¿Y todo por un celular? (Recuento crítico de los hechos violentos ocurridos en CU el pasado 15 de noviembre)
En lo que podría ser la búsqueda
más intensa por un celular que se
recuerde, el pasado 15 de noviembre, alrededor de las 12:30 horas, cuatro
elementos de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF)
ingresaron a Ciudad Universitaria (CU), armados y en un auto no rotulado
oficialmente. Como daría a conocer en un tardío comunicado, la
institución de seguridad afirma que estos hechos ocurrieron cuando un elemento
de la policía de investigación indagaba sobre el robo de un celular. Lo que no
explicó la PGJDF es por qué al policía también lo acompañaban en la «diligencia», un abogado de la propia Universidad,
un oficial del Ministerio Público y dos peritos con batas blancas; es decir,
casi se despliega un operativo para localizar un aparato electrónico, situación
que no se presenta en otros contextos.
La argumentación del robo no explica la necesidad
de violar la autonomía universitaria. Para que cuerpos de seguridad entren de
manera formal al territorio de CU de la Universidad Nacional Autónoma de
México, UNAM, se requiere un pedimento de las propias autoridades
universitarias y una serie de procedimientos que la búsqueda de un celular difícilmente echaría a andar.
Tal vez la inclusión del abogado de la UNAM intente
dar alguna respuesta sobre la violación a la reglamentación universitaria, lo
que no queda claro, además de lo evidente, es la utilización de un auto que no
aparece ni en el registro local ni en el federal. Se trata de un vehículo modelo
Sentra color plateado con placas 982WGE, mismo que tiene nueve infracciones:
ocho por no respetar límites de velocidad y una por estacionarse en lugar
prohibido; cinco de ellas no están pagadas. Pareciera que sacaron el auto de un
corralón y borraron los registros para evitar ser rastreados completamente.
Esto tampoco es mencionado en el comunicado oficial.
Según la PGJDF, quienes participaron en la diligencia fueron agredidos por unas 20
personas así que el policía de investigación tuvo que responder y disparó «al aire». Sin embargo, la institución
no explica que estas personas ajenas a la vida universitaria hostigaron a
quienes estaban ahí, les tomaron fotografías directamente a los rostros con una
actitud agresiva, por lo que se intentó repeler esta agresión. No se menciona
tampoco que se les pidió se retiraran y ante eso el policía abrió fuego en
repetidas ocasiones. Por esto, quienes sostienen el Auditorio Che Guevara y
estudiantes se acercaron al oficial para intentar detenerlo y sacarlo de CU, en
ese momento uno de los disparos –de ninguna manera al aire—hirió en la pierna a
Miguel Ángel Ordaz, estudiante de historia en la Facultad de Filosofía y
Letras. Y otros balazos más rozaron a varios jóvenes que estaban ahí.
El agente, identificado como Luis Javier Aguiñaga
Saavedra, junto con sus acompañantes se retira corriendo, no como el policía
sino como el criminal que es; en la huida a otro de los diligentes se le cae un
gafete que lo identifica como agente de un ministerio público en el metro, dejan
abandonado el vehículo y, desafortunadamente, dejan inconclusa su exhaustiva investigación sobre el paradero
del celular. Los heridos y la confusión no son importantes.
Testimonio de la agresión de agente de la PGJDF
a estudiantes en CU
Después de que Aguiñaga Saavedra huye de CU es puesto a resguardo
dentro de una patrulla –como se ve en uno de los videos que demuestran lo
sucedido– no se observa sangre en su rostro, aunque horas después
comienzan a circular fotografías del agente con una fractura de cráneo, y se
establece como «delicada» su
situación, de haber sido herido durante los hechos se vería mucha sangre en su
rostro y ropa; tal vez la policía, al verlo dentro de la patrulla, no pudo
evitar poner en práctica su rutina violenta al realizar detenciones.
Cabe
señalar que tras el tiroteo, tanto el automóvil como los casquillos de bala que
se encontraban dentro de la UNAM fueron resguardados por estudiantes sin el
apoyo de la seguridad institucional para preservar la evidencia del ataque
perpetrado.
