x carolina
Centro de Medios Libres
28 marzo, 2016
Hay un territorio liberado dentro del campus de la Universidad
Nacional Autónoma de México. Se llama el Auditorio Che Guevara. Conocido como
el Auditorio Justo Sierra hace medio siglo, su nombre fue cambiado por
estudiantes en la huelga de 1968 y tres décadas después fue tomado en la huelga
estudiantil del 1999-2000. Perdido brevemente con la invasión a la UNAM de 2500
policías federales militarizadas el 6 de febrero del 2000, el auditorio fue
retomado unos meses después. Desde
entonces, varios grupos se han encargado de mantener el espacio.
El auditorio ahora
nombrado la OkupaChe se define como
un espacio autónomo de trabajo autogestivo,
un espacio del pueblo que se conforma de varios colectivos e individuos.
Ahí puedes disfrutar de
una deliciosa comida vegetariana, encontrar algo interesante para leer en la Fanzinoteca, escuchar las últimas
noticias en Radio Desobediencia, ver
una buena obra de teatro del Ollin
Company, aprender de la medicina alternativa, participar en un debate sobre
un tema de relevancia social, ayudar a pintar uno de los murales que adornan
las paredes, cultivar hortalizas orgánicas, asistir a una asamblea, ir a un
buen toquín o participar en talleres
de software libre, danza, tambores, medios libres, diseño gráfico, teatro
callejero, artesanías o idiomas, entre muchas otras opciones. Ahí se organizan
actividades libertarias y anarquistas, igual que eventos en apoyo a las luchas
de pueblos, el zapatismo, los presos y presas políticas, las luchas estudiantiles,
y los proyectos autónomos.
Lo que NO encontrarás en la OkupaChe es
capacitación para ser el ejecutivo de una gran empresa transnacional o un
policía de investigación o inteligencia, o un senador, diputado, magistrado o
jefe de un podrido partido político. Ahí se ofrece educación para vivir con
dignidad en un mundo tambaleante, es decir, el
mundo actual.
La presencia de la OkupaChe siempre ha sido la peor pesadilla
de las autoridades de la UNAM, especialmente del rector anterior José Narro
Robles, quien prometió echar del auditorio a “los maleantes” y hacerlo de nuevo un lugar “decente” de alta calidad
moral e intelectual. El nuevo rector, Enrique Luis Graue Wiechers, sigue en
los mismos pasos al lanzar una ofensiva para desalojar el espacio. Graue ha
sido bien retratado por los comandantes Galeano y Moisés del EZLN como un
triste burócrata que “toda su vida se ha
esforzado en ser un buen policía”.
Un solo ejemplo de la
calidad moral de los dos rectores se encuentra en un artículo publicado por
Contralínea el diciembre pasado. El informe los señala por solapar la
corrupción en la UNAM con respecto a los “desvíos,
sobreprecios, falta de registros y millones de pesos gastados sin licitación
alguna o sin contratos incluso…. en la organización de la Olimpiada Nacional
2014”.
La más reciente embestida
contra la OkupaChe empezó con el secuestro y encarcelamiento de uno de sus
activistas –el artesano y cocinero Jorge Emilio Esquivel Muñoz, “el Yorch”. El joven fue levantado el 24 de febrero a las
9:45 pm, por 10 o 15 agentes armados vestidos de civil. Los agentes federales,
quienes nunca se identificaron como policías, taclearon a Yorch, lo golpearon y lo subieron a punta de pistola a una
camioneta color blanco sin placas, mientras su compañera y otras personas
intentaron impedir que se lo llevaran. La detención ilegal se realizó unos
minutos después de que Yorch había
salido de un evento realizado en el Auditorio Che Guevara en apoyo a los presos
políticos y desaparecidos.
Después de una frenética
búsqueda para Yorch, por fin se
localizó cuatro horas después en la agencia del Ministerio Publico de la
delegación Cuauhtémoc, donde le achacaron una mochila con 50 envoltorios de
cocaína en piedra, 26 pastillas psicotrópicas Rivotril y 300 gramos de
mariguana en greña para acusarlo de ser “narcomenudista”.
