Biblioteca
Antiautoritaria Sacco y Vanzetti-
$hile, Agosto 2014
Noticias Anti Carcelarias
“El enemigo nos quiere muertos y nos tendrá muertos
para defender el privilegio y la tiranía, para humillaros, para acobardaos,
para venceros, destruiros y encadenar los pueblos al carro de su esclavitud (...) Y
este mismo enemigo, clava sus inmundos tentáculos en la carne de todos los
pueblos de la Tierra, prepara el más grande militarismo del mundo y se apresta
a esclavizar la entera humanidad. Hay que aplastarle la cabeza..”.
Bartolomeo Vanzetti
El 23 de Agosto de 1927 en Massachusetts, EEUU, son
ejecutados en la silla eléctrica Niccola Sacco y Bartolomeo Vanzetti, dos
inmigrantes italianos y reconocidos anarquistas. Tras 7 años de juicio, son
encontrados culpables de robo con homicidio
y se los condena a morir electrocutados.
El caso de los
compañeros Sacco y Vanzetti es quizá el que ha tenido mayor repercusión
internacional, es sin duda un caso emblemático por todo el proceso judicial que
los mantuvo en prisión y que generó reacciones a nivel mundial.
Un importante hombre de
negocios y su vigilante habían sido asesinados durante un robo, esos eran los
hechos y alguien debía ser juzgado por aquello y pagar con la propia vida, para así acallar las críticas de la alta
burguesía del país.
Diversas campañas de
Solidaridad se levantaron para exigir su
liberación, no solo por la férrea oposición ácrata hacia las prisiones, sino
que además, por la cantidad de burdos vicios legales y falsedades, cuya único
finalidad era la de conseguir la sentencia de culpabilidad. Debían ser
considerados culpables, a como diera lugar y a cualquier costo, el juego típico
de la democracia y la justicia que la defiende.
Preparando
el terreno, aceitando los engranajes represivos
Para explicar el caso Sacco y Vanzetti, es preciso
ambientarlo en la atmósfera envenenada que se generó en los Estados Unidos al
término de la primera guerra mundial. Atmósfera saturada de odio patriótico fomentada por el Ministro de
Justicia.
En junio de 1919, un compañero de Sacco y Vanzetti, Carlo
Valdinoci muere al estallar una bomba que estaba instalando en la casa del
Fiscal General Mitchell Palmer, conocido por llevar adelante la campaña de
deportación y expulsión de anarquistas en EEUU. Por esta acción será
investigado y detenido Andrea Salcedo, quien posteriormente será asesinado por
la policía.
El cuerpo muerto del
compañero es encontrado en la vereda del edificio del Ministerio de Justicia,
donde estaba detenido hace varias semanas. La policía levanta la tesis del
suicidio, mientras que lxs compañerxs ácratas hablan de asesinato, pues un
método clásico de tortura policial era colgar a lxs detenidxs de los talones y
amenazarlxs con arrojarlxs al vacío.
Así entonces diferentes
compañerxs comienzan a agitar solidariamente, en ese contexto, dos días después
del asesinato de Andrea Salcedo, Sacco y Vanzetti son detenidos portando armas
y panfletos en protesta al crimen policial, luego son liberados, pero forman
parte ya de un expediente de catastro de anarquistas en la región.
A mano
armada
En la tarde del 15 de abril de 1920, frente a una fábrica de
calzados,un hombre de negocios y un guardia fueron muertos a tiros y despojados de una suma
superior a los 15.000 dólares que llevaban para el pago de salarios.
La cacería se desarrolló
con velocidad fulminante. Fue uno de los tantos atracos que entre noviembre de
1919 y julio de 1920 se produjeron en la región occidental del Estado de
Massachussets.
El hecho desató la ira
de la prensa y el eco de esta indignación repercutió en la Cámara Legislativa
del Estado, que votó una recompensa de 25.000 dólares, solicitada por el
entonces gobernador Coolidge (más tarde presidente de los Estados Unidos) para
pagar a quien hiciera condenar a los delincuentes. Por su parte otras
importantes empresas prometieron elevadas recompensas buscando obtener un
culpable.
Diecinueve días después
del crimen, se había apresado a dos italianos, para la policía, la urgencia de
resolver el crimen era cuestión de
revancha y de dinero.
La venganza
judicial
Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti fueron arrestados en
Brockton la noche del 5 de mayo de 1920, por un policía que buscaba a otro
individuo. Llevados a la jefatura, no se les acusó de ningún delito.
Sólo se les interrogó
acerca de sus actividades políticas, la prensa inmediatamente divulgó el hecho
de que eran anarquistas, como prueba
moral de la capacidad de aquellos para delinquir.
Estaban condenados desde
antes de que empezara el rito del proceso jurídico. Sacco y Vanzetti
comprendieron esto de inmediato, razón por la cual decidieron jugar un papel
activo en la defensa de sus ideas y convicciones, no ocultando jamás sus posturas
políticas y no entrando en el juego de apuntar a otrxs compañerxs o de
desmarcarse de alguno de sus vínculos.