Luego de
recibir una primera atención médica directamente en el lugar, Miguel Ángel es
trasladado a la Clínica Familiar del IMSS N° 32, ubicada en Las Bombas y
calzada del Hueso, en donde no es atendido debidamente y se le da de alta sin siquiera recibir una curación en la herida. En
contra de su voluntad, una patrulla de la propia PGJDF lo traslada a la
Coordinación Territorial Coyoacán 1, bajo el argumento de que tiene que rendir
declaración como testigo y acusante de los hechos.
Después
de ser revisado por el médico legista –con el mismo resultado:
un vendaje mal puesto y nada de limpieza desinfectante— y de una explicación
dada por otro policía de investigación, Miguel Ángel declara en calidad de
denunciante. Finalmente sale acompañado de amistades y alrededor de las 7 de la
noche se traslada a un lugar más seguro donde recibe la atención médica
adecuada que le fue negada en el IMSS y puso en riesgo su integridad.
Las
instituciones mienten
Tras
los hechos ocurridos en Ciudad Universitaria, las posturas oficiales tanto de
la PGJDF como de José Narro, rector de la UNAM, resultan no sólo insuficientes
sino inconsistentes:
-La PGJDF en su comunicado declara:
1.- La Procuraduría General
de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) informa que acompañados de un abogado de la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM), un Oficial Secretario del
Ministerio Público, un elemento de la Policía de Investigación y dos peritos
debidamente acreditados e identificados, acudieron hoy a realizar una
diligencia, en las inmediaciones de la Facultad de Filosofía y Letras de dicha
institución educativa, derivado de una denuncia por robo de teléfono celular
perpetrado contra una estudiante al interior de dicha casa de estudios el
pasado 12 de noviembre.
Al realizar la diligencia por el robo
de un celular, los elementos de la PGJDF omiten mencionar que la razón por
la cual los estudiantes se acercaron a preguntar quiénes eran, fue porque los
elementos estaban fotografiando a los estudiantes que en ese momento se
encontraban a las afueras del Auditorio Che
Guevara –quienes anteriormente han sido atacados en otros
confusos episodios.
En este contexto, es preciso preguntarse ¿bajo qué justificación (¿un celular?) no sólo se les facilitó,
si no también se escoltó a elementos armados a ingresar a la Universidad, poniendo
en riesgo la integridad de estudiantes, maestros y personal?
2.- El elemento de la
Policía de Investigación dijo haber
realizado disparos al aire para evitar el ataque, resultando lesionada en el
muslo izquierdo, una persona de sexo masculino que se encontraba en el sitio.
¿Bajo qué leyes de la física un disparo al aire logra atravesar la parte
interior del muslo de Miguel Ángel Ordaz, cuya trayectoria es a simple vista
descendente, así como la pata de un perro a ras del piso? ¿será que en México los
estudiantes y sus perros vuelan…?
Por otra parte, y con la misma línea acusatoria, la UNAM emite un
comunicado en el que «lamenta» la agresión que presuntamente habría
sufrido el elemento de la PGJDF tras detonar su arma de fuego, sin condenar la
agresión hacia sus propios estudiantes. Además de que menciona como un
hecho menor que «un servidor público de
la dependencia capitalina detonó su arma de fuego y lesionó a un estudiante».
Balacera en CU deja un herido
24 HORAS. Diario sin Límites
Publicado el 15/11/2014
Un agente
de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal accionó su arma
contra los estudiantes, donde uno resulto herido de bala
Resulta indignante que ante una situación en la
cual uno o varios estudiantes pudieron haber perdido la vida, las autoridades
universitarias tomen parte con la dependencia, y no con los miembros de su
comunidad. El tono de complicidad en dichas declaraciones muestra la
criminalización del movimiento estudiantil y la colusión en el montaje de lo
que fue una clara provocación.
El rector José Narro debió de haber expresado una enérgica y necesaria
condena, así como una puntual demanda de esclarecimiento a las autoridades de
lo que fue el ataque de un elemento del Estado a civiles desarmados dentro de
las instalaciones de la máxima casa de estudios mexicana.
Audio: Agresión con arma de fuego a integrantes del
Auditorio Che Guevara
Violentar
para desmovilizar
La
agresión en CU no es casual, forma parte de un esquema en el cual el Estado
ejerce la violencia en distintas formas con el objetivo de amedrentar a una
población que comienza a expresarse incómoda, el manejo mediático
encaminado a convencer a las masas de que ya no es seguro salir a protestar
coincide con el montaje de provocaciones por parte del Estado diseñadas para
justificar la represión, y así desmovilizar y atemorizar a la población en
general.