Fue hasta el mediodía del 25 de febrero cuando lo presentaron ante un agente
del Ministerio Público, violentando así el debido proceso.
Después de rendir su
declaración ministerial, fue trasladado a la delegación de la Procuraduría
General de la República (PGR) en Azcapotzalco, donde algunos activistas se
manifestaron en su apoyo. Sus compañeros
insistieron en que era crucial obtener
los videos captados por las cámaras de vigilancia, los cuales demostrarían que
Jorge no llevaba maleta o mochila alguna.
Mientras tanto, los medios
comerciales funcionaron como voceros de la PGR, como si nunca hubieran
escuchado de “la presunción de inocencia”
de una persona detenida. Varios de ellos, como La Razón y Excélsior, repitieron como loros la versión de la
captura, no de un “presunto dealer”,
sino de “un dealer” ya encontrándolo
culpable antes del inicio de su proceso.
En El Financiero, el titular
fue “El Yorch era ‘activista’, pero
comercializaba con coca y mariguana”, como si la acusación hubiera sido
comprobada.
Sin preocuparse por el
terror policiaco mostrado en la detención de Yorch o por una posible desaparición forzada, los medios
comerciales se escandalizaron porque los jóvenes de la OkupaChe incendiaron
botes de basura, llantas, ramas y un vehículo de vigilancia como forma de
protesta ante el secuestro del Yorch.
A la vez, aplaudieron al jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, cuando anunció
que se reforzaría la vigilancia en los alrededores de Ciudad Universitaria.
Sin que pasaran las 48
horas constitucionales, y mucho menos las 96 posibles ante el tipo de
acusación, Yorch fue llevado al
CEFERESO 11, una prisión de máxima seguridad en Hermosillo, Sonora.
Yorch pasó 15 días en condiciones crueles en esa prisión de modelo
estadounidense, antes de salir bajo fianza el 9 de marzo por falta de pruebas o
testimonios que demostraran la venta de droga. Graue se indigna, dicen los
comandantes zapatistas “porque la policía
no hace bien el trabajo de fabricar culpables”. Sin embargo, en un momento cuando se debate
la legalización de mariguana en el país, el activista todavía enfrenta cargos
de posesión de la hierba y de las otras drogas.
En una conferencia de
prensa realizada en el Auditorio Che Guevara el 17 de marzo, de acuerdo con uno
de los resolutivos de la Asamblea Estudiantil y Académica celebrada el día 12
de marzo pasado en la Facultad de Filosofía y Letras, varios miembros de la
OkupaChe denunciaron la detención del Yorch
y exigieron su libertad. Hablaron de la criminalización de la lucha social
y de la importancia de defender el
espacio autónomo.
Reconocieron que en las
asambleas se han expresado diferencias de opinión sobre lo que pasa ahora en el
espacio. Sin embargo, dijeron, los
estudiantes y profesores de la Asamblea “están
de acuerdo en que no haya injerencia de las autoridades en el auditorio. Se
está planteando que se mantenga como un espacio autónomo. Y, en todo caso, si
se tiene que reorganizar el trabajo en el Che, no va a ser mediante un diálogo
o un acuerdo con las autoridades sino con el sector estudiantil y el sector
social”.
En la conferencia de
prensa, también se denunció el clima de hostigamiento que los activistas del Che
han vivido a partir de la detención de Yorch,
incluyendo seguimientos y amenazas en
sus teléfonos celulares.
