Escrito por Marta
Durán de Huerta, Sinembargo
Domingo, 22 Septiembre
2013
A pesar de existir una tregua
entre el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y el Gobierno
federal, se han registrado agresiones a las comunidades zapatistas, irrupciones
militares o ataques paramilitares. Lo ideal era que los mismos indígenas
fotografiaran y filmaran los abusos para tener la evidencia de que una de las
partes no cumplía lo pactado. Ahora se ha armado una red que lo mismo documenta
que sirve de protección…
Ciudad de México,
16 de septiembre (SinEmbargo/Radio Nederland). – Las bases de apoyo recibieron
cámaras fotográficas y de video, así como las enseñanzas de cómo manejarlos.
Por primera vez tenían el poder de escribir con luz. Las bases de apoyo
zapatistas filmaron a los soldados. Y no solamente eso: cámara en mano,
registraron sus vidas.
Francisco es fotógrafo chiapaneco y explica qué es ProMedios: “Es un colectivo. Llevamos trabajando en
Chiapas desde 1998. Nuestro objetivo ha sido apoyar el proceso que iniciaron
las comunidades autónomas zapatistas desde que se dio el levantamiento del
Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y desde que se plantearon los Acuerdos de San Andrés, donde entre
muchas cosas, las comunidades demandaron el acceso a medios de comunicación
propios.
“Nos hemos abocado a resolver
necesidades concretas de los pueblos y eso nos ha llevado a experimentar con
diversos medios de comunicación desde el mural comunitario, el periódico mural,
la fotografía, el video hasta internet. Se instalaron enlaces satelitales para
acceso de las comunidades a internet de tal forma que ellos puedan adquirir
información o transmitir información”.
-¿Cómo se hace un enlace satelital en comunidades remotas donde muchas
veces ni siquiera hay energía eléctrica?
–La logística es simple –explica
Francisco–. Ellos han establecido centros
de coordinación del desarrollo autónomo en lugares donde sí hay electricidad;
es un servicio de internet para una comunidad muy basta y básicamente es para
las coordinaciones de los programas de salud, de educación, cooperativas de
café o de artesanas y las mismas autoridades comunitarias, para que puedan
tener contacto con el mundo exterior de una manera más dinámica.
Desafortunadamente aún no podemos cubrir las necesidades de toda la población;
es una herramienta muy concreta para un proceso organizativo. Solo tenemos
enlaces para los centros de comunicación, Los Caracoles y Las Juntas del Buen
Gobierno y las diferentes comisiones.
-¿Hay páginas de internet de las comunidades con sus propios contenidos?
–No existen páginas de las
comunidades autónomas como tales. Existen algunos pequeños ejercicios, sobre
todo, en las cooperativas para difundir sus productos. A nivel de contenido,
como organización hay que recordar el civil, el movimiento social amplio,
numeroso, y la guerrilla que sigue siendo parte del movimiento; éstos últimos
sí tienen una página de internet. Enlace
Zapatista, que cumple con
la función de ser la cara formal, oficial del zapatismo y la mayor parte de la
información que las comunidades generan es de autoconsumo.
“De cada video que está en
distribución”, explica Francisco, “hay cien o
doscientos que están circulando internamente en los pueblos en las comunidades,
no porque sean clandestinos sino porque a ellos les sirve en sus vidas
cotidianas. Filman fiestas, encuentros, actividades deportivas, culturales,
rituales, de agricultura, promoción de la cultura, derechos humanos, derechos
de las mujeres, etcétera. Muchos de los videos no están subtitulados al español
o a otros idiomas”.
“Hay muchos intereses que tratan de
controlar lo que se dice y lo que se publica, desde el crimen organizado hasta
el crimen organizado por el Estado. Todos los poderes fácticos que están en
contra de la libertad de expresión actúan de una manera brutal”, dice.
“La libertad de expresión en México
está amenazada y quizás, ahora, en este contexto, son los pueblos indígenas,
zapatistas por lo menos, que están muy organizados, que tienen radios comunitarias,
que tienen herramientas construidas con su propio esfuerzo. Amplios sectores de
la sociedad civil están incapacitados para responder a esta amenaza a la
libertad de expresión; eso es preocupante y es algo que impulsamos desde
nuestra asociación, tratando de sensibilizar y que la población apoye a la
libertad de expresión y sea más consciente y vigilante del ejercicio del
derecho a la libertad de expresión en México”, señala.
NUNCA SE FUERON
La reaparición de los zapatistas, hace ya varios
meses, tal vez pueda interpretarse como una señal de “bienvenida” a Enrique Peña Nieto, el Presidente de México. Priísta
que ha integrado a su gabinete a personajes que han sido acusados de haber
operado la formación de grupos paramilitares en Chiapas (que atacan constantemente
a las comunidades indígenas) y de ser los autores intelectuales de la matanza
de Acteal. Emilio Chuayffet Chemor por ejemplo, era entonces Secretario de
Gobernación cuando la masacre de Acteal. Simplemente perdió su puesto y ahora
es Secretario de Educación.
El 21 de diciembre de 2012, el
Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) marchó en silencio por las
calles de San Cristóbal de Las Casas, y de las cinco cabeceras municipales más
importantes de Chiapas. No era para celebrar el fin de la cuenta larga del
calendario maya, como afirmaron a la ligera muchos periodistas, sino para
recordar a las víctimas de la masacre de Acteal. Ese día la impunidad celebró
15 años.