Ante la represión y la
cárcel, levantaron la oposición anárquica, haciendo frente a todo un engranaje judicial
que buscaba no solo su aniquilamiento físico, sino que en realidad perseguía
que su derrota moral fuese el caldo de cultivo para el freno de la lucha
antiautoritaria en todo el territorio.
La
legalidad no nos define
Los dos prisioneros entendieron con absoluta claridad el
papel que les tocó desempeñar. El proceso en su contra más que la finalidad de
encarcelar a los responsables de un atraco, tenía un claro objetivo transmitir
el mensaje de represión y amedrentamiento, una señal de alerta para todas
aquellas voluntades que osaran levantarse contra el orden impuesto. El Poder se
daba “el lujo” de asesinar por
electrocución a dos compañeros aún cuando bajo sus propios códigos legales
quedaba claro que no eran responsables de la acusación.
Más allá de cualquier
argumentación “legalista”, lo cierto es que nunca hubo pruebas que situaran a Sacco
y Vanzetti en el lugar del robo y posterior asesinato y este hecho es una clara
muestra del absurdo jurídico, del cinismo dentro de la lógica de la Autoridad,
pruebas más o pruebas menos, los juicios son instancias teatrales donde
simplemente el Poder cobra revancha sobre las vidas que se alzan en su contra,
ya sea traspasando una ley específica o cuestionando todo el engranaje de la
Autoridad en su conjunto.
El juicio plagado de
falsedades, infamias, pericias mal ejecutadas y testimonios inducidos y
retractados, fue la puesta en escena de todo un despliegue político- represivo
contra de las ideas anarquistas que Sacco y Vanzetti defendieron hasta el
momento de su asesinato. El juicio fue un circo, donde desde un inicio la silla
eléctrica estuvo encendida. Mención aparte merece el hecho de que la condición
de inmigrantes y su origen italiano, pesaron como argumento para tendenciar el
caso.
Lo cierto es que
inclusive gran parte de la socialdemocracia se movilizó también por su
libertad, todo tipo de intelectuales liberales manifestaron públicamente su
apoyo intentando ejercer presión, esto simplemente está determinado sobre una
categoría jurídica: la inocencia de ambos.
Nosotrxs apoyamos a
un/una compañerx en función de su compromiso de lucha antiautoritaria y no por
las acusaciones que el Estado haga en su contra. Por lo demás, creemos que llevar
a la práctica el discurso de “ni
culpables ni inocentes” apunta precisamente a superar la dicotomía entre
ambos términos. Será la decisión de lucha del/la compañerx lo que genere la
solidaridad. En última instancia, asumir tal o cual acción frente al poder será
siempre una decisión individual.
La urgente solidaridad
no descansa ni se contiene en las fronteras.
Quizás uno de los puntos
más ricos de toda la campaña en solidaridad con Sacco y Vanzetti, es aquella
combinación de tácticas que se enmarcaban no sólo en la lucha por su libertad,
sino la destrucción de todo aquel entramado contra el que ellos lucharon cuando
estaban en la calle, oponiéndose al Capital como relación social, develando el
rol del Estado asumiéndolo como enemigo, renegando de cualquier tipo de
autoridad.
Teniendo esto como punto
de origen, la agitación constante rugía en las calles del mundo de manera
multiforme. Masivas manifestaciones, mítines de solidaridad, huelgas generales,
atentados contra símbolos del capitalismo estadounidense y bienes de personeros
responsables, entre otros hechos, formaron parte del extenso abanico de combate.
Y si bien, como resulta obvio, existían diferentes ópticas sobre el cómo
plasmar el gesto solidario, nunca se perdió de vista que cada una de esas
herramientas apuntaban al mismo fin. Aquello es rescatable y trascendente para las
luchas del presente-futuro.
El juicio y sentencia
contra Sacco y Vanzetti buscaba levantarse como una advertencia a quienes se
atrevieran a perturbar la tranquilidad de los explotadores, sus lujos y
comodidades. Así entonces, el nombre de los dos anarquistas italianos se transformó
en un símbolo para ambos bandos en permanente oposición.
Por una parte los
representantes del poder veían en Sacco y Vanzetti el rostro de un entorno
anárquico difuso que se atrevía a desafiar con diferentes métodos y
herramientas al orden impuesto, razón más que suficiente para encarcelarlos y
asesinarlos sin importar si eran o no responsables del cargo que pesaba sobre
ellos.
Y al mismo tiempo los
dos compañeros encendieron una llama de solidaridad y agitación, de propagación
de acciones anárquicas. Sus nombres se volvieron sinónimo de lucha y propiciaron
un convulsionado ambiente que desafiaba al poder mismo, más que a una autoridad
en particular.
Trascendiendo
escenarios: de 1927 a 2014, de EEUU a Chile
La condena a muerte por electrocución es el fiel reflejo de
la represión y violencia estatal, pero no es la única. La represión va buscando
los caminos por donde avanzar, amoldando y amoldándose a los tiempos y ritmos
que corran. En el presente no amenazará a lxs antiautoritarixs la sombra de la
pena de muerte, pero de igual forma se sepulta e intenta aniquilar con
sentencias de varios años o de perpetuidad a compañerxs en función de sus
opciones de vida. La violencia y la represión es la misma en tanto el poder y
la autoridad sigan existiendo.