Esto coincide con que comienza a cambiar el discurso en radio y televisión
bajo la premisa de que el presidente de la república, Enrique Peña Nieto, no es
el responsable de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, pintando
al ejecutivo federal como una víctima del clima de extrema violencia generada
por el narcotráfico como si este no obrara en colusión (no infiltración:
colusión) con las fuerzas del Estado en los tres niveles de gobierno.
Luego, viene el déjà vu: Peña Nieto retoma la advertencia previa a
la brutal represión que él mismo ordenó cuando era gobernador del Estado de
México en 2006 en contra de los pobladores de San Salvador Atenco: «El Estado está legítimamente facultado de
hacer uso de la fuerza».
Recordemos el resultado del «legítimo
uso de la fuerza» por parte del gobierno estatal el 3 y 4 de mayo, de hace
8 años, en Atenco: el asesinato de Alexis Benhumea y Javier Cortés, vejaciones
y abuso sexual a 26 mujeres por parte de la policía, 207 detenidos y
torturados, de los cuales 10 eran menores.
Es claro el discurso del Estado, ahora nos toca a nosotros, en un ejercicio
de memoria histórica colectiva, ser capaces de cambiar el desenlace de este
capítulo de nuestra historia, mover las piezas de tal manera que sus
estrategias para conducir a la represión y/o desmovilización no surtan efecto y
la organización social se fortalezca. ¡Que
se vayan todos!
La larga
noche de las barricadas
Bajo
esta lógica, sin importar que un estudiante haya sido herido de bala y otros
más lesionados, la policía capitalina decidió cercar y cerrar los accesos a CU
la noche de este sábado 15 de noviembre. La Secretaría de Seguridad Pública
despliega un operativo de alrededor de 500 elementos antimotines que se
posicionan en los accesos universitarios de insurgentes, desde Rectoría hasta
la Facultad de Psicología, lo mismo que en los accesos de Eje 10 Sur y desde el
metro Copilco. Se forman vallas y la tensión crece en el momento en que se
pretende desalojar el vehículo abandonado por la diligencia de esa tarde y de
manera inesperada éste comienza a arder. Hasta el momento no se sabe quién
prendió fuego al automóvil pero la tensión sube y los estudiantes deciden
impedir que los policías ingresen al espacio universitario, además de que está
en riesgo la ocupación del Auditorio Che
Guevara.
Dos heridos por golpes en la cabeza resultan de un primer
enfrentamiento, claramente provocado por las cuerpos de seguridad, los estudiantes
se resguardan y la policía retrocede un momento, luego inicia una nueva
agresión y varias corretizas se registran hasta el estacionamiento de la
Facultad de Filosofía y Letras. La autonomía universitaria, ese modesto margen
de libertad que los estudiantes tienen aún ahora, fue violentado en dos
ocasiones este día y pareciera que no pasa nada.
Una de las escenas que contrastaban con aquellas de la policía
capitalina en CU, es la de la defensa por parte de los estudiantes y nuevamente
son las barricadas las que hacen visible esta resistencia. Durante toda la
noche se mantuvieron en pie y a lo largo de este domingo 16 de noviembre, las
barricadas no se han movido, se han reforzado. La tensión no disminuye y tras
la multitudinaria manifestación realizada alrededor de las 12 del día, una
incipiente nueva coordinación para defender la universidad y exigir la
destitución de José Narro como rector, se fortalece. Estaremos muy atentos al
desarrollo de los acontecimientos en lo que podría ser un momento histórico
nuevo que transforme el hartazgo generalizado en organización.
Reporte de CU-UNAM
sobre agresión con arma de fuego y el enfrentamiento con la policía del DF
Epílogo que
es burla
Las
autoridades, universitarias y capitalinas, deberían de emitir sus comunicados
vestidos de payasos, tal vez serían más creíbles y menos pretenciosos, tal vez
por lo menos valdría la pena reparar más en sus tristes versiones falsas.
Vestidos de colores y con pelucas recuperarían algo de su imagen.
