“La desaparición de los 43 de Ayotzinapa está relacionada a factores geopolíticos”: Sergio González Rodríguez
Por Mario Casasús
01 febrero, 2016
Cuernavaca.- En entrevista con Clarín.cl Sergio González
Rodríguez (1950), denuncia la participación de agentes norteamericanos en México:
“Desde la entrada en vigor del Acuerdo
para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte, entre México, Estados
Unidos y Canadá, se reafirmó la inscripción de México al Comando de América del
Norte, este organismo militar de Estados Unidos mantiene una política de
contrainsurgencia y todos los días llevan a la práctica el convenio en
territorio mexicano, hay más de 25,000 agentes de inteligencia de Estados
Unidos en México que realizan sus operaciones armados, hay más de 50 bases
militares en México para uso exclusivo de Estados Unidos. En los documentos
norteamericanos viene información del área de inteligencia –confirmada por
fuentes mexicanas- de que participaron agentes de Estados Unidos en los hechos
de Iguala, la Escuela de Ayotzinapa está infiltrada por diferentes agencias y
el Ejército”. Los 43 de Iguala. México: verdad y reto de los estudiantes
desaparecidos (2015) es un estudio de caso de la tesis Campo
de guerra (Premio Anagrama de Ensayo 2014).
Autor de los libros: Los
bajos fondos, el antro, la bohemia y el café (1988), El
centauro en el paisaje (1992), Huesos en el desierto (2002), De
sangre y de sol (2006), El hombre sin cabeza (2009), Campo
de guerra (2014) y Los 43 de Iguala (2015). El escritor
Sergio González Rodríguez también publicó las novelas: La noche oculta (1990), El
triángulo imperfecto (2003), El plan Schreber (2004), La
pandilla cósmica (2005), El vuelo (2008) y El
artista adolescente que confundía el mundo con un cómic (2014).
La negativa de los
militares para declarar ante el Grupo de Expertos de la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos que investiga los crímenes de Iguala, y el financiamiento
gubernamental destinado a campañas mediáticas, forman parte de la misma
estrategia, según la conclusión de Sergio González Rodríguez: “Tratan de reemplazar la responsabilidad de
investigar a fondo con propaganda, pretenden convencer a la sociedad para que
generen percepciones positivas sobre el gobierno, ellos pagaron un docudrama…
este tipo de respuestas son obvias, nos hablan de un tipo de gobierno que
decide tratar de manipular los efectos en lugar de combatir las causas, además
no hay voluntad política para investigar por mucho que lo declare la PGR o la
Secretaría Gobernación (Ministerio del Interior), en el mismo sentido está la
renuencia de miembros de las Fuerzas Armadas para ser interrogados directamente
so pretexto de no vulnerar la Seguridad Nacional, el Acuerdo para la Seguridad
y Prosperidad de América del Norte impide al Ejército mexicano someterse al
escrutinio de la CIDH, porque los militares se rigen por los conceptos de
Seguridad Nacional de los Estados Unidos”.
Entrevista a Sergio
González Rodríguez
(por Mario
Casasús)
Mario Casasús.- Sergio,
¿cómo fue el proceso de investigación y escritura del libro Los 43 de Iguala?
Sergio González Rodríguez.- Cuando sucedió la noche atroz de Iguala
empecé a leer las noticias para saber de qué se trataba, recuerdo que apareció
en muy bajo perfil la primera noticia donde se hablaba prácticamente de un
conflicto entre estudiantes y la policía, a los pocos días vimos que era un
asunto más grave, y la autoridad al contrario de investigar los hechos,
simplemente dijo que era un problema local, argumentaron la autonomía del
municipio, obviamente el crimen resultó tan grave que el caso terminó en la
Procuraduría General de la República (PGR), a partir de septiembre me interesé
en la información y comencé a recopilar datos, algunos amigos editores me
preguntaron si escribiría un libro porque la noticia de los estudiantes de
Ayotzinapa tenía una resonancia muy fuerte en el extranjero, poco a poco fui
elaborando un primer texto, terminé el libro después de tres meses de
investigación y otros tres meses de escritura, Los 43 de Iguala
(Anagrama, 2015) salió en el primer aniversario, es un libro corto (163
páginas), pero también es la aplicación de un estudio de caso de la tesis que
manejé en mi libro anterior Campo de guerra (Anagrama, 2014).
