COMANDANTE TOÑO: asesinado por luchar. Ejemplo de identidad, de firmeza, pero sobre todo de congruencia
La
criminal represión estatal escala niveles fascistas
Comentario
de La Voz del Anáhuac.
Antonio
Vivar Díaz, Comandante Toño, como lo llamaban
sus amigos y compañeros cercanos, era estudiante recién egresado de la
Universidad Pedagógica Nacional de Tlapa, Guerrero y activista integrante del
Movimiento Popular de Guerrero, fue asesinado el pasado 7 de junio por la
policía federal durante la brutal represión policíaco militar desatada por el
gobierno ante las manifestaciones populares de repudio y boicot a la farsa
electoral.
La movilización en varios municipios de Guerrero, Oaxaca,
Chiapas, Michoacán y en otros estados del territorio nacional fue acordada por
diversas organizaciones populares, para además de expresar el hartazgo contra
la putrefacta farsa electoral, como muestra de solidaridad con los padres de
familia de los 43 compañeros desaparecidos de la Escuela Normal Rural Raúl
Isidro Burgos de Ayotzinapa, desde el 26 de septiembre en un operativo
policíaco donde también fueron asesinados tres normalistas y tres civiles.
Aunque visiblemente este criminal ataque contra
los normalistas fue perpetrado por policías municipales de Iguala y Cocula en
coordinación con sicarios del cártel Guerreros Unidos, cada vez se hace más
evidente la participación del ejército y la policía federal, es decir del
gobierno a nivel federal, estatal y municipal, dejando al descubierto el
contubernio del gobierno y sus fuerzas represivas con los grupos criminales, no
sólo en Guerrero sino en todo el país.
Estudiantes y padres de los normalistas
desaparecidos han denunciado esto, afirmando que las elecciones sólo serían
sólo para ver ahora qué cártel dominaría el territorio, pues se sabe que en
Guerrero la disputa está entre los Guerreros
Unidos, los Rojos y los Ardillos, y éstos a su vez tienen pactos
con unos y otros partidos políticos. Es decir, es dominante en el país la narco-política.
Por esto es que los padres de los 43 decidieron el repudio y boicot a las
elecciones.
De la represión policíaco militar fueron víctimas:
Antonio Vivar Díaz, un centenar de detenidos, decenas de heridos y golpeados.
Estos hechos reafirman el carácter fascistoide del actual gobierno en todos sus
niveles y la complicidad de todos los partidos políticos.
Con información de Ludovic Bonlieux
Fotografías de Andalucía Knoll
Fotografías de Andalucía Knoll
Comandante
Toño: asesinado por luchar
Video:
12.35 min
Publicado
el 14/06/2015
En este
video se presenta un mínima cronología de los hechos ocurridos en Tlapa,
Guerrero entre el 1 y el 7 de junio, en donde policías federales atacaron de
diferente manera a integrantes del MPG y la CETEG, hasta concluir con el
asesinato del egresado en derecho indígena y militante del MPG, Antonio Vivar,
la noche del 7 de junio, mismo día de la jornada electoral. Aquí algunas
imágenes contundentes.
1 de junio de 2015
Después de que integrantes del Movimiento Popular Guerrerense (MPG)
quemaran boletas electorales, fueron desalojados del ayuntamiento municipal, el
cual estaba ocupado desde octubre de 2014 en protesta por la
desaparición de los 43 normalistas. Los integrantes del MPG y organizaciones
sociales fueron desalojados por civiles armados, integrantes de los sitios
de taxis «Taxis Juárez» y «Señor del Nicho». El grupo de choque
pudo haber sido apoyado por elementos del ejército vestidos de civil.
5 de junio de 2015
Por la mañana, aproximadamente a las 10 –a dos días de las elecciones– el
MPG, reforzado por contingentes de la Coordinadora Estatal de Trabajadores del
Estado de Guerrero (CETEG), estuvo realizando un bloqueo en la
gasolinera de Altamahac, ubicada en la salida oriente de la ciudad. Llegó al
lugar un pequeño contingente de antimotines de la policía federal con una
actitud agresiva. Se desarrolló un combate a pedradas entre los manifestantes y
los policías. Esos últimos tuvieron que replegarse. Los manifestantes contaron
con por lo menos 4 heridos leves, detuvieron a un policía y quemaron una
camioneta oficial.
Más tarde, los manifestantes se dirigieron hacía el
centro de Tlapa con la intención de llegar hasta la escuela Normal donde habían
establecido su centro operativo después de que fueran expulsados del
ayuntamiento. Juan Tenorio, uno de los líderes del movimiento, explicó que no
tenían la intención de tomar de nuevo el palacio municipal, tampoco de
enfrentarse con la población civil (lo integrantes de los sitios de taxis),
sólo querían llegar hasta la Normal.
Al llegar al nivel de la terminal de autobuses, en
la calle Morelos, los manifestantes tuvieron que huir viendo que antimotines
estatales apoyados por civiles armados con machetes y palos se dirigían a reprimirlos
con lujo de violencia.
No se sabe bien el número de heridos. Sin embargo,
dos fueron bien identificados, Juan Tenorio y Juan Sánchez, ya que fueron
detenidos por los civiles y los policías y llevados hasta el palacio municipal
donde fueron exhibidos a la población, sin tener atención médica ya que el
primero tenía un machetazo en la cabeza y un brazo quebrado y su compañero
tenía un pulmón perforado, debido a una herida de arma blanca. En este lugar
fueron amenazados de muerte por los civiles armados. Después, fueron canjeados
por el policía que el MPG tenía resguardado. Después de ir a un hospital los
heridos se refugiaron en casas discretas. Varios activistas están escondidos
desde este momento.