Los medios de comunicación de paga como La Jornada, El Universal, Reforma, Milenio, también deberían usar narices rojas y zapatos gigantes,
porque su manera de presentar la información es patética. Sus versiones son
falsas y provocan confusión, avalan al poder y se posicionan de su lado.
Ocultan los hechos y tergiversan los testimonios. En síntesis: dan pena, pero
lo mejor es que ya no los necesitamos, porque ahora hemos decidido no
democratizar su uso sino construir nuestros propios medios. Lo que ha ocurrido
en Ciudad Universitaria y lo que comenzó a difundirse por parte de aquellos
medios y otros más no tenía sustento alguno, ni con la realidad ni con la lógica
de los hechos puntuales. Nos dan risa.
Acoso al Che busca desarticular puntos de encuentro para la lucha social
/
El pasado 15 de noviembre, cuatro elementos de la Procuraduría General
de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) ingresaron a Ciudad Universitaria (CU)
–supuestamente en
un operativo en busca de un celular robado–, hostigaron a la gente
que se encontraba en las afueras del auditorio Che Guevara sacándoles fotos y
terminaron disparando a varios de ellxs e hiriendo a uno en la pierna
izquierda.
Este no es el primer ataque hacia el «Che», sino la continuación de años de
acoso y hostigamiento, los cuales se han incrementado desde diciembre de 2013.
Como lo denuncian lxs individuxs y colectivxs reunidos en el espacio autónomo
de trabajo autogestivo Okupa Che:
«Desde el pasado diciembre ya
se había apuntado sobre la presencia de policía federal a las afueras del
Auditorio, quienes aquella vez apuntaron y amenazaron a dos compañerxs,
logrando huir con la ayuda de Auxilio UNAM, que los resguardaron y sacaron
custodiados. Otro hecho fue la entrada de un grupo de corte paramilitar el
pasado 3 de marzo, quienes torturaron y golpearon a los seis compañerxs que en
ese momento se encontraban».
Estos ataques y amenazas directas han sido
acompañados por un fuerte espionaje y acoso:
«En las últimas semanas se ha tenido vigilancia de judiciales, policías
y vigilantes de la UNAM, quienes sabemos son sus subordinados y trabajan en
conjunto para alimentar su banco de información, base primordial de la
represión», denuncian.
Como confirmación de eso, el día de ayer, descubrieron –y desmantelaron–
una cámara de vigilancia con transmisor y micrófono que estaba colocada frente
a la entrada del auditorio, en las instalaciones eléctricas de un semáforo.
Ante esos hechos, lxs individuxs y colectivos denuncian una «cacería de brujas», que se está dando
por parte tanto de la policía como de las autoridades universitarias, las
cuales actúan en conjunto para intentar desarticular los espacios de
organización y de lucha social. Además, denuncian la presencia de policías en
el área, como parte de una estrategia de intimidación y para «generar un clima hostil».
En el contexto de estallido social que se está viviendo en el país en el
marco de la lucha por los desaparecidos y asesinados por el Estado en Ayotzinapa,
es clara la intención de las autoridades de criminalizar a los sectores más
radicales de la protesta. Sin embargo, la gente del Che es clara: su lucha no
se va a acabar así. Si bien llaman a estar atentxs ante los posibles ataques
que podrían sufrir, advierten que, a pesar de esto, están decididxs a seguir
resistiendo y organizando.
A continuación les compartimos el comunicado que sacaron el 15 de
noviembre pasado:
A
los medios libres de comunicación.
A toda la gente que lucha contra el sistema.
A la comunidad universitaria
A toda la gente que lucha contra el sistema.
A la comunidad universitaria
El acoso y hostigamiento permanente hacia el Auditorio Che Guevara y
todas las personas que aquí trabajamos, ha sido algo constante y sonante desde
hace varios años, agravándose en estos tiempos en que el gobierno fascista
muestra cada vez más su cara cínica y cruel.
En las últimas semanas se ha tenido vigilancia de
judiciales, policías y vigilantes de la UNAM, quienes sabemos son sus
subordinados y trabajan en conjunto para alimentar su banco de información,
base primordial de la represión.
