Texto:
Elis Monroy
Video: Eugénie Moreau
Fotografías: Paulina Moreno, Marlene Mondragón y Elis Monroy
Video: Eugénie Moreau
Fotografías: Paulina Moreno, Marlene Mondragón y Elis Monroy
Agencia Autónoma de Comunicación SubVersiones
Han pasado 20 días desde las desapariciones y asesinatos ocurridos en la
ciudad de Iguala, Guerrero. Veinte días en los que la búsqueda y las
manifestaciones se han llevado a cabo diariamente en medio de un ambiente de
indignación ante la respuesta de las autoridades, y de angustia ante el paso
del tiempo.
En Guerrero, los familiares de los 43 desaparecidos
y sus compañeros normalistas mantienen la esperanza de encontrarlos con vida, y
exigen, con todos los medios que les son posibles, que los regresen. Hace
pocos días, el hartazgo ante las desapariciones prendió fuego en el
palacio de gobierno de Guerrero, en la ciudad de Chilpancingo. Por un rato, el
edificio ardió tanto como la rabia y la desesperación.
En la Ciudad de México, las manifestaciones han sido constantes y diversas. Se
han realizado marchas, protestas y mítines, así como paros, asambleas y
movilizaciones en diferentes escuelas, como la UAM, el IPN, la UNAM, la ENAT,
la UACM, la ENEO y la ENAH, entre muchas otras.
El 15 de octubre, a las 4 de la tarde, se
hizo una manifestación enfrente de la Procuraduría General de la República
(PGR), ubicada en av. Paseo de la Reforma. La mayoría de lxs
manifestantes eran jóvenes estudiantes cuyas escuelas se encontraban en paro de
labores como protesta ante lo ocurrido a los normalistas de Ayotzinapa. Los
contingentes fueron arribando poco a poco, gritando consignas de solidaridad y
rabia, exigiendo la presentación con vida de los 43 normalistas
Durante
el encuentro hubo diferentes expresiones artísticas, desde pintar las
calles con esténciles de los rostros de los normalistas, pequeñas
representaciones teatrales, la instalación de siluetas hechas de periódico en
el piso de la entrada del edificio simulando los cuerpos de los desaparecidos, «pasar lista» a los 43 normalistas,
siguiendo a cada nombre con un grito de «ausente».
En fin, esfuerzos creativos que de una u otra manera buscaron exteriorizar
los sentimientos de lxs asistentes
Las posiciones que se revelaron a lo largo de la
manifestación también fueron diversas. Por un lado se instaló un templete en
donde distintxs luchadorxs sociales tomaron el micrófono y dijeron su palabra.
Por otro, varixs manifestantes arrojaron objetos pesados a los vidrios del
edificio. Al menos dos posturas se distinguían entre lxs que lanzaban
objetos. Una, era la de un claro enojo y desesperación ante la ausencia de los
desaparecidos, un reclamo a las autoridades para que entreguen con vida a los
43 amigos, hermanos, hijos, padres; la segunda no buscaba respuestas de la
PGR, que ha defraudado de manera sistemática a quien busca lo que supuestamente
esta institución procura: justicia.
Se evidenciaron las posiciones a favor y en contra
de estos actos. Desde el templete, un hombre de San Salvador Atenco cuestinó: «¿por qué no se escandalizan cuando violan a
una mujer y desaparecen y asesinan a las personas?». Por su parte, quienes
estaban a favor de la acción directa, gritaban «esto no es violencia, esto es resistencia». Los vidrios se fueron
rompiendo uno a uno. No hubo enfrentamientos entre lxs manifestantes, pero si
un reclamo y repudio a la prensa «comercial,
amarillista y carroñera». Los ánimos se tranquilizaron cuando una mujer y
un hombre hicieron un performance que reclamaba el papel que
desempeña la «prensa vendida». Las
horas pasaron sin que apareciera ningún policía
No
sabemos cuántos vidrios se rompieron, tal vez seis, como los asesinados el 26 de septiembre, o 43, como los que se
encuentran desaparecidos desde aquel día. Tal vez 19, como el número de fosas clandestinas que aparecieron en
Guerrero, o 28 como los cuerpos que se encontraron dentro de ellas. Quién sabe,
tal vez 120 mil o más, cómo lxs asesinadxs en los últimos años por
este mal gobierno.
¿Eso es violencia? #Ayotzinapa
Publicado el 15/10/2014
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