Es sumamente
grave que el grupo denominado "los Cholos"
entren con pistola y navajas al CCH Naucalpan, se comuniquen a través de radios
y se unan al grupo porril FEN (Federación de Estudiantes de Naucalpan) en
abierto apoyo a las autoridades locales y ante la mirada complaciente de la "Comisión Universitaria"
(antes Comisión de Seguridad) que revisa credenciales y mochilas al ingreso a
la escuela. Responsabilizamos a Enrique Balp Díaz, Secretario de Servicios a la Comunidad, y a
José Narro Robles, Rector de la UNAM de cualquier agresión o daño que puedan
sufrir l@s alumn@s golpead@s y amenazad@s con pistola y cualquier miembro de
esta comunidad; asimismo, de la vida y salud de la estudiante que está en
estado coma por el golpe en la cabeza que le dio con una piedra un porro de la
FEN.
Denunciamos también la represión de que estamos siendo objeto quienes reproducimos esta noticia, como los compañeros de Asamblea Emergente Che a quienes Facebook les cerró su página después de publicar esta noticia.
Denunciamos también la represión de que estamos siendo objeto quienes reproducimos esta noticia, como los compañeros de Asamblea Emergente Che a quienes Facebook les cerró su página después de publicar esta noticia.
¡ALTO A LA REPRESIÓN
EN CCH NAUCALPAN!
Comunicado sobre
los hechos violentos del Miércoles 18 de Febrero.
A todxs los estudiantes,
activistas y demás personas de la institución ajenas a los directivos.
Desde el 2012 el
puesto de secretario general de CCH plantel Naucalpan queda a cargo de Keshava
Quintanar Cano, quien se presenta como Lic. en Administración por parte de la
Universidad Autónoma de México, hecho que carece de validez oficial. La
contratación de Keshava es parte de la estrategia de la universidad para
mitigar cualquier intento de movilización política-estudiantil.
Una vez entrada al plantel, la nueva administración se basa en la contratación
de personal de confianza el cual supera sus facultades como profesores,
secretarios, padres de familia, que ahora conforman una nueva brigada de
vigilancia.
Esto degrada su
verdadera función en el plantel, la cual consiste en guiar y ser parte de la
formación de individuos que se desarrollen a partir del lema del colegio “APRENDER
A HACER, APRENDER A SER Y APRENDER A APRENDER”, ahora estos sujetos
dedican el tiempo que debería ser usado en aulas, proyectos y demás, en la
constante vigilancia y monitoreo de los alumnos a forma de prefectos.
Se lleva a cabo una campaña de depuración sobre las personas que se interponían
a los intereses particulares de los directivos: estudiantes críticos y
movilizados políticamente.
La directiva
comienza con el soborno a estudiantes (práctica común en la Universidad)
prometiendo su egreso sin importar número de materias o años, presión a la cual
se ven sometidos con la amenaza de expulsión.
Ante la negativa
a las ofertas, un grupo de estudiantes que comprenden las intenciones de la
nueva directiva, llevan a cabo una campaña informativa que revela las verdaderas
intenciones de una reforma que esta por entrar, la mejor conocida como “los 12 puntos”.
Al representar una amenaza, la dirección utiliza cualquier pretexto para
levantar actas de expulsión, entre ellas destaca la provocación por parte de “jurídico”.
A partir de este
momento queda clara la forma en la que Keshava actúa ante cualquier estorbo: la
violencia, el acoso y el desprestigio hacia estudiantes y profesorxs es su
forma de trabajo.
El miércoles 18
de Febrero del presente año, comenzó nuevamente la provocación por parte de las
autoridades a los compañeros interesados en impedir las reformas próximas a
implantar: la reforma interna publicada, de nueve puntos, y la general de ocho,
es decir, la que implica a los 5 planteles CCH. Esta vez, un maestro del área
de matemáticas tomó arbitrariamente el material con que hacemos nuestras
actividades cotidianas; se ha dicho y divulgado que el enfrentamiento ocurrido
fue ÚNICAMENTE a causa de este suceso, bien, esta afirmación es falsa.
Cuando el
maestro toma nuestra bocina, compañeros del Espacio Libertario lo siguieron,
él, al percatarse de ello comenzó a correr y nuestrxs compañerxs detrás, cuando
al fin lograron alcanzarlo tanto nuestrx compañerx como el maestro cayeron, el
maestro huyó con la bocina hacia jurídico, donde la entregó a la abogada,
dejándola resguardada dentro de su oficina. Posteriormente, unx de nuestrxs
compañerxs tomó un libreto y se fue, las autoridades lx persiguieron, lx
tiraron, lx levantaron y fue azotado contra una barda. Eso no fue todo, los
maestros (también del área de matemáticas) encargados de vigilarnos comenzaron
a violentar a otros dos compañeros, golpeándolos en las espinillas,
empujándolos e incitándolos a una riña afuera de la escuela, al ver que no sólo
su amenaza no nos provocaba temor sino que también aceptábamos su invitación,
el maestro se retracta de inmediato.
