México: Los estudiantes del POLI –si se mantienen en las calles- pueden ser el despertar de la ciudadanía
Escrito
por Pedro Echeverría V.
1. Gigantesca manifestación
estudiantil del Politécnico (IPN) la de ayer. El secretario de
Educación, Emilio Chuayffet y la directora del IPN, Yoloxóchitl Bustamante,
están muy alarmados por la unidad y combatividad de los jóvenes y han dado unos
pasitos atrás diciendo que ya aprobados revisarán los programas un año más para
aplicarlos. Buscan preparar la mano de obra barata con títulos de “Técnicos Superiores” para que se pongan
al servicio de los capitalistas que los reclaman. Tratan de imponer en el Poli
una “política de reestructuración global”
con nuevos programas y un reglamente puesto en función hace algunos meses.
2. La directora Yoloxóchitl
exige cambios radicales en la forma de dar clases de los maestros, pues trata
de eliminar la memorización “que no sirve
de nada”, para aplicar el método de las competencias
que hagan a los egresados profesionistas para competir a nivel internacional.
Declaró la directora Bustamante en un programa: “Tenemos el compromiso de sacar más profesionales competitivos y de
trabajar de manera más competitiva para competir con cualquiera y esto de las
‘salidas laterales’ es para un tipo de educación de otro perfil”. Quiere
que se olvide de que la ‘salidas
laterales’ son carreras cortas para mano de obra barata.
3. En México las dos
instituciones de educación superior más importantes y con mayor cantidad de
alumnos han sido y son la UNAM y el Politécnico. Son de financiamiento público
o, como dicen aquí, de carácter “gratuito”.
La UNAM fue fundada en 1910 que el último año de la dictadura porfiriana y
también el año del estallido de la Revolución; el Politécnico nació
en 1937 del régimen cardenista de carácter nacionalista y en medio de un
discurso “socialista”. Se llegó a
decir que el Poli era “la universidad de
los pobres” ante la UNAM “de los
ricos y las clases medias”. Había algo o mucho de ello, aunque
–con el cierre del internado del Poli en 1956- fue otra cosa.
4. El Politécnico –a pesar de
estar conformado con estudiantes de clases medias y bajas, se ha movilizado
mucho menos que la UNAM; incluso en el gran movimiento estudiantil de 1968 y del
Yo soy 132 en 2012, el apoyo del Poli fue muy débil; sin embargo en 1968 fueron
los últimos en retirarse del movimiento y algunos de sus líderes mantuvieron
las posiciones más radicales. Por ello tengo esperanzas en que sus estudiantes
se mantengan más tiempo en lucha, abran sus batallas a la participación de la
CNTE y otras organizaciones y ayuden a un despertar generalizado en el país.
¿Se dejarán engañar por los funestos Chuayffet y Bustamante?
5. Los futuros “Técnicos Superiores” o profesionistas
baratos, serán eficientes en crear riquezas para banqueros, industriales y un
gobierno privatizador, pero hasta allá. ¿No es acaso un programa imperialista
que se ha venido aplicando en el mundo por la “modernidad” neoliberal y privatizadora? Desde hace mucho hemos
oído hablar de que “la técnica creadora
de riquezas” debe impulsarse para que el país progrese. ¿Para qué crear
filósofos, historiadores, poetas que nada producen? ¡Lo mejor –dice la
burguesía- es crear técnicos en medicina, en ingeniería, en producción, en
máquinas, en educación, que sean muy prácticos y no teóricos!
6. Parece imparable la política
privatizadora de Peña Nieto porque obedece a órdenes del imperio. Como dice
Bustamante, la flamante directora del IPN impuesta por el expresidente Calderón:
“es un compromiso ineludible la
modernización educativa en planes, programas, reglamentos”, obvio, es una
orden de los EEUU. Ni los maestros de la CNTE, los más luchadores y
combativos del país, han podido frenarla y echarla a la basura. Pero no hay que
frenarse, por el contrario, solo las luchas nos hacen o harán libres.
¿Permitiremos que esa maldita burguesía que lleva más de 600 años sometiendo a
nuestros pueblos siga haciéndolo contra nosotros?
7. El dos de octubre, el próximo
jueves, será el 46 aniversario de la matanza de más de 200 estudiantes por el
gobierno de Díaz Ordaz y su ejército. Espero que estas batallas de los
estudiantes del Poli puedan empatarse con la movilización de esa fecha. Hace un
año –estando en el contingente de los de adelante, de los conscientes y bravos
anarcos- pude ver el acordonamiento o encapsulamiento de la manifestación (en
la esquina de Bellas Artes) que partió de Tlatelolco y buscaba llegar al
Zócalo. Este año las cosas serán diferentes porque la masa estudiantil ha obtenido
más experiencias y está dispuesta a romper el cerco fascista del ejército. Los
estudiantes tienen un gran papel en estas batallas.
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