Organización de Liberación
Nacional y Social Fogoneros
Publicado: 12-04-2016
La existencia del estado no tiene carácter eterno, sino
histórico, su objetivo no es conciliar a las clases enemigas, el estado está
para reprimir al pueblo si este quiere avanzar, si busca acabar con el causante
de su miseria y esclavitud.
El pueblo en su sabio
instinto de clase y su propia experiencia sabe que la condición para acabar con
su dolor, su pena, su condición de paria debe acabar con el causante de sus
males, debe acabar con la dictadura del capital, sabe también que sus décadas de
luchas electorales y pacificas no le llevan a ningún lado, solo prolonga su
dolor y su sufrimiento; sabe también que de forma pacífica no podrá hacer
frente a sus verdugos que no tienen pudor para desplegar sus intensidad
criminal y no duda en buscar ahogar en sangre al esclavo sublevado.
El estado, dice Engels
resumiendo su análisis histórico, no es, en modo alguno un Poder impuesto desde
fuera a la sociedad, ni es tampoco la realidad de la idea moral la imagen y la
realidad de la razón como afirma Hegel.
El Estado es, más bien, un
producto de la sociedad al llegar a una determinada fase de desarrollo, es la
confesión de que esta sociedad se ha enredado con sigo misma en una
contradicción insoluble.
Percibir la función del
Estado como órgano conciliador situado por encima de las clases es caer en un
idealismo pequeño burgués.
Muy a menudo la pseudo
izquierda paraguaya cae en un oportunismo insalvable al decir que la
militarización de la zona norte usando como excusa la de perseguir al EPP en
realidad persigue y criminaliza la lucha popular campesina. Si uno observa sin
anteojeras lo que viene sucediendo en la zona norte, es que la militarización
de la zona insurgente es para perseguir implacablemente a ese sector del
campesino que se alzó en armas, ese sector que se cansó de mendigar a las
instituciones burguesas para recibir siempre promesas y engaños. Un sector que
se cansó de los dirigentes que predican la sumisión la claudicación y la
derrota.
Esa dirigencia domesticada
y corrompida por la oligarquía paraguaya y los gobiernos de turno presenta al
pueblo como incapaz de enfrentar al ejército burgués bien alimentado y bien
armado con un presupuesto y recurso inagotable, pero en verdad lo que la
dirigencia cobarde y claudicante quiere reflejar en el pueblo es su propio
estrés y cobardía.
La incapacidad de ver que
el pueblo quiere avanzar más y no quedarse con el estrecho margen que impone la
burguesía. El pueblo no quiere conciliar con sus enemigos de clase, ha agotado
su paciencia con la eterna espera de mejor condición de vida que según estos
depende de la buena voluntad del gobernante de turno.
Si el Estado burgués,
órgano natural de organización de la violencia, para proteger los espurios
intereses de un minoría de parásitos anquilosados en el cuerpo del pueblo .La
burguesía paraguaya y el estado burgués, ajusto su Ley de seguridad interna
desplegando a militares en zonas guerrilleras porque siente que ese sector del
pueblo ha tomado conciencia y confianza de que es capaz de tomar su destino en
propias manos y busca cortar ese cuerpo social anquilosado por estos parásitos.
La burguesía paraguaya se
siente amenazada y dice que debe restaurar el orden y “pacificar” la zona. La pseudo izquierda pretenda culpar al EPP del
carácter criminal del gobierno, que según estos, provocados por el EPP persigue
y criminaliza la lucha popular.
La burguesía paraguaya no
necesita provocación para perseguir, reprimir y asesinar al pueblo pobre,
siempre lo hizo, es más, ahora muy por el contrario cuida y mide su intensidad
criminal contra el pueblo desarmado de la zona norte, busca ganarse llevando
asistencia en salud, educación, arreglo de rutas, implementos agrícolas; (hasta
los campesinos sin conciencia política pueden sentir y ver que nunca antes como
ahora y en ningún otro lugar que no sea el norte , siendo que la pobreza
extrema es en todo el país, el estado busca amansar con concesiones y migajas
al campesino rebelde, busca alejar al pueblo de la guerrilla construyendo hasta
viviendas hoy en zona norteña) nunca antes sucedió, sino solo después de la
aparición del Ejército Popular Paraguayo.
Comentarios