…no vamos a permitir que
agredan a nuestros compañeros. Estamos hasta la madre de la policía represora
del fascista Mancera. #FueraMancera
#FueraPBI del metro.
Los cobardes PBI
de metro Balderas golpearon a la compañera Samantha Valdez, de Facultad de
Ciencias Políticas de la UNAM, porque los estaba grabando mientras
supuestamente llevaban a cabo un "operativo”.
40 PBIs la arrastraron, la sacaron del metro y la golpearon dentro de la
patrulla, la acusan de que ella golpeó a 8 policías y que les rompió la nariz a
2.
Ver video:
Testimonio de Samantha Valdez sobre agresión de policías en el Metro
Balderas
El día martes al salir de la facultad de Ciencias Políticas y Sociales me
dirigí a mi casa, es cuando en el transbordo de Balderas observo cómo policías
bancarios agreden a una vendedora ambulante, al ver tal injusticia decido
intervenir. Así que arremeten contra mí, sacándome de las instalaciones del
metro y llevándome a la delegación, no sin antes propinarme una golpiza en la
patrulla, 5 policías hombres refieren que fueron golpeados por mí y que le
fracturé la nariz a 2 policías mujeres, todos declaran en mi contra acusándome
de 8 delitos que jamás cometí. Ayúdenme a difundir esto por favor.
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Gracias a la difusión que me han hecho favor de darle a la agresión de la
que fui víctima me mandaron éste video, les pido pongan toda su atención ya que
todo pasa muy rápido. Aparezco en el minuto 1:10 seg, se me abalanzan todos los
policías arrojándome al suelo, me sacan de las instalaciones. Y justo después
de éste abuso de autoridad la gente comienza a gritar: "¡Suelten a la muchacha!, ¡Suéltenla, suéltenla!”.
Si alguien tiene otro video les agradecería
muchísimo me lo hicieran llegar, ya que me sería de gran ayuda para el proceso
que enfrento.
¡Compartan, todos somos uno!
Las cámaras, los
celulares con cámara de foto y/o video se han convertido en enemigo público # 1
para la policía del DF. Es cada vez más frecuente que cuando notan que alguien
los graba mientras están abusando del poder que les da el uniforme, la placa,
el arma, robando su mercancía a vendedores ambulantes en el metro, por ejemplo,
desatan toda su brutalidad contra quienes se han atrevido a intentar documentar
estos hechos. Así ocurrió en días pasados con la joven estudiante de la UNAM,
Samantha Valdez, cuando se dirigía de su escuela, la Facultad de Ciencias
Políticas y Sociales de la UNAM (donde, por cierto, una de las carreras que ahí
se estudian es Ciencias de la Comunicación).
Pero sea estudiante o no, toda persona que tiene
frente a sí un acto de abuso de autoridad y posee un celular con cámara o una
cámara de foto o video, tiene dos opciones: dejar pasar, simular que no ha
visto nada, para no arriesgarse, o atreverse a registrar gráficamente estos
hechos para denunciarlos en las redes sociales o, mejor aún, en los medios
libres, porque estas injusticias no deben seguir ocurriendo impunemente, sin
que nadie haga nada.
Esta fue la opción que eligió Samantha. Grabó en
su celular lo que vio, a todas luces una injusticia: los policías del metro
estaban agrediendo a una mujer que, para sobrevivir, vende mercancías en los
vagones del metro. Sí, ya sabemos que el GDF ha criminalizado esta actividad de
supervivencia, pero el desempleo ha orillado a mucha gente a optar por
jugársela vendiendo en el metro, antes que robar para llevar algo de sustento a
su familia.
Pero los policías se dieron cuenta que Samantha
los grababa y se fueron contra ella. La golpearon, la arrastraron fuera del
metro, la siguieron golpeando en la patrulla y finalmente la presentaron ante
la ‘autoridad’. La acusaron de que ella fue quien golpeó a los uniformados, de
que le fracturó la nariz a dos policías mujeres. Y ahora Samantha enfrenta un
proceso por delitos que nunca cometió.
“No está permitido grabar ni tomar fotos”, dicen
los policías cuando notan que alguien tiene intención de hacerlo. No saben en
qué ley o reglamento está dicha prohibición. Pero nosotros sí sabemos que en la
Constitución están consagrados los derechos a la información y a la libertad de
expresión (Arts. 6° y 7°), por lo que todos tenemos derecho a informar e
informarnos y a expresar libremente nuestra opinión.
Para esto no necesitamos ser reporteros o
trabajadores de los medios de información. Tan solo se necesita tener un poco
de vergüenza y mucho valor, no tener miedo, como Samantha no lo tuvo, porque
también es de sobra conocido que aunque la que se supone es la ley suprema nos
reconozca derechos, la ley que se impone es el ‘criterio’ de los policías, los ministerios públicos, los jueces y
demás ‘autoridades’ expertas en
retorcer las leyes, haciendo ‘legales’ las arbitrariedades y el abuso de poder
y anulando nuestros derechos.
Pero esta realidad no debe atarnos de manos,
mientras más seamos quienes salgamos a la calle ‘armados’ de una cámara o un celular con cámara, en una actitud de
no intimidarnos y de que sabemos que tenemos derechos, podemos hacer que llegue
el momento en que no podrán detenernos y que no podrán impedir que toda esa
podredumbre uniformada, prepotente, autoritaria y brutal será exhibida
públicamente. Es hora de que nos ‘armemos’
de valor y de una cámara… Sigamos el ejemplo de Samantha.
Y si Samantha lee esto, o sus amigos o
familiares, que no duden en enviarnos la información de su caso, para hacerla pública, aunque sea por
este medio. Si otr@s la copian y difunden con sus círculos y sus redes, compartiendo
la información podemos ir parando esta clase de injusticias…
La Voz del Anáhuac.
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