6 de junio 2015
Todo estuvo tranquilo ese día, el MPG avisó que no iban a hacer acciones
que puedan parecer provocaciones.
7 de junio 2015
Entre la 1 o 2 de la tarde un misterioso grupo de encapuchados dejó una
camioneta en medio de un puente cercano a la colonia Tepeyac y le prendió
fuego. Al parecer fue la excusa para que la policía federal atacara a la
coordinadora de la CETEG, ubicada en esta colonia, donde también se habían
refugiado los integrantes del MPG después del viernes 5. Ahí, en una operación
relámpago, detuvieron a 9 o 10 personas, entre ellas 3 maestras y un niño de 13
años. Se los llevaron en seguida. Los vecinos se juntaron, tocaron las campanas
de la iglesia. Otro contingente de federales llegó al lugar intentando sacar de
la coordinadora unas camionetas que tal vez fueron confiscadas por el MPG a
oficinas gubernamentales en el transcurso de este año. Los vecinos,
enfurecidos, los corretearon y luego los cercaron en una calle.
Un contingente más de federales, llegó a la
colonia, sin embargo, tuvieron que retroceder por temor a la gente enfurecida y
también para proteger a sus compañeros encapsulados.
El delegado de la colonia junto con Abel Barrera,
director del Centro de Derechos Humanos de La Montaña Tlachinollan, lograron
negociar un canje de los federales por los detenidos. Se acordó que no se
tocaran a los antimotines encapsulados pero que se les resguardaría en la iglesia.
Los llevaron ahí, quitándoles macanas aunque no fueron revisados adecuadamente
y tampoco les quitaron sus protecciones. No los maltrataron para nada.
Cuando cayó la noche, traicionando el acuerdo, la
policía federal atacó la colonia, dirigiéndose hasta la capilla. Aventando
gases lacrimógenos y pimienta. Según diferentes testimonios recabados, uno de
los antimotines que estaba dentro de la iglesia había escondido una pistola y
la usó para disparar a Antonio, quien cayó muerto mientras los demás policías
se escapaban de la capilla. Hay que señalar que Antonio estaba muy bien ubicado
por las fuerzas del orden, era probable que lo tuviesen fichado como peligroso y que aprovecharon de la
situación para eliminarlo.
Según unos testimonios, los que se escaparon de la
capilla golpearon a todos los que pudieron encontrar, la señora Xóchitl, por
ejemplo, fue duramente golpeada; ella iba a ayudar a Antonio y la golpearon en
la iglesia. Fue trasladada a un hostal por protección civil.
Al día siguiente, la policía federal soltó a las
personas detenidas por la tarde del domingo tras la quema de la camioneta.
Un entierro
«Cayó, pero cayó con la cabeza arriba, cayó con dignidad,
cayó por el pueblo, bienvenidos camaradas», así le dio la bienvenida el hermano de Antonio Vivar a
una delegación de padres de los desaparecidos de Ayotzinapa que llegaron a
Tlapa para acompañarles en su velorio.
«Hoy el
pueblo de Guerrero exige justicia, ha sido herido, ha sido lastimado pero todos
unidos vamos a luchar para cambiar»,
dijo Felipe de la Cruz enseguida, expresando la solidaridad de los familiares
de los 43 estudiantes desaparecidos y los 3 asesinados. Los padres de familia
entraron a la casa humilde de Antonio Vivar para despedirlo y sus lágrimas
corrían pensando en sus hijos y en la trágica muerte de este joven que luchaba
por la presentación con vida de los 43.
La calle se llenó en esta colonia popular de Tlapa, donde
cientos de vecinos, estudiantes, familiares y activistas acudieron a la casa
para despedirse.
«Eres un
ejemplo de identidad, de firmeza, pero sobre todo un ejemplo de congruencia,
tus compañeros de lucha se encuentran aquí contigo, innumerables batallas
libramos a tu lado algunas a través del micrófono, algunas a través de la
piedra, sin embargo venimos a decirte que dignos antes de ti, venimos para
repetir tus palabras. Preferimos volar que morirnos aplastados» gritó Tonatiuh Mosso, un maestro en la Escuela Normal de
Tlapa, quien estuvo al lado a Toño cuando se murió.
El siguiente día este pueblo en medio de la montaña
guerrerense se llenó con miles de personas quienes marcharon con Toño por
última vez. «Fue muy amoroso con todo el
mundo, con todo el mundo se saludaba» dijo su esposa Itzel Narciso
Martínez, con quien él tenía un bebé que cumplirá 1 año, llamado como el maestro
zapatista caído, Galeano.
Sus camaradas pegaban carteles con su cara en las calles
tlapanecas con la frase: «Hasta la
victoria siempre Comandante Toño». La iglesia no tenía asientos suficientes
para todo la gente y en el panteón la gente tenía que subir a las tumbas para
entrar.
Sus familiares compartieron rosarios y palabras,
confirmando que seguirán en su lucha. Bajo el sol brillante, se cantaba
Venceremos y se gritaba la consigna clásica para los que caen en la lucha: «No has muerto camarada».
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