La multiplicación de la lucha de Bertha Cáceres. (Encuentro Internacional de los Pueblos "Bertha Cáceres Vive")
Encuentro
Internacional de los Pueblos "Bertha Cáceres Vive"
Publicado el 27 abr. 2016
El 13, 14 y 15 de Abril del 216 se celebró
el Encuentro Internacional de los Pueblos "Bertha
Cáceres Vive".
Este
es un video resumen de lo ocurrido, incluyendo las agresiones ocurridas en el
río Gualcarque.
Por Susana Norman,
Heriberto Paredes y Aldo Santiago
Agencia SubVersiones
27 abril, 2016
Si lo que sus detractores y asesinos deseaban con su muerte es
el olvido, han fracasado. Bertha Cáceres ahora no sólo es una figura reconocida
nacional e internacionalmente, su ejemplo de lucha se ha convertido en un
referente como pocos en la región mesoamericana. En una larga tradición de
íconos masculinos, de próceres de bigote y patillas largas, la figura sonriente
y apacible de Berta da una vuelta a la página de las luchas centroamericanas,
lo hizo con su día a día y ahora –a pesar del dolor que esto significa– su
muerte es el sello de este nuevo pacto: la transformación radical de las
condiciones de vida no sólo será anticapitalista, también será antipatriarcal y
partirá de la defensa y conservación de los bienes comunes.
Los asesinos materiales e
intelectuales de Bertha Cáceres deben de estar molestos, inquietos, viviendo la
incertidumbre del fracaso. Porque su crimen no sólo no sepultó la lucha de
ella, además puso en alto el papel que el Consejo Cívico de Organizaciones
Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) ha tenido en la defensa de los ríos,
las tierras y el territorio, lo que en Honduras se conoce acertadamente como «bienes comunes». La persona que apretó
el gatillo del arma que mató a Bertha Cáceres no hizo sino atentar contra su
propio proyecto de muerte. Pensaron que los proyectos de vida pueden ser
acallados o destruidos con las mismas armas con las que se cometen crímenes o
se borran vidas, pero no tomaron en cuenta que –aunque no se puede olvidar el
padecimiento de olvido que sufrimos–, de alguna manera, la lucha se multiplicó.
«Bertha
no murió, se multiplicó» gritan una y otra vez, mujeres y hombres, cada
cinco minutos, mientras comienzan las actividades en Nacional de Ingenieros
Coliseum, sede del Encuentro Internacional de los Pueblos «Bertha Cáceres Vive».
Miles de personas se
arremolinan para registrarse, para alcanzar comida, para acomodarse en las
gradas, poco a poco se van colocando las mantas que dibujan muchas veces a Bertha,
los nombres de organizaciones hondureñas y de otros países centroamericanos se
asoman lentamente en esta calurosa mañana del 13 de abril. Mucho de lo que
ocurre, y que no siempre se aprecia, sucede gracias a las personas que integran
la Organización Fraternal Negra Hondureña (OFRANEH): la limpieza, la comida, la
separación de las secciones del encuentro, y, lo más importante, la realización
de las ceremonias de inicio y de final en cada uno de los días de trabajo.
El sahumerio se adivina a
distancia y poco a poco se acomodan los tambores y quienes danzaran, sea para
abrir este encuentro o sea para cerrar la jornada. Grandes faldas de colores,
danzas que comunican, maracas que dan los mensajes necesarios, danzas que son
desconocidas para un mundo que se ha limitado a mirar al blanco. El pueblo
garífuna marca el paso, marca el tono, reconoce la lucha de Bertha Cáceres y el
COPINH, los reconoce fraternalmente. No es casual que su coordinadora, Miriam
Miranda, poco a poco sea considerada como la heredera del papel de Bertha en el
concierto de luchas hondureñas.
El otro polo que sostiene
este encuentro y que en adelante será fundamental para la lucha contra el
modelo extractivista en Honduras es el mundo indígena. ¿Cuántos pueblos
indígenas hay en Honduras? Se preguntará alguien; pues bien, en aquel país
conviven y sobreviven, además de los garífunas, el pueblo lenca, el chorti, el
pueblo pech, los tawhankas, los llamados isleños, los miskitos y el pueblo
tolupan. Más de la mitad estaban representados, sea por enviados de cada pueblo
o por que pertenecen ya a organizaciones presentes. Tal vez, uno de los
aciertos más visibles de las hijas y el hijo de Bertha al convocar a esta
reunión internacional sea este, mostrar la diversidad de identidades que
existen en un país tan prejuiciado que de inmediato se piensa en pandillas y
miseria cuando se nombra. Hay mucho más que eso. Acierto porque, como dijo
Miriam Miranda frente a los estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de
Honduras (UNAH): «Fortalecer la identidad
de los pueblos es fundamental, porque sólo la identidad puede ayudar a la
liberación de los pueblos».