Así pues dados
estos acontecimientos, decidimos hacer algo al respecto y regresar por nuestra
bocina, aprovechando la ocasión para denunciar estos actos –reiteramos-
violentos, pero las autoridades mantuvieron la negativa a devolvérnosla, lo que
nos hizo notar por anticipado la justificación de los actos de los maestros
agresores. CABE MENCIONAR QUE POR NINGÚN MOTIVO PLANEAMOS TOMAR LA DIRECCIÓN,
simplemente exigimos lo que es nuestro y exigimos también el cese del acoso a
nuestrxs compañerxs, que se ha dado de manera “pasiva” diariamente desde el surgimiento del Espacio. Subimos a la
explanada porque el “directivo”
Israel dijo que nuestra bocina estaba en la dirección, que él la tenía, nos fue
anunciado que nos la darían “en diez
minutos” lo cual no ocurrió. Nos replegamos al cubo porque declaramos que:
Nuestros actos
no son funciones, no son espectáculos, no son un montaje, un performance, por lo tanto, si la comunidad estudiantil quiere
acercarse a ver lo que ocurre y enterarse de lo que sucede, debe hacerlo a
consciencia, sabiendo que tienen una razón de ser.
A los hechos
antes mencionados previamente, se aúna el acoso que sufren nuestras compañeras
estudiantes por parte de otro maestro de matemáticas, apodado por obvias
razones “El acosa niñas” y del cual
desconocemos el nombre por el momento por falta de denuncias.
En vista de la
constante negativa, y del deslinde de los profesores agresores, hubimos de
tomar medidas mayores, por esto varios compañerxs nos trasladamos al área de
matemáticas, ubicada en el edificio N, los maestros nuevamente nos hicieron
frente en la misma tónica negativa, es entonces que llaman a los conocidos como
Cholos, los cuales nos dejaron ver
sus armas punzocortantes e incluso un arma de fuego (una pistola) cabe aclarar
que tenían también radios idénticos a los del cuerpo de seguridad de la
escuela. En vista de esa amenaza, volvimos a replegarnos hacia el Espacio y
comenzamos a barricar. Sólo hasta esta altura de las circunstancias las
autoridades ceden la bocina (la cual cabe destacar que fue devuelta ligeramente
dañada), pero esto ya no bastaba para poner fin a la violencia desatada en el
plantel, pues incluso el grupo de choque Federación
Estudiantil Naucalpan, fue llamado para unirse a los Cholos en la agresión contra lxs compañerxs. Es importante dar a
conocer que nosotrxs tenemos conocimiento de todos y cada uno de los
integrantes de la Federación, y
pudimos percatarnos de su presencia aún cuando, contrario a como antes se
hacía, no traían jerséis distintivos, esto con motivo de hacerse pasar como un
estudiante cualquiera para poder deslindarse de sus actos y además hacer de
víctimas de los anarquistas.
Durante el
enfrentamiento, unx de nuestrxs compañerxs intentó hablar con la comunidad
presente en el lugar para mitigar las agresiones tanto por parte de nosotrxs
como de la comunidad, sin embargo, nuevamente uno de los tres maestros
agresores de matemáticas lo toma por la fuerza, nuestrx compañerx cae y
comienza a ser golpeadx y pisoteadx. Se sabe también que una integrante del
Espacio Estudiantil (próximo al libertario) recibió el impacto directo de una
piedra, cayó, y al caer recibió un segundo golpe en la cabeza. Los integrantes
de ambos Espacios hemos conversado y ha quedado asegurado que la piedra no fue
lanzada por lxs compañerxs del Espacio Libertario. No tenemos la certeza de
quién fue el/la responsable del acto.
Finalmente,
compañeros estudiantes se acercaron a nosotrxs para hablar y cesar el
enfrentamiento, un grupo pequeño se acercó a decirnos que ellos mismos sacarían
a la Federación de la escuela, los Cholos cesaron las amenazas dentro del
plantel y el enfrentamiento llegó a su fin. Puesto que había una amenaza
latente contra nuestro espacio, y contra nosotrxs, decidimos permanecer toda la
noche en el plantel para evitar ser agredidos nuevamente. Las amenazas no
terminaron, y a la mañana siguiente la Federación
bajó a gritar sus consignas, nuevamente en forma de provocación, esta vez
estaban presentes tanto integrantes recientes como antaños, lxs compañerxs
respondieron únicamente con más consignas. Acto seguido, la escuela es
desalojada, exceptuándonos a nosotrxs, el cuerpo directivo nos dijo que “era nuestro problema” que “a ver qué hacíamos”. Se hizo evidente
que habían sido llamados por ellos para violentarnos aún con más fuerza, y con
una táctica distinta que les permitiera evitar la responsabilidad que supone un
acto como el que pretendían llevar a cabo. Afortunadamente recibimos apoyo y
logramos salir del plantel.
Sólo nos queda decir no estamos en contra de la comunidad estudiantil, muy por
el contrario. El Espacio Libertario somos un conjunto de individuos con un
criterio propio, un ideal único que tienen afinidad con aquellos que
consideramos compañeros. Buscamos, en la medida de lo posible, o incluso
aventurándonos más allá de ello, hacer lo que queremos y creemos mejor para
vivir en un mundo de barbarie y decadencia. Creemos en el proyecto de CCH tal y
como fue concebido, por esto mismo es que podemos ver que los principios bajo
los cuales fue creado (Aprender a
aprender, aprender a ser y aprender a hacer) se desvanecen día con día.
Creemos que la educación académica debe fomentar el pensamiento crítico
individual, que debe abrir nuestros ojos, no vendarlos, ampliar nuestra
perspectiva, no reducirla, que debe servir como una guía, no como un método de
control mediante el cual se moldean personas para adaptarlas al sistema.
Espacio Libertario CCH Naucalpan
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