio
ejidales, espacio importante para la resistencia en Atenco desde el 2001 y que
recientemente fue remodelado–, música que no estaba en el programa de
actividades. Íbamos de Michael Jackson a Julión Álvarez, mientras la
estridencia hacía que todo el centro de Atenco reverberara, pero no con las
voces de la digna resistencia, como se habían hecho escuchar durante toda la
mañana. No. Esto era un acto de provocación por parte del presidente municipal
del PRI, Andrés Ruíz Méndez, para acallar la conmemoración de un hecho, ante
todo terrible, y por el cual se esperaría que hubiera, al menos, respeto por la
memoria. De los vivos, y sobre todo de los muertos. Respeto por las compañeras
abusadas sexualmente y por los más de 200 detenidos y agredidos en 2006.
Dos torres de bocinas se
alzaban más allá de la lona que nos protegía del sol y un ring de lucha libre
era emplazado para dar comienzo a los festejos del «Día del Niño». En martes 3 de mayo.
Mujeres solas con niños
pequeños llegaron a hacer fila para entrar al auditorio ejidal. Entre gritos de
niños emocionados por ver la lucha libre, el ruido que todo lo cimbraba y la
voz desgañitada del edil, gritando «Atenco
lo que quiere es progreso» parecía que la conmemoración de «Mayo
rojo» se cancelaría, pero no ocurrió así.
Contrarios a la incitación
franca de la violencia ejecutada por Andrés Ruíz Méndez y la terrible falta de
respeto por la conmemoración de un aniversario ante todo, luctuoso, la gente
del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra nunca cayó en provocaciones. A
pesar de la violencia implícita en un vulgar ejercicio de poder como este, en
donde mandar callar lo que busca es invisibilizar el poder de la evocación y
del recuerdo; los integrantes del Frente conservaron la dignidad que los
caracterizó durante la jornada, evitando todo el tiempo la confrontación.
La programación de las
actividades culturales continuó como estaba prevista, simplemente recorrimos
nuestras sillas para escuchar mejor a los participantes a pesar de que las
afrentas continuaban y en ocasiones los músicos invitados tenían que hacer
pausas para esperar a que la música del auditorio ejidal terminara. Cuando en
el auditorio sonaba alguna canción, de este lado de la plaza se recitaba algún
texto o un poema, cuando allá hablaba el presidente municipal nosotros
cantábamos y gritábamos las ya conocidas consignas del Frente.
La «lucha» a la que estábamos asistiendo no sólo era por la
conmemoración de los hechos ya narrados, era también por la defensa del espacio
público, de esa arena de conflictos que también es la plaza pública, por la
libertad de «ocupar» con nuestras
voces, un lugar sin ser condicionados, reprimidos o silenciados.
Dijo más tarde «El Mastuerzo» de Botellita de Jerez,
refiriéndose al pobre repertorio de confrontación del presidente municipal: «Esta ‘lucha libre’ que estamos viendo hoy
es la auténtica y violenta ‘lucha de clases’ que promueven quienes nos
gobiernan. Sigamos tocando y cantando compas, para que no nos quiten también la
memoria».
Comentarios