Mesas de trabajo,
micrófono abierto, ceremonias de los pueblos lenca y pech para rendir homenaje
a la figura de Bertha Cáceres, todo esto y las conversaciones de los pasillos
en donde gente de al menos 22 países (alrededor de 1,500 personas) estuvieron
conviviendo, intercambiando ideas y –al menos en las declaratorias– reforzando
la solidaridad con el COPINH y las hijas e hijo en su exigencia de justicia y
esclarecimiento del asesinato de su madre. Temas como militarización y la
defensa de la tierra, la lucha de las mujeres y el crimen organizado fueron
algunos de los tópicos más discutidos, además del tema transversal referido a
la imposición de mega proyectos energéticos, sean hidroeléctricas o parques
eólicos, minas o carreteras.
Se fortalece la
demanda de justicia
Uno de los temas impetuosos del encuentro fue llamar a la
solidaridad en la demanda de justicia por el asesinato de Berta Cáceres. A poco
más de un mes de su asesinato, casi nada se ha avanzado en las investigaciones.
El proceso se mantiene en «secretividad»
por el Ministerio Público (MP), lo cual quiere decir que la familia, así como
sus abogados, no tienen acceso al expediente. «La familia de Bertha ni sabe formalmente la hora de su muerte»,
explicó uno de los abogados que apoyan al COPINH, Víctor Fernández. Ni hay
acceso al reporte de la autopsia.
Después de confusas
intervenciones del Federal Bureau of Investigation (FBI) en la investigación y
la negación del Estado de proporcionar cualquier tipo de información, se tiene
poca confianza en que el MP esté trabajando para esclarecer los hechos. Se
sospecha que el tiempo transcurrido hasta ahora se deba realmente a tapar las
huellas y buscar un aval internacional para que Honduras quede «bien». La hipótesis del MP durante las
primeras 48 horas –de que fue un crimen pasional– se desbarató por la
declaración del mexicano Gustavo Castro, compañero de lucha de COPINH, quien
sobrevivió el ataque y rindió las declaraciones pertinentes.
En el marco del Plan de
Alianza por la Prosperidad entre Honduras, Guatemala, El Salvador y Estados
Unidos, interesa que los países aparezcan estables y que el sistema de justicia
aparezca funcional, pero interesa más la implementación cruda del
neoliberalismo, y para esto el COPINH estorba. Así es que el encuentro se torna
fundamental para convertir a la solidaridad en acción concreta y permanente
para buscar la verdad. Y no sólo la verdad sobre quienes dispararon a Berta
Cáceres y a Gustavo Castro, sino sobre quién dio la orden, a la vez de
establecer qué estructuras económicas y políticas quisieron desaparecerla.
Participación de Bertha Zúñiga
en el Encuentro Internacional de los Pueblos «Bertha Cáceres Vive»
SubVersiones
La Comisión Interamericana
de Derechos Humanos (CIDH) ha pronunciado que puede apoyar al Estado hondureño
en la investigación. Hasta ahora no ha habido respuesta. Ante la situación,
Fernández planteó una tercera vía para los y las participantes del Encuentro: «Que se desarrolle una investigación
alterna, montada por las víctimas, por la solidaridad internacional. Una
comisión de expertos que nos digan la verdad sobre los hechos, y que no se
reduzca esta verdad al hecho puntual del crimen, sino que se revele los
antecedentes que motivaron el crimen, la estructura que fue montada, y qué plan
pueda existir para acabar con otros activistas en el país». Bertha Cáceres recibía amenazas de muerte,
originadas en los grupos de poder contra quienes ella luchaba, y en específico
por grupos aliados a la empresa DESA, que está atrás del proyecto
hidroeléctrico de Agua Zarca en el río Gualcarque, entre Intibucá y Santa Bárbara
en el occidente hondureño. Una de las hipótesis del movimiento social
hondureño, es que sus sicarios pertenecen a los mismos grupos de choque que
atacaron a la Caravana al Río Gualcarque, organizada el último día del
Encuentro, el pasado 15 de abril.
Para Fernández, el Estado
hondureño ha hecho tres maniobras para evitar la intervención de la CIDH. «Lo primero fue convocar a la oficina del
alto comisionado de las Naciones Unidas de derechos humanos en Honduras. Luego,
una aparente petición a la embajada de los EU, y en especial al FBI.
Finalmente, la petición a la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la
Impunidad en Honduras (MACCIH). Estas tres instancias han tenido una posición
que avala sutilmente a la posición del gobierno. Una especie de causa común
para no avalar que participe la CIDH».
«Para que haya justicia, urge una verdad que pueda prevenir
futuros crímenes, desbaratar las estructuras criminales que llenan de muerte a
los territorios. Para esto, compañeros, es necesario un equipo que de manera
autónoma conduzca el proceso. ¿Cómo se construye? ¿Qué experiencia existe en
estos temas? La investigación debe contribuir a desbaratar la estructura
económica que está montada en distintos territorios del país. Ya lo decía Tomás
del COPINH, son más de 50 proyectos hidroeléctricos y de energía eólica que
afectan solo en el territorio lenca. ¿De qué nos sirve encontrar los
responsables por el asesinato de Berta, si persisten en el territorio lenca y
nacional todas estas estructuras de muerte, estructuras económicas que tienen
controlado el territorio nacional?».
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