Pronunciamiento de Tejiendo Organización Revolucionaria frente al ataque armado de la policía contra estudiantes de la UNAM
Pronunciamiento
de Tejiendo Organización Revolucionaria (TOR) frente al ataque armado por parte
de la policía contra estudiantes de la UNAM el 15 de noviembre
Ayer 15 de
Noviembre se desplegó desde las fuerzas represivas del Estado una avanzada
represiva y desarticuladora de la movilización social. Este despliegue tuvo
varios frentes.
La policía del Estado disparó otra vez contra
estudiantes desarmados, tal y como sucedió en Iguala, en Chilpancingo y en
Guanajuato en días recientes. Esta agresión forma parte de una estrategia de
las fuerzas del orden establecido para enfrentar el creciente movimiento
nacional que ha logrado un avance político sustancial: ubicar claramente que el
responsable de los crímenes cometidos en Iguala contra los normalistas de
Ayotzinapa FUE EL ESTADO. Denuncia
histórica que no puede acallarse con mentiras ni con distractores. Los disparos
de la policía esta vez ocurrieron en las inmediaciones del Auditorio Che
Guevara de Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM en contra de estudiantes
de dicha Facultad.
También fue asediada por la policía la
caravana nacional de los padres de los 43 normalistas que arrancó a los 50 días
de injusticias por la desaparición de los compañeros de Ayotzinapa, en un clima
de creciente indignación nacional y de intentos reiterados por el gobierno
mexicano por detener su avance.
En Guerrero, en la comunidad opositora a la
construcción de la presa La Parota sufrieron una agresión armada, en donde
resultaron un muerto por parte de la comunidad
y varios heridos.
En la ciudad de México se realizaron tres
detenciones contra miembros de diferentes colectivos que han participado en las
protestas que demandan justicia para Ayotzinapa. También hay un desaparecido.
Las detenciones ocurrieron después de la presencia de miembros de la policía en
domicilios de los compañeros, alrededor de las 13 hrs del día 15 de noviembre
de 2014.
Casi al mismo tiempo, en Ciudad Universitaria
un grupo de investigación armado, ahora sabemos, de la PGJDF en compañía de
autoridades universitarias ingresó al campus en actitud de provocación y tomó
fotografías de los estudiantes que se encontraban en las inmediaciones de la
Facultad de Filosofía y Letras y del Auditorio Che Guevara. Al ser cuestionada
la presencia de los elementos policiacos en la universidad por parte de algunos
estudiantes, la violenta reacción de uno de los agentes fue desenfundar su arma
y disparar contra miembros de la
comunidad universitaria, hiriendo a un estudiante, resultando herido también un
perro.
La policía de la UNAM, denominada Vigilancia,
estuvo ausente durante el ataque, y esto contrasta con su presencia constante
cada vez que hay algún movimiento por parte de estudiantes, lo cual evidencia
que su real y verdadero objetivo es el espionaje y la represión al interior de
la UNAM. El cuerpo de Vigilancia UNAM tampoco apareció después para salvaguardar
la integridad física de la comunidad universitaria, ni para intentar esclarecer
el ataque de la policía contra los estudiantes. De la misma forma que en
Iguala, las evidencias del ataque permanecieron en el suelo sin vigilancia de
las autoridades universitarias, quedando toda la responsabilidad en los
estudiantes. Las autoridades de la UNAM, por su parte, desaparecieron tras los
disparos para sólo reaparecer pasadas las horas a través de un comunicado. La
responsabilidad de las autoridades de la UNAM en este ataque debe ser señalada,
por acción primero actuando junto al comando armado de la PGJDF y por omisión
después rehuyendo su responsabilidad frente a la comunidad tras el ataque.
El consentimiento de las autoridades al
ingreso de policía armada al interior del campus y más tarde a la presencia de
los granaderos es una flagrante violación a la autonomía universitaria.
