Regular los medios
comunitarios es un arma de doble filo: investigadora Nuria Reguero
Publicado el 31 octubre
2015
¿Los peligros de regularse? “Si no puedes reunir los requisitos que se
imponen, porque no puedes o no quieres y te quedas por fuera, la regulación
termina siendo una trampa”.
Desinformémonos
Por Eliana Gilet
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Kaos en la red
03 febrero, 2016
Nuria Reguero es originaria de Catalunya pero hace dos años
que se vino a México a formar su familia. Cuando era estudiante de periodismo
en Barcelona, empezó a colaborar en una experiencia de televisión comunitaria
de esa ciudad que se llama “La Tele”,
donde se familiarizó con los detalles y conflictos que implica el reparto de
frecuencias y licencias para medios comunitarios. “Quise colaborar allí porque era una manera más comprometida de hacer
periodismo. Al final me dediqué al ‘lobby’, el cabildeo necesario que tienen
los procesos de regulación”. Relata que eso hizo que se pusiera a estudiar
las experiencias de regulación, tanto de su país natal como internacionales,
para saber qué estaba pasando con el espectro.
De esa tarea sacó algunas
conclusiones interesantes: “Si nos vamos
a meter a hacer lobby para la regulación que nos agarren preparados. Es un
desgaste para los colectivos, porque somos los mismos quienes cabildeamos y
quienes producimos”. Advierte que este proceso implica confrontaciones
dentro del sector, como en el caso de Francia. “Cuando se reguló allí se dieron fondos públicos. En el momento en que
los medios se acomodan en esta estructura, en que te dan más puntos (y más
dinero) si haces tales o cuales
programas, te domésticas y al final se pierde la esencia de lo que era una
radio libre”.
Nuria advierte que lo
clave es saber qué se quiere, que los colectivos que forman parte del sector
puedan ponerse de acuerdo, trazar estrategias y aprovechar el trabajo hecho
previamente. “Si nos metemos a cabildear
tenemos que pedir todo lo que podamos, porque al final nos dan las migajas. Mi
experiencia es que a pesar de todo el esfuerzo que conlleva para los
colectivos, te dan muy poquito ¿Estamos dispuestos a recibir ese poquito?”
En cuanto a la situación
de México, Nuria trae a la conversación la consulta hecha por el Instituto
Federal de Telecomunicaciones, sobre los lineamientos para solicitar
concesiones de Radio Indígenas y Comunitarias, es decir, qué pedirle a quienes.
Fugaz, el proceso comenzó en abril de este año y el 16 de julio ya se estaban
presentando sus resultados.
“Fue positivo que se planteara elaborar los requisitos
conjuntamente, pero lo que se vio no fue tan así. Todo se hizo tan rápido que a
las comunidades no les daba el tiempo para enterarse de lo que se estaba
pasando y a la vez llegar a acuerdos. También se quejaron de que la gente que
mandó el gobierno no tenía poder de decisión, por eso sentían que no estaban
dialogando entre pares. Se quejaron de que la cobertura (es decir, el alcance
territorial de la radio) era muy pequeña
y que había que coordinar mejor la gestión del espectro porque están dando
frecuencias en un espacio muy pequeño de la banda”.
A su vez, Nuria comenzó
por su cuenta e interés a hacer un sondeo en México sobre las opiniones acerca
de la regulación, que tienen los colectivos que están en funcionamiento. “Recién estoy comenzando, pero la idea es
pasarlo por diferentes países y montar un blog para poder discutir estos temas”.
Dice que de los siete medios comunitarios mexicanos que le han contestado, la
mitad ya no creen en una regulación que venga del Estado. “Es muy legítimo que haya medios que no quieran pasar por el aro”.
¿Los peligros de
regularse? “Si no puedes reunir los
requisitos que se imponen, porque no puedes o no quieres y te quedas por fuera,
la regulación termina siendo una trampa. Es un arma de doble filo. A los que
beneficia y entran les va muy bien, pero
a los que no caben en ese cuadrito, pues les convendría más ser a-legal, que es
como estar en un limbo en dónde puedes apelar al derecho internacional. Cuando
queremos bajar ese derecho a la escala estatal, el sesgo del Estado nos puede
acabar perjudicando. Es un dilema que va a ser constante. Llevo dos años en
México, aprendiendo lo que está pasando aquí y veo que los procesos en
distintas partes del mundo al final son el mismo: hay un espectro
radioeléctrico, sometido a la voluntad del gobierno que termina favoreciéndose
a sí mismo y a las empresas, pero que excluye a la sociedad civil”.
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