Escrito por Plataforma
Vasca de Solidaridad con Chiapas
Domingo, 17 Noviembre
2013
Plataforma Vasca de Solidaridad con Chiapas /
Txiapasekiko Elkartasun Plataforma
Hoy, 17 de Noviembre, el Ejército Zapatista de
Liberación Nacional cumple 30 años de existencia. Son tres décadas de historia,
la primera de ellas en la más absoluta clandestinidad, formando y fortaleciendo
la organización armada que sorprendió al mundo tomando 6 cabeceras municipales
del Suroriental estado de Chiapas el 1 de Enero de 1994. Tras doce días de
enfrentamientos armados con el Ejército Federal Mexicano, el zapatismo civil
fue ganando terreno.
En estos 30 años de rebeldía,
las comunidades zapatistas han construido un sistema de autogobierno indígena
basado en el principio de “mandar
obedeciendo”. En este sistema todas las autoridades son elegidas por el
pueblo, pero ninguna elección se hace a través de partidos políticos, los
cargos siempre son rotativos y nunca tienen carácter remunerado. Han
desarrollado un sistema de salud y educación propios. Cientos de escuelas y
decenas de clínicas funcionan en la selva Lacandona sin haber recibido nunca
dinero del gobierno municipal, estatal ni federal. Han construido algo más que
un enorme espacio de resistencia al neoliberalismo y sus consecuencias. Han
construido un espacio de creatividad, donde los pueblos organizadamente tratan
de construir otras relaciones, otra sociedad, otro mundo.
Todo esto se ha construido con
el esfuerzo de los pueblos indígenas, que tratan de construir un país y una
modernidad donde acceder a la salud, la educación y el bienestar no suponga
renunciar a su carácter de pueblos originarios; donde salir de la pobreza no
suponga abandonar su lengua, su religiosidad ni sus costumbres; donde ser
indígena no sea sinónimo de marginación, sino de dignidad.
En estos años se han realizado
importantes avances en la liberación de la mujer en las comunidades zapatistas.
Como han reconocido las propias autoridades zapatistas en más de una ocasión,
aún falta camino por recorrer, pero lo cierto es que hoy hay mujeres que son
autoridades de sus pueblos, educadoras o promotoras de salud, y esto era
absolutamente impensable antes del levantamiento armado.
Hoy, los pueblos originarios
de México están luchando por crear un mundo mejor, “un mundo donde quepan muchos mundos”. Y lo que es más importante;
lo están consiguiendo. Es justo decir que en el caminar de estos treinta años
de rebeldía, las comunidades zapatistas han contado con la solidaridad de otros
pueblos.
En el estado español hay
varios Comités de Solidaridad que cada año enviamos grupos de observadores y
observadoras de Derechos Humanos que permanecen en aquellas aldeas susceptibles
de ser atacadas por paramilitares a fin de evitar un enfrentamiento. En una
estrategia pacífica, como la desarrollada por las comunidades zapatistas, la
presencia de sociedad civil internacional ha contribuido sensiblemente a frenar
la impunidad de la que aún hoy disfrutan los grupos paramilitares en Chiapas.
La lucha zapatista continúa, y
se avecinan nuevas actividades e iniciativas por parte del EZLN. Hoy más que
nunca debemos estar atentos y atentas a lo que sucede en Chiapas.
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