Sobre la Reconstrucción (primer intento histórico para que EE.UU dejara de ser una nación esclavista)
por Mumia Abu-Jamal
Mis queridos compañeros de estudios, les agradezco a ustedes y a su
profesora, la Dra. Fernández concederme esta breve oportunidad de
acompañarlos mientras estudian lo que yo considero el momento más determinante
en la historia de Estados Unidos: la Reconstrucción.
La mayoría de nosotros dedicamos poco tiempo y tal
vez menos reflexión a este periodo, porque, seamos realistas, es la historia
antigua ¿verdad?
Puedo imaginar los ojos que se ponen en blanco, los
chasquidos de lengua, las mentes cerrándose de golpe y la duda pronunciada en
voz baja: ¿¡Qué tiene que ver conmigo lo
que pasó en los 1870’s y 1880’s!?
Pero la Reconstrucción es más que una palabra que
los historiadores usan para designar una época. Fue por primera vez en la vida
estadounidense, un verdadero intento para cambiar la trayectoria del país
para que dejara de ser una nación esclavista y empezara a ser una nación
realmente libe.
Aquel valiente y noble intento terminó en fracaso y
traición.
El periodo de Reconstrucción, formalmente, se
refiere a los años 1866-1876 (aunque otros historiadores y autores lo definen
de manera diferente). Estas fechas son marcadores en el tiempo, porque las
iniciativas de Reconstrucción aprobadas por el Congreso se volvieron las
enmiendas 12, 14 y 15 a la Constitución y sus leyes habilitantes. Al final de
este periodo se hizo el trato legislativo-presidencial en el que Rutherford B.
Hayes ganó la Presidencia a condición de que el Ejército de Estados Unidos
fuera retirado del territorio sureño, así sometiendo a los afro-americanos a un
diluvio de terrorismo blanco, casi siempre organizado por un ejército del
Partido Demócrata conocido como el Ku
Klux Klan.
Algunas personas
plantearán, en protesta, que el Sur fue derrotado por el poder militar de los
capitalistas del Norte, y aunque esto es cierto, no revela la historia
completa, porque las victorias militares en el campo se pueden anular por los
políticos en una mesa de negociación.
Esto
es lo que pasó cuando se negoció el pacto informal Hayes-Tilden en 1876-77.
Pareció que el candidato del Partido Demócrata, Samuel Tilden, había ganado más
votos que Hayes debido al reino de terror que impidió que muchos negros votaran
en el Sur, pero se estableció un comité y el Colegio Electoral le dio a Hayes
un voto más que a Tilden. Hayes asumió la presidencia y cumplió con su promesa
electoral de retirar del Sur al Ejército (que contaba con decenas de miles de
soldados negros). Con esto, la Reconstrucción llegó a su fin sucio y brutal.
En el
reciente libro, The Day Freedom Died: The Colfax Massacre, the Supreme Court
and the Betrayal of Reconstruction (El
Día que murió la libertad: la Masacre de Colfax, la Suprema Corte y la traición
de la Reconstrucción), por Charles Lane, vemos con claridad la manera en
que todos los niveles del gobierno dieron la espalda a los afro-americanos y
los dejaron a la cruel piedad de sus previos esclavizadores y atormentadores en
el Sur blanco.
Lane
escribe:
“En vez de una nueva Guerra Civil,
ocurrió un nuevo acuerdo, un gran pacto entre los Republicanos blancos del
Norte y los Demócratas blancos del Sur. Estos habían cedido la presidencia a
aquellos a cambio del dominio sobre sus propios estados. Y esto significaba
dominio sobre su población negra, porque la Suprema Corte había decretado que
los negros tenían que acudir a los gobiernos estatales para ganar protección
contra la violencia y el fraude. Ellos tenían que acudir a los racistas
descarados como Wade Hampton y Francis Nicholls. El Compromiso de 1877 era
menos formal que los pactos conocidos como ‘El Compromiso de Misuri’ y
‘El Compromiso de 1850′, pero su lógica fundamental era similar. La Unión
fue conservada a riesgo de los derechos de cuatro millones de americanos
afrodescendientes. ‘El negro’, opinó la revista La Nación, ‘desaparecerá’ del campo de la política nacional. De
ahora en adelante, la nación como una nación no tendrá nada que ver con él’”.
La Reconstrucción ya se terminó (Lane 245).
Lane agrega la siguiente observación:
“El Sur aplicó presión sobre las líneas de falla del Partido Republicano
hasta que se abrieron. Los Estados Confederados de América perdieron la Guerra
Civil militar y económicamente, pero en cuanto a lo que más les importaba a los
sureños blancos –los aspectos sociales, políticos e ideológicos– no fue así.
[El presidente de Estados Unidos] Ulysses S. Grant murió el 23 de julio de
1885, después de intentar y fracasar en asegurar el nuevo nacimiento de
libertad por el cual él había peleado la Guerra Civil”. (254).
Debido a que el gobierno federal
cedió a la Confederación los derechos de los estados, es decir el poder y
control local, el Sur a todas luces ganó la guerra para poder tratar a los
negros como esclavos en todo salvo en el nombre.
Cuando una ley para garantizar los
derechos civiles fue aprobada en 1875, la Suprema Corte ni siquiera tardó diez
años en anularla.
Según la Constitución, los negros
eran libres, pero en realidad, sus vidas eran prácticamente indistinguibles de
las de sus antepasados cautivos. No pudieron votar. No pudieron ocupar cargos
públicos. No pudieron trabajar en ciertos empleos o profesiones. No tuvieron el
derecho de salir de las antiguas plantaciones para viajar. Fueron traicionados.
Y tardarían todo un siglo en reconstruirse movimientos en los 1960’s para ganar
el derecho a votar, para ganar la llamada “libertad”,
porque políticamente el Sur ganó la guerra que había perdido en los campos de
Gettysburg.
Desde la nación encarcelada, soy Mumia Abu-Jamal.
Fuente: Lane, Charles. The Day Freedom Died; The
Colfax Massacre, the Supreme Court and the Betrayal of Reconstruction. (New York: Henry Holt & Co., 2008)
© ’14 maj
11 de febrero de 2014
Audio grabado por Noelle Hanrahan: www.prisonradio.org
Texto circulado por Fatirah Litestar01@aol.com
Traducción Amig@s de Mumia, México
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