La policía capitalina, que a partir de las
movilizaciones recientes siempre está desplegada en los alrededores de Ciudad
Universitaria, también estuvo desentendida de la necesidad de recabar las
pruebas que se encontraban en el circuito universitario: los testimonios de las
agresiones, los impactos de bala, los 11 casquillos percutidos y el automóvil
del grupo de policías que ingresaron al campus, tampoco detuvo la huida del
agresor, incluso la facilitó. No obstante, la PGJDF emitió un comunicado donde
afirma que los policías se encontraban investigando un caso de suma
importancia, casi de seguridad nacional, el robo de un celular a un transeúnte
en Ciudad Universitaria el pasado 12 de noviembre, lo cual justifica la
presencia de dos peritos, dos policías, al menos uno armado, y un representante
de la UNAM. Además, dice el comunicado que el policía disparó su arma al aire
para evitar un ataque por parte de los estudiantes. Lo que no dice ya por pudor
es que la bala en una actitud de franca provocación decidió alojarse en la
pierna de un estudiante. Existe evidencia física de al menos esos once disparos
al interior de la Ciudad Universitaria.
Ante el desprecio y abandono de la situación
por parte de las autoridades universitarias y policiales hubo quienes dejaron
en la lateral de insurgentes el automóvil de los policías judiciales y le
prendieron fuego como protesta. La policía decidió apagar el fuego con
granaderos… y bomberos, que incursionaron en terreno universitario desatando de
nuevo el descontento de estudiantes y comenzando un enfrentamiento y cerco de
esa zona de Ciudad Universitaria.
Todo esto sucede en un clima de espionaje
político contra la organización de la comunidad estudiantil en asambleas
amplias y democráticas. Estos hechos se suman al hallazgo por parte de la
asamblea estudiantil de una cámara de video que filmaba las asambleas y demás
actividades estudiantiles en la Facultad de Filosofía y Letras desde el 2012.
También es necesario observar el contexto de persecución y hostigamiento por la
presencia policial intermitente en los alrededores del campus universitario.
Así como el terror sicológico provocado en la UAM Xochimilco por el caso de una
supuesta amenaza de bomba el día 14 de noviembre, y que es otra cara de la
misma política del Estado para sembrar el terror y el desconcierto.
Los intentos de las autoridades a todos
niveles por detener la organización social y el reclamo de justicia y la
presentación con vida de los 43 normalistas, no ha dejado de utilizar
diferentes medios. Hoy la entrada de la policía judicial, de los granaderos y
la colusión de las autoridades universitarias son un nuevo agravio a la posibilidad
de solucionar el conflicto con justicia. El Estado muestra su cara represiva a
través de varios representantes: la policía, las autoridades universitarias,
los medios de comunicación de paga. Buscan dividir al movimiento social con
acciones de señalamiento y desprestigio mediático, ya que es la unidad del
movimiento lo que ha constituido una de sus principales fuerzas. Pero hoy ya no
les creemos y ya no permitiremos más abusos desde el poder. Hoy más que nunca
se hace necesario alzar la voz y llamar al fortalecimiento de los espacios
organizativos desde las asambleas de las escuelas, los barrios y colonias, las
comunidades, los medios libres, los colectivos y demás formas que asume hoy el
descontento. Hoy seguimos en pie de lucha y condenamos enérgicamente las
acciones contra la comunidad universitaria.
El Estado se coloca en una nueva fase en donde incrementa su agresividad
y ello demanda como enérgica respuesta la organización:
Por lo
anterior nos pronunciamos por:
La presentación
con vida de los 43 normalistas desaparecidos por el Estado desde el 26 de
septiembre.
La renuncia del responsable del gobierno
mexicano, Enrique Peña Nieto.
La desaparición
de los cuerpos de espionaje, vigilancia y hostigamiento en la UNAM, que
sólo funcionan para combatir la organización universitaria de estudiantes y
profesores.
La renuncia
del rector José Narro Robles y de las autoridades de la Facultad de Filosofía y
Letras encabezadas por Gloria Villegas Moreno, que hicieron caso omiso de
la situación de peligro por la que atravesaron los estudiantes, académicos y
demás trabajadores.
La organización
desde las escuelas y facultades para la creación de autogobiernos en las
mismas. Porque sólo así podremos salvaguardar nuestra seguridad y poner a la
educación en el camino de aportar a resolver las problemáticas sociales.
¡Porque vivos se los llevaron, vivos los
queremos!
Ciudad Universitaria, 16 de noviembre de 2014
Tejiendo
Organización Revolucionaria (TOR)
La
versión electrónica de este pronunciamiento se puede consultar en:
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