Marcha de
agentes de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC) de la
Casa de Justicia La Patria es Primero en Tixtla. Foto: Flor Goche, Contralínea.
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EN TIXTLA: VIOLENCIA
DESESTABILIZADORA.
Editorial de La Jornada
Suplemento Ojarasca
Foto: Flor Goche, Contralínea.
Cuatro policías comunitarios fueron asesinados ayer por un grupo armado en el barrio del Fortín, ubicado en la cabecera municipal de Tixtla, Guerrero. Las víctimas pertenecían a la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC) de la Casa de Justicia La Patria es Primero. A decir de los integrantes de esta organización, el ataque se realizó cuando los policías comunitarios asistían a atender una llamada de la ciudadanía que los condujo hasta el referido barrio, donde fueron acribillados.
El hecho
comentado se produce a tres días de los comicios extraordinarios para elegir
alcalde en ese municipio guerrerense, luego de que el proceso electoral del
pasado 7 de junio fue anulado por las protestas de normalistas y padres de
familia que exigen justicia por el caso de los 43 estudiantes de Ayotzinapa,
desaparecidos el 26 de septiembre de 2014. Significativamente, la masacre en
Tixtla –municipio en el que se encuentra la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de
Ayotzinapa– también coincidió en tiempo con la conmemoración de los 14 meses
transcurridos desde la agresión contra estudiantes normalistas ocurrida en
Iguala, que no ha sido esclarecida de forma convincente y satisfactoria ni se
ha visto compensada por acto de justicia alguno para las víctimas y sus
familias.
Un tercer
elemento de contexto es el clima de violencia que se vive en el municipio
guerrerense, atribuido originalmente a la confrontación de las bandas
delictivas Los Rojos y Los Ardillos, pero que en meses
recientes ha adquirido un claro componente político: de acuerdo con denuncias
de la Asamblea Popular de Tixtla –organización que boicoteó los comicios del 7
de junio–, esas mafias mantienen alianzas con partidos políticos tradicionales
en la región, fundamentalmente el PRI y el PRD, los cuales, a su vez, se han
valido de las bandas referidas para hostilizar y agredir a opositores
políticos. Como botones de muestra de ese entreveramiento entre delincuencia y
partidos políticos, la Asamblea Popular de Tixtla ha denunciado la presencia de
individuos armados, presuntamente afines al tricolor y el sol azteca en los
actos de campaña por la presidencia municipal, y ha informado que durante los
seis meses del gobierno interino encabezado por el priísta Raúl Vega Astudillo
–primo del gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo– han tenido lugar ocho
asesinatos y 18 desapariciones.
El correlato
ineludible de esta violencia es la decisión de la Asamblea Popular de Tixtla de
no boicotear las elecciones del próximo domingo y participar en ellas en
alianza con el Movimiento Regeneración Nacional. Tal hecho ha sentado un
precedente inusual en la historia política del país, en la medida que implica
la articulación de un movimiento popular con un partido político nacional, que permite
al primero encauzar sus demandas sociales por vías institucionales y participar
en la arena electoral.
En lo
inmediato, los homicidios perpetrados la víspera merman el entusiasmo que había
despertado esa participación en la comunidad de Tixtla y desestabilizan el
proceso electoral venidero; alimentan el clima de crispación política que se
vive en ese municipio y desmienten la pretendida normalidad política, social y
legal que, de acuerdo con el nuevo gobierno de Guerrero, priva en la entidad.
Voluntaria o
involuntariamente, los autores materiales e intelectuales de los crímenes
cometidos en Tixtla han atentado no sólo contra la vida de cuatro personas,
sino también contra las aspiraciones de restablecer la normalidad democrática en territorio guerrerense y, en particular,
en ese municipio, y contra la maltrecha credibilidad de la institucionalidad
política y electoral del país.
Desde Morelos: repudio por
asesinato de policías comunitarios
La verdad de los de abajo
28 de noviembre de 2015
Compañeros con mucha rabia, dolor e
indignación les informamos que el día 26 de Noviembre aproximadamente a las 2
de la tarde fueron emboscados unos compañeros integrantes de la CRAC-PC de
Tixtla "La Patria es primero"
en donde fueron abatidos 4 compañeros policías comunitarios entre ellos el
comandante.
Desde
Morelos manifestamos nuestro total repudio a esta política de terror y muerte
que ha implementado el narcoestado mexicano en contra de todo aquel que
protesta, se inconforma, se organiza y lucha.
Por otra
parte hacemos un llamado a todos los compañeros a denunciar estos actos de
barbarie que solo nos dejan en claro que vivimos bajo una narcodictadura donde
ya no es posible protestar y/o manifestarse.
Así
mismo reiteramos que ¡FUE EL ESTADO!
¡ALTO
A LAS EJECUCIONES EXTRAJUDICIALES!
¡EL
RESPETO A NUESTROS DERECHOS SERÁ JUSTICIA!
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