No es la amenaza de la
pena de muerte lo que hace urgente la solidaridad con respecto a nuestrxs compañerxs
ya sea encarceladxs o perseguidxs, los lazos anárquicos siempre han sido
activamente solidarios, independiente de juicios y sentencias, pero sin duda,
debiesen intensificarse cuando sube la oleada represiva.
Y así como la represión
se mantiene pese a cambiar de modalidad, la solidaridad debiese explotar
cualquier canal para continuar siempre vigente, perpetuando y proyectando la
lucha más allá de cualquier frontera y dificultad coyuntural, porque la guerra
social no se detiene, avanza o se define en función de la represión, son otros
los vaivenes que van acelerando o relentando los pasos. Por ello es tan
importante aportar, desde lo individual y colectivo, a un flujo de energía
común, de pasión destructora contra el dominio, no delegando el aporte como si
fuese tarea de alguien más que nosotrxs mismxs.
Quizá la idea/acción
trascendente a todo este proceso contra
los compañeros Sacco y Vanzetti
es que en el momento más duro de la lucha, decidieron abrazar con más
fuerza y pasión las ideas anárquicas. Mientras llovían las amenazas y las
condenas, los dos compañeros se afirmaron en la lucha contra toda autoridad, en
la lucha por la libertad plena. Ese
valor y esa coherencia de vida se vuelven el mayor combustible para continuar
encendiendo el fuego de la irreductible llamarada antiautoritaria.
En ese sentido, la
fuerza de los hechos, anulan el carácter y aura victimista con el que algunas
tendencias intentan envolver a los compañeros, haciéndolos aparecer como inocentones
e ingenuos, alejados de todo plano confrontacional contra el Poder. Nosotrxs
recordamos su carácter esencialmente anárquico, sin renegar nunca de sus ideas
y vínculos a cambio de clemencia.
Si hoy lanzamos estas
líneas a su memoria es para traerlos al presente, pelear a su lado y al lado de
todxs aquellxs solidarixs que hicieron algo por detener el engranaje asesino.
Los saludamos a ellxs, no a nosotrxs. Rescatamos sus experiencias de vida, no
como mera consigna o fotografía, la memoria iconoclasta es capaz de ver, tras
el rostro difamado por la prensa y la justicia, a compañeros de carne y hueso,
equivalentes a todxs nosotrxs en la lucha contra el Poder.
Lejos de los museos y la
historiografía, avanzan en nuestra memoria, conversaciones y pasos, los traemos
en complicidad a la calle, como compañeros de acción que enfrentados a situaciones
adversas supieron vivir con dignidad el encierro, abrazando la idea/práctica
antiautoritaria.
Mantenemos su nombre el
alto para traerlos a un continuo presente de lucha, aún cuando en momentos
podía verse amarillo llamarse así, por la forma legalista e “inocente” en que constantemente son
recordados pero para nosotrxs siempre han sido compañeros de ideas y vidas
negras, que no le pertenecen a la “bondadosa
campaña cultural anarquista” sino que son parte de una irrefrenable marea
contra la dominación. Y en ese tránsito histórico de lucha, enmarcamos cada una
de nuestras vivencias y sus proyecciones.
Saludamos cada instancia
y gesto que mantiene viva la memoria de Sacco y Vanzetti, como es el reciente
llamado y convocatoria a una Semana de Solidaridad Internacionalista con lxs
Anarquistas en Prisión que lleva el nombre de los compañeros y recuerda el día
de su ejecución.
La afinidad en las
ideas/prácticas que desafían al Poder y combaten la autoridad allí donde ésta
resida, merecen nuestra cómplice hermandad, por ello más que circunscribirnos a
una ideología determinada y alejándonos de caricaturas y barreras, vinculamos
nuestros pasos con quienes sin ser necesariamente Anarquistas nos encontramos
en el camino de negación al orden impuesto, independiente de las maniobras
represivas.
A 87 años de la
ejecución de ambos compañeros, nos parece importante rescatar su historia, sus
vidas, traer al presente una historia que mucha más que “inocencia”, “injusticia”,
“lástima”, “discriminación”, nos
habla de convicción, de lucha y de enfrentar con decisión de combate ante
cualquier escenario en que nos encontremos. Hoy, tal cual como lo hemos hecho
durante años anteriores y en distintas circunstancias recordamos con memoria y
decisión de lucha la insurrecta vida de los dos compañeros.
Porque la lucha contra
el poder avanza y se desarrolla con la memoria de todxs nuestrxs compañerxs
muertxs. Porque sus nombres y rostros no son meros datos a recordar o recopilar
sino que energía creadora en un presente de lucha sin retorno.
Mantenemos vivxs en
nuestra negra memoria a lxs compañerxs Carlo Valdinoci, Andrea Salcedo, Nicola
Sacco y Bartolomeo Vanzetti, a nuestrxs hermanxs Claudia López, Mauricio
Morales, Johnny Cariqueo y Sebastian Oversluij entre tantxs otrxs.
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