Por Lorena Aguilar Aguilar
El
clamor de las familias de los 43 normalistas de Ayotzinapa, desaparecidos por
el Estado Mexicano el pasado 26 de septiembre de 2014, llegó a tierras mayas
con la caravana de madres y padres que desde el 19 de junio de 2015 está
recorriendo la Península de Yucatán.
Esta
caravana la convocó el Congreso Nacional Indígena (CNI) región península.
Después de recorrer algunos pueblos de Quintana Roo, llegaron a Yucatán.
La
primera actividad del domingo 21 de junio fue una misa por la aparición con
vida de los 43 normalistas desaparecidos, por la recuperación de los que
quedaron heridos y por el descanso de los tres compañeros que fueron ejecutados
extrajudicialmente la noche que fueron agredidos por la policía de Iguala. La
misa se llevó a cabo en la capilla de San José Obrero de la colonia Sambulá,
oficiaron los presbíteros Raúl Lugo y Atilano Ceballos, quienes se
solidarizaron con Ayotzinapa desde el día de los hechos.
Posteriormente
se realizó un diálogo con las madres y los padres de Ayotzinapa. En la mesa panel
estuvieron Rusell Peba del CNI, Cristina Bautista Salvador, madres de Benjamín
Ascencio Bautista; Tomás Ramírez, padre César Ramírez Nava; Berta Nava, madre
de César Ramírez Nava y Omar García, sobreviviente de los ataques la noche del
26 de septiembre.
Russell
Peba explicó que el CNI, es la casa de los pueblos indígenas de México y de las
expresiones de lucha del país. Surge para reivindicar y hacer válidos los
Acuerdos de San Andrés Sakamch’en de los pobres, que fueron traicionados por el
gobierno.
La
señora Cristina Bautista compartió con las personas que asistieron al diálogo
que desde el día en que supo que su hijo estaba entre los normalistas
desaparecidos, ella se fue a la Normal Rural de Ayotzinapa y ahí ha vivido
durante estos últimos 9 meses. Platicó que ella no quiere irse regresar a su
pueblo sin su hijo Benjamín. Comentó que gracias al Equipo Argentino de
Antropología Forense es que no los ha podido engañar el gobierno, ya que no han
permitido que les entreguen cuerpos que no corresponden a los normalistas. En
su intervención recordó al joven profesor Antonio Vivar Díaz quien se
solidarizó con los normalistas desaparecidos y fue asesinado en Tlapa de
Comonfort el día 7 de junio de 2015.
Tomás
Ramírez y Berta Nava son los padres de Julio César Ramírez Nava, quien fue uno
de los tres normalistas asesinados por la policía de Iguala la noche del 26 de
septiembre. Don Tomás comentó que la caravana busca justicia para los
normalistas asesinados y la aparición de los 43 desaparecidos, aunque dijo que
para la gente pobre nunca hay justicia. Denunció que de las personas detenidas
por este crimen, nadie ha sido acusado por el delito de desaparición forzada,
ni siquiera el ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca, quien es el autor
intelectual.
Por
su parte doña Berta agradeció al CNI y al EZLN por el trabajo que han hecho.
Mencionó que esta es la segunda caravana que han realizado. Comentó que están
aquí para compartir su rabia y su dolor. Señaló que la noche que fueron
agredidos los normalistas viajaron para conseguir apoyos para poder participar
en las actividades del 2 de octubre en la Ciudad de México. Ella mencionó que
su hijo le habló aquella noche para avisarle que iba a Iguala a buscar a sus compañeros
porque ya habían matado a uno. Denunció que las autoridades les tienen
vigilados como si fueran delincuentes.
Doña
Berta compartió con las y los asistentes el dolor que representa perder a un
hijo de esa manera, pero también dijo que ella quiere a los otros estudiantes
de Ayotzinapa como si fueran sus hijos.
Por
su parte, el estudiante Omar García, sobreviviente de la masacre en la que
perdieron la vida 3 de sus compañeros, dos resultaron gravemente heridos y 43
fueron desaparecidos, habló sobre las investigaciones que se han llevado a cabo
desde la noche de los hechos. Denunció que el gobierno federal siempre ha
buscado una “solución mediática y
política” para este crimen, aunque no sea real.
Comentó
que las y los maestros, más allá del aula deben enseñar a leer la realidad, que
eso es lo que aprenden en la normal rural de Ayotzinapa.
Recalcó
que los normalistas no son delincuentes y dejó muy en claro que el movimiento
de los familiares de Ayotzinapa no persigue intereses políticos ni económicos,
el fin que persiguen es la justicia.
Las
actividades de la caravana continuarán en otros poblados de Yucatán.
Comentarios