El ataque
policiaco/jurídico/mediático contra Yorch
fue seguido por un intento de levantar a
otro compañero después de que él salió del auditorio a las 11 de la noche
del 20 de marzo, cuando caminaba por la
Avenida Universidad con rumbo al metro. En un comunicado no difundido en los
medios comerciales, el colectivo OkupaChe reportó: “A nuestro compañero se le empareja y se estaciona un auto deportivo
color amarillo y sin placas , de él descendieron dos personas de
aproximadamente 1.80 metros vestidos de playera blanca, jeans azules y corte
casquete corto; bajaron, lo golpearon e intentaron subirlo hacia el auto,
cuando una mujer se percató del forcejeo, comenzó a gritar ‘se lo quieren
llevar’ y las personas de su alrededor se empezaron a juntar, motivo por el
cual tales sujetos frustraron el ataque y huyeron en dirección al metro Miguel
Ángel de Quevedo”.
Y si esta mujer no hubiera
gritado, ¿qué habría pasado? ¿Una desaparición forzada? ¿La detención y
encarcelamiento de otro activista de la OkupaChe para seguir con la
criminalización?
Graue ahora reúne apoyo
para un desalojo. Insiste en que él privilegiará
el diálogo antes de pedir la intervención poliaca/militar, pero no ha propuesto ningún diálogo. Sin embargo,
ha conseguido el respaldo para un desalojo de varias entidades: el Consejo
General de la UNAM, el Consejo Técnico
de la Facultad de Filosofía y Letras y
el Senado de la República, prometido por el coordinador del PRD Miguel
Barbosa Huerta y el presidente de la Junta de Coordinación Política, Emilio
Gamboa Patrón. El rector también recibe apoyo de un grupo de estudiantes de la
Facultad de Derecho que ha convocado a un mitin en la Rectoría para el viernes
1 de abril para promover el desalojo. “Creemos
que (Graue) fue recto en decir que se
va a agotar el diálogo y que en caso de que no se logre nada, se usará la
fuerza pública”, dijo uno de los estudiantes.
La criminalización en los
medios de comunicación también se ha extendido a otros activistas que han
participado en la OkupaChe en el pasado o presente, y también a varias personas
que nunca han participado en ella. Las fotos e información publicadas en El Universal, Reforma, La Jornada, Milenio, La Razón, 24-Horas, Radio
Fómula, Excélsior y otros medios
de comunicación, pintan a más de una
docena de activistas como delincuentes,
vendedores de droga y vándalos que tienen el “Auditorio Justo Sierra” tomado
ilegalmente. Sus informes difamatorios ni siquiera cuestionan la información
difundida por la Rectoría y la PGR.
La mayoría de las fotos
son las mismas que salieron en 2013 y 2014, cuando se reportó que la PGR había
abierto averiguaciones previas contra 19 “delincuentes”.
La mitad de las personas criminalizadas en las supuestas averiguaciones también
han sido castigadas injustamente por participar en luchas contra la
privatización de la educación. Un activista pasó más de un año en prisión por
haber participado en la marcha del 2 de octubre de 2009, y otro pasó más de un
año en prisión, acusado del delito de ataques
a la paz pública en la marcha del 2 de octubre de 2013, aunque fue detenido
ANTES de llegar a la marcha. Otros cuatro compañeros y compañeras fueron
detenidos en el mismo momento bajo la misma acusación. Varios de ellos todavía
tienen que ir a firmar cada semana, acusados de un delito ya declarado
inconstitucional el febrero pasado.
Está en la lista de “delincuentes” también una maestra de la
medicina alternativa y un maestro de teatro y danza que no se limita a actuar
en un escenario, sino que lleva sus producciones a las calles y plazas de
comunidades urbanas y rurales en solidaridad con sus luchas. Y para el colmo,
en la última versión de la lista difundida por Ciro Gómez Leyva en Radio Fórmula, la madre de un activista
asesinado hace cuatro años ahora está nombrada por el gran crimen de exigir respuestas con respecto a la muerte de su
hijo.
Cuando periodistas
liberales como San Juana Martínez expresan alarma sobre la amenaza presentada
por la OkupaChe al inexistente “estado de
derecho” en México, viene a la mente
la imagen del payaso Brozo arrancándose
los cabellos sobre la misma amenaza supuestamente presentada por el Frente de
Pueblos en Defensa de la Tierra en Atenco ese mayo sangriento del 2006: ¡Ay Dios mio! ¡Fíjense en la golpiza que
esos revoltosos dieron al policía! ¡Está en riesgo el estado de derecho! ¿Qué
hacemos? ¿Quedarse de brazos cruzados? ¡El estado de derecho! ¡El estado de
derecho! ¿Qué hacemos? ¿Qué hacemos?
