Edgar
Romero/AVN
18 marzo, 2015
de guerrillacmx
Estados Unidos es el mayor violador de
los derechos humanos en el mundo, así lo constatan las atrocidades cometidas
dentro y fuera de sus fronteras contra los ciudadanos año tras año.
En marzo de 2014, el
Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) cuestionó
a ese país por la violación a los derechos humanos dentro de sus fronteras.
La ONU instó a la Casa
Blanca a castigar a los responsables de torturas, frenar el espionaje
gubernamental y revisar su política de uso de aviones no tripulados (drones).
En EEUU mueren alrededor de
11.000 personas anualmente por arma de fuego. Según cifras del Buró Federal de
Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés), en 2013 se usaron armas en un
69,3 % de los asesinatos, un 41 % de los robos y un 21,8 % de las agresiones
graves. En ese país son muy comunes los tiroteos en lugares públicos como
universidades, cines, plazas, hospitales, debido, entre otras cosas, a la
facilidad del acceso del armamento.
En los últimos años, los
afroamericanos han sido víctimas de asesinatos raciales. En febrero de 2012 fue
asesinado en Sanford, Florida, el joven Trayvon Martin, de 17 años por un
guardia de seguridad que lo consideró “sospechoso”.
El 30 de abril de 2014, el policía Christopher Manney disparó 14 veces contra
Dontre Hamilton, de 31 años, quien estaba desarmado. En julio, Eric Garner, de
43 años, murió luego de ser estrangulado por el policía blanco Daniel Pantaleo.
Un mes después, el agente Darren Wilson asesinó al joven estadounidense Michael
Brown, de 18 años, en Ferguson, Missouri, San Luis.
En septiembre, funcionarios
de la policía de Utah, asesinaron de seis disparos al afroamericano Darrien
Hunto, de 22 años de edad. El pasado 22 de noviembre, Tamir Rice, de 12 años,
fue tiroteado por la Policía en Cleveland, estado Ohio (norte), cuando el niño
se encontraba en un parque de la ciudad y sacó una pistola de juguete. Y luego
fue asesinado Antonio Martin, de 18 años de edad, por agentes de la Policía en
la región de San Luis, cerca de Ferguson.
En el país norteamericano
es usual el confinamiento solitario en las cárceles. Alrededor de 80.000
prisioneros estadounidenses están actualmente en régimen de aislamiento, en
calabozos con pobre ventilación y poca o ninguna luz natural, una situación que
perjudica su salud física y psíquica. Algunos han permanecido en él más de 40
años, denunció China en 2014, en el informe Registro de los Derechos Humanos en
Estados Unidos en 2013.
De acuerdo con este
documento, Estados Unidos es una de las naciones que menos garantiza la vida,
la propiedad y la seguridad personal de sus habitantes, ya que cada año una de
cada cinco personas es víctima de un crimen, la tasa más alta del planeta.
Las cifras de desempleo y
miseria -otro atentado a los derechos humanos- han ido en aumento en EEUU. La
firma Marotta Wealth Management publicó un informe en 2014 que revela que la
tasa de personas sin trabajar en ese país alcanza el 37,2 %; mientras que la
miseria está por encima de 14 %. El Departamento de Agricultura de EEUU dijo
que uno de cada cinco hogares en EEUU, es decir, el 20% de las familias
estadounidenses, sobrevivieron en 2013 gracias a cupones de alimentos que
encuentran en revistas, diarios y páginas web.
Además, los estadounidenses
están sometidos a vigilancia constante por parte del Gobierno. En 2013 se
conoció el uso de programas como Prism o Xkeyscore para el espionaje y recogida
de datos de personas a través de celulares, correos electrónicos y hasta la
interceptación de llamadas. Con estos datos, las agencias de inteligencia crean
perfiles y registran el modo de vida, país de origen, edad, sexo, ingresos de
los ciudadanos, violando su privacidad.
A estos crímenes se suman
ataques contra libertades básicas. En ese país, manifestar en las calles puede
ser penado con seis meses a 35 años de prisión. Asimismo se encarcela a quien
amenace, vía redes sociales, al presidente.