MC.- El alcalde de Iguala y su
esposa eran cómplices del narcotráfico, la policía local trabajaba para el cártel
“Guerreros Unidos” y el 27 Batallón de Infantería sabía lo que estaba pasando
la noche del 26 de septiembre en Iguala. Tu libro presenta un contexto
geopolítico para entender el crimen de Estado…
SGR.- Es muy importante que observemos la noche atroz de Iguala
como algo que no se circunscribe a un problema criminal, o la pugna entre
grupos criminales, que desembocó en el ataque y desaparición de los 43
estudiantes de Ayotzinapa; yo creo que es un problema de índole político, los
antecedentes son profundos: se refieren a la pobreza, la desigualdad y la
marginación que hay en el Estado de Guerrero, también tienen que ver con
factores relacionados con la historia propia de Guerrero: la guerrilla, la
siembra y el tráfico de drogas, los grupos criminales, la presencia del
Ejército y la Marina, y la inversión extranjera, a través de los grandes
corporativos de la extracción minera, no podemos pasar por alto los factores
geopolíticos y las agencias de inteligencia de Estados Unidos que operan en
México.
MC.- ¿Desde cuándo operan los
agentes de Estados Unidos en México?
SGR.- Desde la entrada en vigor del Acuerdo para la Seguridad y
Prosperidad de América del Norte, entre México, Estados Unidos y Canadá, se
reafirmó la inscripción de México al Comando de América del Norte, este
organismo militar de Estados Unidos mantiene una política de contrainsurgencia
y todos los días llevan a la práctica el convenio en territorio mexicano, hay
más de 25,000 agentes de inteligencia de Estados Unidos en México que realizan
sus operaciones armados, hay más de 50 bases militares en México para uso
exclusivo de Estados Unidos. En los documentos norteamericanos viene
información del área de inteligencia –confirmada por fuentes mexicanas- de que
participaron agentes de Estados Unidos en los hechos de Iguala, la Escuela de
Ayotzinapa está infiltrada por diferentes agencias, por el Ejército –los
militares reconocieron que tenían a un soldado desaparecido en el grupo de los
43-, y por el crimen organizado; la información está en mi libro, las fuentes
son extensas y válidas, esto cambia el marco de lectura que desde un primer
momento se presentó como una narrativa de “buenos”
vs “malos”, creo que acontecimientos
de alto impacto como la noche de Iguala merecen un replanteamiento y tenemos
que dotar al lector de la mayor cantidad de información para que pueda apreciar
mejor los hechos.
MC.- Siguiendo con la idea de
“replantear el marco de lectura”, ¿tienes planes para reeditar tu libro con los
avances en la investigación del Grupo de Expertos de la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos?
SGR.- Cuando publiqué mi libro, simultáneamente, se presentó el
Informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos de la CIDH, pero recordarás
que su informe fue dado a conocer por entregas a lo largo del año, donde ya se
perfilaban las mismas conclusiones que después se integraron al Informe final y
esto hizo posible que yo pudiera incorporar y ampliar la información que
desmiente la versión oficial de la PGR, el Informe del Grupo de Expertos no
añade nada nuevo a lo que escribí en mi libro, la ventaja en mi libro es que yo
sí puedo incluir una lectura política, además del Informe pericial y forense
del Grupo de Expertos, las dos investigaciones llegaron a la misma conclusión,
hay una coincidencia: cualquiera que lea las averiguaciones previas de la PGR,
o se base en las declaraciones de la “verdad
histórica” se dará cuenta que son sumamente cuestionables, pues abundan las
inconsistencias y las contradicciones.
MC.- ¿Cómo defines tu enfoque
al estudiar un crimen de Estado?