Pues, enviar miles de
tropas federales y estatales para golpear, torturar y asesinar a campesinos
dignos que defienden sus tierras, payaso. Tú lo pediste.
Los ataques contra el
Auditorio Che Guevara ocupado no son nada nuevo. En 2008 el Rector José Narro
declaró su intención de desalojar el auditorio, y ese año la táctica principal consistía en
ataques por grupos porriles bien conocidos. Aunque la mayoría de los espacios
estudiantiles quedaron indefensos ante los ataques, la OkupaChé opuso
resistencia en varias ocasiones, incluyendo el día 12 de septiembre. A los
porros no les fue tan bien ese día.
Durante todo el régimen de
Narro, sin embargo, hubo un sinfín de amenazas de muerte, calumnias en los
medios de comunicación y un ataque violento el 3 de marzo del 2014,
protagonizado por grupos que buscaron controlar el auditorio, con un saldo de
tres compañeros de la okupa brutalmente torturados y golpeados con el pretexto
de que eran “sucios drogadictos”.
Ocho meses después, el 15
de noviembre, varios integrantes de la Okupa increparon a cuatro agentes que
llegaron en un Sentra para sacar fotos del espacio en una presunta
investigación del robo de un teléfono celular. La presencia ilegal de un
secretario del Ministerio Público, un elemento de la Policía de Investigación y
dos peritos de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF)
provocó la ira de los activistas.
Mientras el enfrentamiento se acaloró, el policía de investigación Luis
Javier Aguinaga Saavedra disparó a un compañero, hiriéndolo en el muslo. Los
agentes agresores se quejaron de que el tirador luego sufrió un descalabro y
que el Sentra fue quemado. Los 500
granaderos del Distrito Federal que llegaron ilegalmente para “poner orden” fueron repelidos con
piedras y botellas lanzadas por al menos 100 jóvenes. El compañero herido puso
una demanda contra Aguinaga y como resultado, ha sido objetivo de amenazas y
seguimientos hasta la fecha.
Mientras los colectivos de
la Okupa han insistido en que resistirán el desalojo y cada ataque contra ellos
tendrá una respuesta. No saldrán del espacio por su propia voluntad pero por si
acaso el rector sea suficiente estúpido para sacarlos de ahí con la fuerza
policiaca-militar, las ocupaciones se multiplicarán. Como una importante forma
de resistencia, simplemente siguen con su trabajo diario y organizan cada vez
más eventos, incluyendo un día de solidaridad internacional con Yorch el 23 de abril.
Voces desde la OkupaChe
Y ante la criminalización, ante el peligro de ser levantado,
desaparecido, encarcelado o baleado, ¿qué es lo que motiva a los colectivos e
individuos de la OkupaChe a defender este espacio autónomo? Para ellos, ¿cuál
es el aspecto más importante de su trabajo, el que más les gusta? Aquí tengo
unas respuestas.
.- Bueno, fuera de que está dentro de una institución como la
UNAM, y que rompe con todo lo convencional, me gusta la libertad y la apertura
que hay, la diversidad de pensamientos e ideas y la libertad con que se pueden
hacer acciones o actividades con ese libre albedrío de hacerlo porque te nace o
porque tienes una idea. Aquí se puede materializar una buena parte de lo que se
tiene pensado como lucha.
.-Lo que más me gusta de este espacio aparte de las luchas
internacionales, es que se junta mucha banda librepensadora que puede expresar
sus ideas y trabajar individualmente y también en el apoyo mutuo de la
comunidad de toda la banda. Y seguir
aprendiendo ¿no? Hay muchas cosas que aprender, mucho material, mucha
información. Y pues sí, muy importante la solidaridad con todas las personas.
