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Asamblea Veracruzana de Iniciativas y Defensa Ambiental
Asamblea Veracruzana de Iniciativas y Defensa Ambiental
Noé Vázquez Ortiz (10 de mayo de 1987-2 agosto 2013)
nació y creció en el pueblo de Amatlán de
los Reyes, Veracruz, en el seno de una familia sencilla. Hermano menor de
cuatro, desde pequeño tuvo interés por el arte. Si bien era un artista
autodidacta, en el 2006, con 19 años de edad, tuvo la oportunidad de iniciar
sus estudios en la Casa de la Cultura de Córdoba, con el maestro Daniel
Mora. Posteriormente tuvo la fortuna de recibir las enseñanzas de quien él
llamaba su padrino y maestro, el acuarelista Ramón Sánchez Méndez.
Desde sus inicios se inclinó por la acuarela, si bien también trabajó la
brocha, esculturas de espina de pochota y otros trabajos manuales. Siendo una
persona con una relación especial con la naturaleza y un compromiso con su
defensa y conservación, Noé disfrutaba ir al Cerro de las Cruces para recoger
semillas, plumas y otros productos que luego trabajaba para crear esculturas,
artesanías, penachos. Además de artesano, era pintor, escultor, danzante,
comparsista y sabía tocar varios instrumentos musicales.
En el marco de esa relación con la madre tierra y su inquietud de conservar
las tradiciones amatlecas es que Noé se integra al Colectivo Defensa Verde
Naturaleza para Siempre, movimiento ciudadano regional que desde el 2011
rechaza la instalación del megaproyecto hidroeléctrico El Naranjal en la región
de Amatlán. Se oponía al proyecto hidroeléctrico por las afectaciones que iba a
tener sobre el pueblo y sus cerros. En ese contexto es que asumió la comisión
de festejos del X Encuentro del Movimiento Mexicano de Afectados y Afectadas
por las Represas y en Defensa de los Ríos (MAPDER) que tuvo lugar en Amatlán
del 2 al 4 de Agosto pasado.
El día de su asesinato en el Cerro de las Cruces que tanto amaba, Noé se
encontraba en los preparativos de la ceremonia de Xochitlalis, la cual
había organizado para la recepción de los delegados y delegadas nacionales e
internacionales que iban a participar en el evento.
Sobre Noé y su muerte
Algunas
cosas no se dicen, se admiran, se plasman en la tierra como se siembra una
planta, una milpa, como la pizca de maíz.
Unas cosas no se dicen, se
sienten como las ganas de vivir. Hay cosas que se transmiten con ejemplo,
haciendo de la basura figuras, de los sobrantes arte, haciendo un mundo
reciclable.
Hay mentes indómitas, que
traen el brío de nuestros guerreros ancestrales, que traen la voz del pájaro
cenzontle, que lo mismo lo traducen en la guitarra, el sax, el clarinete o una
poesía estridente.
Hay manos que defienden la vida, hay otras que la crean, ahí va la vibra y
visión del buen artesano, del escultor. Algunos dichos rezan que el muerto no
murió, que está en su obra, en los ideales que habitaron su corazón, defender a
la tierra, expandir la cultura, el respeto a la natura, la paz entre los hermanos
del mundo, de la nación. Hay veces que las letras no son suficientes para
dibujar un corazón, ni una mente, ni un hueco ardiente, que deja en una esposa,
en una familia, en muchos humanos una cruel lapidación, ritual ofensivo de
necios que creen que mandando apuñalar a un joven, matan su idea, merman su
convicción.
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