SGR.- Debo comentar que estudié en la Facultad de Filosofía y
Letras de la UNAM, también soy licenciado en periodismo por la Escuela Carlos
Septién García y tengo dos maestrías en derecho (“Políticas jurídicas” y “Justicia
penal y seguridad pública”). Por el conocimiento especializado que tengo en
estos temas puedo realizar una tarea de análisis más detallada que lo habitual,
es una ventaja al momento de dar una lectura integral para beneficio de los
interesados en estudiar la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
MC.- Tu libro incluye mapas
del Estado de Guerrero con las zonas de influencia del narco y la guerrilla;
también hay diagramas del “Modelo de
amenazas” y la “Maquinaria insurgente”. ¿Por qué publicas este tipo de
iconografía sobre Guerrero y 113 notas a pie de página?, ¿piensas en lectores
del extranjero?
SGR.- Eso que señalas es interesante, se piensa en lectores
extranjeros, pero también pensaba en los lectores mexicanos, recordemos que
México es un país de jóvenes, con un promedio de edad de 29 años, muchos de
estos chicos no conocen la historia de los zapatistas de 1994…
MC.- Tampoco conocen la
historia de Lucio Cabañas…
SGR.- No saben quién fue Lucio Cabañas o Genaro Vázquez, no saben
que hubo una guerrilla en México y la Operación Cóndor, no saben que desde la
década de 1970 hay sistemáticamente operaciones de contrainteligencia por parte
del Estado mexicano para contener la guerrilla.
MC.- Los jóvenes son un público
cautivo para las películas con actores de la televisión, ¿qué opinas del
“docudrama” inspirado en la “verdad histórica” de la PGR?
SGR.- Es una respuesta gubernamental que yo siempre he cuestionado:
tratan de reemplazar la responsabilidad de investigar a fondo con propaganda,
pretenden convencer a la sociedad para que generen percepciones positivas sobre
el gobierno, ellos pagaron un “docudrama”
donde se busca que la gente acepte: “en
realidad la noche de Iguala es un problema del crimen organizado, es un tema de
nota roja y por lo tanto no debe merecer tanta atención”, este tipo de
respuestas son obvias, no satisfacen las preguntas de la gente, mucho menos de
las familias de las víctimas y nos hablan de un tipo de gobierno que decide
tratar de manipular los efectos en lugar de combatir las causas, además no hay
voluntad política para investigar por mucho que lo declare la PGR o la
Secretaría Gobernación (Ministerio del Interior), en el mismo sentido está la
renuencia de miembros de las Fuerzas Armadas para ser interrogados directamente
so pretexto de no vulnerar la “Seguridad
Nacional”, el Acuerdo para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte
impide al Ejército mexicano someterse al escrutinio de la CIDH, porque los
militares se rigen por los conceptos de Seguridad Nacional de los Estados
Unidos.
MC.- Ante la nula voluntad
política para investigar los crímenes de Iguala, en tu opinión de abogado, ¿el
caso de los 43 de Ayotzinapa llegará a Tribunales Internacionales?
SGR.- El gobierno tiene la tradicional actitud de cumplir con la
firma de acuerdos internacionales, pero en la práctica no se respetan los
derechos humanos. A pesar de la presión internacional vamos a ver que los
jueces aceptarán las averiguaciones previas de la PGR, y podrían emitir una
sentencia acorde con la “verdad
histórica” del gobierno, si la impunidad se consolida en México, el caso de
la noche atroz de Iguala debería llegar a los Tribunales Internacionales.
MC.- Finalmente, ¿por qué
eliges un fragmento de “La fórmula secreta” de Juan Rulfo para el colofón de tu
libro?
SGR.- No podemos olvidar que Juan Rulfo es el gran exponente de la
narrativa de lo trágico en el país, en algún momento yo proponía que las dos
grandes tradiciones de la narrativa mexicana son la vertiente trágica que
representa Juan Rulfo y la vertiente sarcástica que encarna Jorge
Ibargüengoitia, no digo que todas las narrativas mexicanas se remitan a las dos
vertientes. Incluí en el colofón un texto de Rulfo porque la tragedia de los 43
muchachos nos recuerda la vertiente narrativa de Rulfo.
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