Tejiendo Organización
Revolucionaria (TOR)
6 abril, 2016
Después de 9 años trabajando en el espacio, TOR ha tenido
oportunidad de externar su posición sobre el Auditorio Che Guevara en diversas
ocasiones: el espacio se defiende con trabajo y ha sido el trabajo y la
participación de la comunidad universitaria, de diversos movimientos sociales y
luchas en el país, la que ha sostenido ese espacio durante los quince años que
lleva funcionando libre de la gestión de las autoridades, si bien nunca ha
logrado librarse de la sombra y los ataques constantes confabulados desde la
torre vecina de rectoría. Sostenemos nuestra posición, y en todo caso
consideramos necesario caracterizar, aunque sea brevemente, para quiénes y para
qué creemos que sirven los espacios tomados dentro de la universidad.
El Auditorio es para y de
la comunidad universitaria, fue ésta quien lo tomó y es ésta quien debe
gestionarlo. La presencia de la comunidad universitaria en el espacio es la que
hace que éste sea útil para las organizaciones, movimientos sociales y luchas
del pueblo. Es el encuentro entre la comunidad universitaria y las luchas que
buscan transformar el mundo lo que da sentido a un espacio libre de las
autoridades que imponen modelos neoliberales de educación, mercantilizando el
conocimiento, separándolo de las problemáticas del pueblo trabajador, para
ponerlo al servicio de las empresas. Las organizaciones, luchas populares, y
movimientos sociales no dependen de la infraestructura da la universidad, lo
que requieren es una comunidad universitaria organizada, capaz de gestionar
espacios independientes de las autoridades para ser recibidos dentro de la
universidad y construir en conjunto la sociedad que queremos.
Pero la “comunidad universitaria” está lejos de
ser un ente homogéneo, hay estudiantes, maestros y trabajadores interesados,
propositivos y comprometidos con el acontecer de la vida política, económica y
cultural del país; pero hay también un porcentaje autocomplaciente, conforme
con su lugar en la universidad, indiferente y apático ante lo que ocurre en el
mundo. No será este último sector el que logre construir la transformación que
tanto necesitan la universidad, el país y el mundo, pues sus intereses no
superan el de la reproducción del statu quo.
La comunidad universitaria
que debe hacerse responsable de construir aquello que quiere ver, tanto en el
auditorio como en el resto de la universidad, es aquella que no llama a las
autoridades a retomar el espacio, porque sabe que son las mismas autoridades
las que desde hace muchos años promueven un proyecto privatizador dentro de la
universidad, aquellas que laboralmente mantienen la precarización de los
profesores por hora que ronda el 80% del total de académicos, la que elimina
plazas sindicalizadas; que presupuestariamente mantienen castas burocráticas y
retiran fondos a la investigación mientras que construyen espacios para el uso
de empresas privadas sin retribución a la universidad (la maestría en Alta
Dirección en la facultad de contaduría, el caso del equipo de los Pumas
manejado por una asociación civil ajena a la universidad o el deportivo Harp
Helú son algunos ejemplos). Políticamente, estas autoridades utilizan a la UNAM
como trampolín y capital político en sus carreras personales; culturalmente
favorecen el pensamiento conservador y la elitización de la cultura, además de
mantener la dinámica mafiosa entre los grupos artísticos. Las autoridades
universitarias se conducen a través de la mentira, apostando por el olvido de
que fueron ellas mismas las que desmantelaron el auditorio y lo inutilizaron
cuando entró la Policía Federal Preventiva el 6 de febrero del 2000.
El sector de la comunidad
universitaria crítico, propositivo y comprometido debe demostrar que lo es,
renunciar a su posición cómoda de “usuarios
educativos” para entrar en la lucha de gestionar y trabajar por los
espacios en la universidad: desde las salas y laboratorios, recursos y voz en
las decisiones y problemáticas, hasta los grandes auditorios y foros con que
cuenta la universidad. Por eso llamamos a este sector: sumen sus esfuerzos y
compromiso en la construcción de un nuevo rumbo para el auditorio ¡sirve, pero
no basta agendar actividades! Es necesario abrir y formar parte de la gestión,
organizarnos para construir efectivamente un espacio autónomo y autogestivo,
con acuerdos políticos sobre su rumbo y con fuerza para ser defendido con el
trabajo ante las embestidas políticas y mediáticas. La fuerza para construir
desde abajo junto con el movimiento social una universidad para y con el
pueblo. Es en ese camino que hemos orientado nuestra presencia en el auditorio,
primero en la Galería Autónoma CU, ahora con nuestra participación al lado de
otros colectivos, individuos y organizaciones en el Foro José Revueltas. Es en
esta perspectiva que vemos la salida a la actual coyuntura con saldo a favor de
la lucha social dentro y fuera de la universidad.
Tejiendo Organización Revolucionara (TOR).
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