Los zapatistas dijeron: ¡Aquí
estamos! Los indígenas con pasamontañas en marcha solemne y pacífica se
contaron por miles.
Hace 20 años, cuando entraba
en vigor en México el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá
(TLC), las comunidades indígenas de Chiapas mostraron al mundo que la miseria,
el maltrato y explotación en que vivían.
La figura que más llamó la
atención fue la del Subcomandante Marcos, vocero del EZLN, por su humor
corrosivo, su poesía, lo fresco de sus comunicados, su elocuencia y las grandes
sorpresas que daba como el comunicar al mundo que el EZLN no luchaba para tomar
el poder sino para tener un país con democracia, paz y libertad.
El Sub era y sigue siendo el vocero de las comunidades zapatistas; él
era el puente entre el universo de los mestizos y el de los indígenas. El Sub era el traductor en un sentido
amplio y desafortunadamente la prensa mundial puso toda la atención en su
persona. Nadie quería hablar con los indígenas, con las bases de apoyo; todos
querían una entrevista con Marcos. Eso fue muy doloroso para el Comité
Clandestino Revolucionario Indígena, instancia superior del ejército zapatista,
pues sus miembros son representantes de cada etnia y región rebelde elegidos en
asamblea. El CCRI, a pesar de su importancia, era transparente para la prensa.
Tal vez por esta razón desde
hace varios años, el Subcomandante decidió no tener presencia en las ceremonias
y encuentros organizados por los zapatistas. Varias veces afirmó: “Debo pasar a la sombra para que la sociedad
civil vea a los indígenas, vea a los zapatistas”.
El Sub desapareció de la vida pública. Todo tipo de rumores corrieron:
Que si se había ido a vivir a Miami, que si se había mudado a Francia, que si
tenía cáncer de pulmón por tanto fumar pipa, que si estaba muriendo de SIDA. Se
estaba muriendo de risa de todos esos chismes disfrazados de noticias. Varias
veces se habló de su muerte y en una de ellas, respondió:
“Que tristeza que me morí. Y tanto que me quería…”
En los últimos cuatro años
hubo pocos comunicados oficiales del EZLN. El 21 de diciembre, pocas horas
después de la marcha silenciosa, apareció un comunicado que dice a la letra:
“¿Escucharon? Es
el sonido de su mundo derrumbándose. Es el nuestro resurgiendo. El día que fue
día era noche. Y noche será el día que será el día”. El comunicado
está firmado por el Comité Revolucionario Indígena Comandancia General del
Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
A lo largo del
siglo XX el Partido de la Revolución Institucional (PRI) ganaba todas las
elecciones en Chiapas con el 99.9 % de los votos. Precisamente ahí, en 1994,
surgió un movimiento social armado en contra de todo lo que se había convertido
el PRI: autoritarismo, caciques criminales, corrupción generalizada, terror,
explotación, muerte y todo tipo de abusos hacia las comunidades indígenas.
El entonces
presidente Carlos Salinas de Gortari, sabía desde agosto de 1993 que se
preparaba una sublevación. Los militares descubrieron por casualidad un campo
de entrenamiento zapatista. Salinas dio la orden de guardar silencio para no
asustar a los inversionistas que llegarían con el Tratado de Libre Comercio.
Los militares sabían que había guerrilla, lo que no se imaginaban era la dimensión
del levantamiento de la madrugada del
primero de enero de 1994.
La marcha del 21 de diciembre fue una
demostración de fuerza de los zapatistas que por todo Chiapas,
mostraron a su ejército indígena, intacto.
En el año 2000 el
PRI perdió la presidencia de la República después de gobernar más de 70 años.
Del 2000 al 2012 gobernó el derechista Partido Acción Nacional (PAN) y la
corrupción fue igual o peor que con los priístas, con el agravante de dejar un
país ensangrentado, con 25 mil desaparecidos y más de cien mil muertos. Tras
unas elecciones muy polémicas y de acusaciones graves de fraude, el PRI regresa
a la presidencia.
Horas después del
acto encabezado por el Presidente Enrique Peña Nieto y la secretaria de
Desarrollo Social, Rosario Robles, en que presentaron el programa de lucha contra la pobreza en Chiapas,
el subcomandante Marcos difundió un nuevo comunicado en el que advierte que “las limosnas” tienen que otorgarlas en
otro lugar.
El gobierno
federal escogió el municipio de Las Margaritas, donde en 1994 el Ejército
Zapatista de Liberación Nacional apareció con su declaración de guerra contra
el gobierno y Estado mexicano encabezado en aquel entonces por presidente
Carlos Salinas de Gortari. En respuesta, el líder guerrillero ironizó el acto
al que acudieron 30 gobernadores y los integrantes del gabinete legal y
ampliado.
Critica también
las equivocaciones de Peña Nieto y de Rosario Robles en la lectura de los
discursos y recuerda, en tono sarcástico, el programa Solidaridad que Salinas
encabezó en 1993 prometiendo acabar con la desigualdad. De entrada, les llama a
los asistentes gubernamentales “Alí Baba y sus 40 ladrones”
y luego critica el acarreo que hizo el gobierno para llenar el acto con miles
de campesinos e indígenas.
“Un consejo: las limosnas las tienen
que ofrecer en otro lado, aquí no vive ningún Jesús de apellidos Ortega
Martínez o Zambrano. O pueden darlas en el ‘Pacto por México’. (Ah, mis albures
son sublimes, ¿qué, no?)”.
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