Fuera de las fronteras
El espionaje se extendió a nivel
global. EEUU vigiló a Gobiernos, Ejércitos, sistema financiero de diferentes
países.
Washington además ha sido
el autor intelectual y material de intervenciones militares en diferentes
países del mundo. Casi todas estas acciones se han llevado a cabo sin la
aprobación de la ONU.
En los últimos 15 años se
cuenta la invasión a Afganistán (2001). EEUU lanzó una operación para buscar a
Osama Bin Laden, acusado por Washington del derribamiento de las torres gemelas
de Nueva York. La invasión permanece y ha dejado un saldo de 3,486 soldados
muertos, de los cuales 2,356 son estadounidenses, según cifra de http://icasualties.org; así
como 17,252 civiles asesinados y más de 29,536 heridos desde que la ONU
empezara a recopilar datos estadísticos sobre el asunto desde 2009 hasta 2014.
Irak fue invadida en 2003
bajo el pretexto de la búsqueda de “armas
de destrucción masiva” que nunca existieron. En ese país, al que EEUU entró
para darle a su pueblo “libertad”, “democracia” y “seguridad”, han muerto 4,808 militares, 4,489 de ellos
estadounidenses. Hasta 2013, a 10 años de la invasión, se calculó en más de
730,000 el número de civiles asesinados, de acuerdo a la organización Opinion
Research Business.
Pakistán, Yemen y Somalia
son víctimas de ataques estadounidenses desde 2002, bajo el pretexto de acabar
con “grupos terroristas”. En estos
países es común el uso de drones (aviones militares no tripulados con poder de
fuego), que han dejado cientos de civiles asesinados, entre ellos niños y
ancianos.
Libia fue escenario de una
invasión en 2011, bajo el argumento de detener una supuesta “represión” por parte del Gobierno de
Muammar Gaddafi. Además de asesinar al presidente, los invasores destruyeron y
dividieron al país; aún no ha llegado la prometida “democracia” y “libertad”.
Siria es otro de los
escenarios de los ataques de EEUU y aliados. Desde marzo de 2011, esta nación
es atacada por grupos terroristas, financiados desde el exterior. Más de
200.000 personas han sido asesinadas y 12,2 millones requieren de ayuda
humanitaria.
En Ucrania en 2014 se llevó
a cabo un golpe de Estado diseñado por EEUU. A la fecha, un millón de personas
ha sido desplazada y casi 6,000 han sido asesinadas por la represión del actual
Gobierno apoyado por la Casa Blanca.
Antes del 2000, EEUU
invadió Granada (1983), Panamá (1989), Irak (1991), Somalia (1993), Yugoslavia
(1995 y 1999), Afganistán y Sudán (1998).
Al margen de convenios internacionales
EEUU no ha firmado, adherido o
ratificado diferentes tratados internacionales, claves en la ONU, en materia de
protección a los derechos humanos; entre ellos, los convenios contra crímenes
de guerra ni contra crímenes de lesa humanidad.
Tampoco ha ratificado la
convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la
mujer; ni la convención sobre los Derechos del niño ni contra la prostitución y
pornografía infantil.
De igual manera, no ha
ratificado el convenio relativo a libertad sindical, negociación colectiva y
sobre edad mínima para el empleo; el Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales; y la Convención sobre los Derechos de las
Personas con Discapacidad.
Washington tampoco ha
ratificado el convenio Internacional para la represión de la financiación del
terrorismo, el convenio Internacional para la represión de los atentados
terroristas cometidos con bombas, ni el tratado de ONU sobre la prohibición
completa de los ensayos nucleares.
Por su parte, esta nación
no ha firmado el Protocolo del Pacto Internacionales de Derechos Civiles y
Políticos, destinado a abolir la pena de muerte; la convención internacional
contra el reclutamiento, la financiación y el entrenamiento de mercenarios; el
Convenio para la Represión de la Trata de Personas y de la Explotación de la
Prostitución Ajena; ni el Protocolo de Kyoto de la Convención ONU sobre Cambio
Climático, pese a ser el mayor emisor de gases del mundo.
Aunado a esto, EEUU
suspendió su adhesión a la Corte Internacional de Justicia y al Estatuto de
Roma de la Corte Penal Internacional.
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