Pasado el mediodía de hoy, 15 de noviembre de 2014,
entró a ciudad universitaria un carro Nissan Sentra con placas del Distrito
Federal 982-WEG, donde transportaba a cuatro personas -todas personal de la
Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal-, dos mujeres y dos
hombres. Tres de ellas iniciaron el hostigamiento tomando fotos a lxs
compañerxs, artesanxs y estudiantes que se encontraban a las afueras del
Auditorio Che Guevara, en el estacionamiento y la parada del Pumabus de la
Facultad de Filosofía y Letras. Las personas enfrentaron con rechazo y repudio
el hostigamiento, pidiéndoles que se retiraran, dejaran de tomar fotos y
borraran las que ya habían sacado, después, ante la imposibilidad de huir,
sacaron un arma de fuego apuntando a todxs lxs que demandaban su retirada
disparando a varios de ellos e hiriendo a uno en el muslo izquierdo.
Este es uno de los hechos más cínicos con el que
han atacado. Nosotrxs ya sentíamos la presencia de un clima bastante tenso que
apuntaba hacia la detonación de un acto de tal magnitud y apunta también al
montaje que el día de hoy vivimos.
Desde el pasado diciembre ya se había apuntado
sobre la presencia de policía Federal a las afueras del Auditorio, quienes
aquella vez apuntaron y amenazaron a dos compañerxs, logrando huir con la ayuda
de Auxilio UNAM, que los resguardaron y sacaron custodiados. Otro hecho fue la
entrada de un grupo de corte paramilitar el pasado 3 de marzo, quienes torturaron
y golpearon a los seis compañerxs que en ese momento se encontraban. Y así
podemos seguir citando una larga lista de acoso y amenazas permanentes, tanto
de parte de la policía local y federal, como de las autoridades universitarias,
actuando en conjunto y complicidad.
En las últimas semanas, ante el clima de
descontento y estallido social, habían salido tres periodicazos en El Universal que, basados en un informe de la PGJDF
señalaban directamente a personas y al espacio mismo, sobre la responsabilidad
de algunos actos acaecidos recientemente en torno a las jornadas de lucha por
los 43 desaparecidos y asesinados por el Estado en Ayotzinapa. Se han
presenciado hostigamientos, seguimientos y amenazas a algunxs compañerxs
cercanxs al espacio y la presencia constante de policía judicial vestida de
civil en los alrededores del Auditorio. El día de ayer, incluso se montó un
exagerado operativo policial en Av. Insurgentes y Eje 10, justo a las entradas
de la universidad, habiendo cientos de policías, patrullas y policías de
investigación que revisaban a las personas que por ahí pasaban con el fin de
intimidar y generar un clima hostil.
Hacemos un llamado a resguardar el auditorio y a
las personas que aquí trabajamos y a estar alerta de la situación que se está
viviendo, estar atentxs ante la anunciada entrada de las fuerzas policiales y
el posible desalojo del espacio. Así como a las probables detenciones que
puedan efectuarse en los siguientes días, ya que hasta el momento, las
inmediaciones del auditorio se encuentran abatidas por la presencia de policía,
principalmente en Avenida Insurgentes desde la Facultad de Psicología hasta el
Parque La Bombilla.
Sabemos muy bien que una estrategia constante y
represiva son las diferentes notas que salen en los medios de comunicación al
servicio del estado y capital. Llamamos a hacer caso omiso de esas
declaraciones como han sido las publicadas por varios medios donde se
tergiversan los hechos y llamamos a consultar los medios libres y difundir este
comunicado.
Estamos conscientes que desde hace tiempo vienen
preparando el montaje que busca desatar la cacería de brujas y la
desarticulación de los puntos de encuentro para la lucha social, como la ha
sido desde hace 15 años, el Auditorio che Guevara. La lectura que hacemos de
esto es el interés por sembrar miedo y apatía que eviten la organización y la
insurrección generalizada, algo que deseamos y que no podrán parar.
Fuera
policía de los espacios autónomos y de la universidad
Cese
al hostigamiento por parte de la policía y las autoridades universitarias
Ante
las agresiones del Estado: Autonomía, organización y
autodefensa
Individuxs y colectivxs reunidos en el Espacio
Autónomo de Trabajo Autogestivo Okupa Che
15 de noviembre de 2014, Ciudad Universitaria
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