.- Creo que ocupar estos espacios es una forma muy digna de
vivir, de hacer trabajo político. Tú eliges como vives, tú eliges qué
construyes, qué haces, qué no haces, no por obligación sino por consciencia.
Las autoridades están desplazadas. El comedor nos ayuda a alimentarnos bien sin
comer carne. Me gusta ayudar a mantener la videoteca y difundir luchas
importantes por la Radio Desobediencia todos los días.
.- Estamos aquí en la cocina preparando la comida vegetariana.
Es una de las cosas que más me gusta igual que el arte, el teatro y la música.
Me gusta construir la autonomía, cosas nuevas, relaciones nuevas, relacionarnos
de forma distinta a la que es en interés individual, el egoísmo y el
consumismo. Les invitamos a venir al espacio a apoyarnos. Ahora está muy fuerte
la campaña en contra del espacio, cosas fuertes por parte de la Rectoría.
Estamos aquí construyendo otro mundo.
.- Hace más o menos dos años y medio que empecé a llegar al
espacio por medio de amigos y amigas que estaban trabajando aquí. Era una forma
alternativa para vivir y llevar nuestra vida cotidiana a un plano distinto de
lo que para nosotros era lo normal. Vivir colectivamente conlleva muchas responsabilidades
y problemas, pero de una forma todos preferimos esto a una vida que ya sabemos
a donde nos conduce. Por eso no la queremos.
.- Me gusta que éste es un lugar donde llega mucha gente y se
encuentran y platican y conversan, donde se crean amistades, lazos, trabajos,
proyectos. No sé, de alguna forma se siente la vida aunque a veces estamos
deprimidos y agüitados, intentamos animarnos entre nosotros, porque si no
estamos juntos, es más fácil quebrarnos. Aunque cada quien lleva su vida
individual, vamos trabajando esa colectividad, defendiendo nuestro
individualismo pero trabajando en conjunto. Me gusta estar aquí porque me
siento bien. Me gusta estar con las personas que quiero. Me gusta hacer las
cosas que quiero hacer.
.-Aquí nos ocupamos de cosas muy importantes como la libertad
de los presos políticos y el daño que hace a los seres humanos el sistema
carcelario. Hoy mismo hubo un taller sobre esto y otro sobre las drogas como
una forma de control social. No son temas abstractos. Tienen mucho que ver con
nuestras vidas y los peligros que enfrentamos.
.- Me gustan los talleres, por ejemplo el de la autodefensa
personal. En este último mes han estado atacando a la gente en el espacio,
intentando levantarnos, entonces la defensa personal en este ambiente se aplica
inmediatamente. También está el espacio anarko-feminista donde compartimos
nuestras experiencias. Vivimos en una sociedad machista, pero aquí en este
espacio, muchas personas empiezan a romper
con las formas patriarcales de
vivir, sin ser dominadas por el machismo y el sexismo.
.- Aquí tenemos un huerto medicinal donde podemos aprender
cuales plantas nos ayudan a curarnos y que se pueden usar para hacer las
microdosis. Varios compas aquí tienen experiencia en la medicina alternativa y
nos ayudan a mantenernos en buena salud y enseñar a otras personas a hacer lo
mismo.
.- Lo que más me gusta es compartir experiencias con mis
compas porque todos somos muy diferentes y esto nos nutre. También los compas
aquí son muy solidarios o intentamos serlo. Y me gusta que siempre buscamos
alternativas para vivir en esta realidad.
.- Para mí este espacio es como un semillero donde nos
retroalimentamos como individuos que lamentablemente nacimos en esta sociedad
mecanizada e industrializada. Aquí proponemos nuevas formas de trasgredir la
realidad. Hay muchas maneras. Cada quien escoge la manera, pero para mí,
trasgredir lo impuesto. La realidad es violenta. Es opresora. Trasgredir es
proponer nuevas formas de relacionarnos. Esta para mí es vida. Y por la vida
vale la pena luchar. Y por la libertad de las personas también.
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