Rebelión, 30-09-2013
Cuando la sociedad mexicana presencia el
movimiento magisterial más grande de nuestra historia; en la mayor extensión
del territorio nacional, incluyendo a Quintana Roo, Baja California, Campeche y
Veracruz; con un programa claramente político y que se vincula, mediante
variadas formas, con la agenda política de las fuerzas sociales y políticas
populares en defensa del petróleo y la electricidad, de las conquistas
históricas de los trabajadores y los sindicatos, de las formas de autogobierno
indígenas, de la soberanía nacional, y en contra de la entrega del país a los
mayores explotadores y guerreristas del mundo: los monopolios y gobiernos de
Estados Unidos, no está de más abordar un paro de maestros ocurrido hace 45
años en la capital de la República.
En 1968
las masas de estudiantes universitarios, politécnicos, chapingueros y
normalistas fueron capaces de realizar un gran movimiento por la democracia y
en contra del autoritarismo del régimen del Partido Revolucionario
Institucional, de conquistar el apoyo de una enorme mayoría del pueblo mexicano
y de formar el Consejo Nacional de Huelga, siendo acompañados por la recién
constituida Coalición de Maestros de Enseñanza Media y Superior Pro Libertades
Democráticas. Pero además, el movimiento estudiantil-popular logró que muchos
miembros de filas de la Sección IX del Sindicato Nacional Trabajadores de la
Educación, que agrupa a las educadoras y a los maestros de banquillo,
estallaran un paro de labores el 12 de noviembre de ese histórico año. Con
motivo de esa paralización de actividades se publican las siguientes líneas.
De cara
a la proximidad del VIII Congreso Nacional del SNTE, el Movimiento
Revolucionario del Magisterio celebró en noviembre de 1967 su I Asamblea
Nacional, en la cual Othón Salazar afirmó: “Somos
partidarios firmes y conscientes de la unidad y por ello lucharemos también
contra los enemigos de las luchas unitarias y contra los que traicionan a los
trabajadores. Naturalmente, ésta no será una tarea sencilla para nosotros, y
menos puede serlo ahora que la política desarrollada por el MRM abre una nueva
perspectiva”. (1)
Más
adelante, agregó: “Algunos piensan de
buena fe que hemos equivocado el camino al orientarnos por la participación en
el Comité de la Sección IX del SNTE y, en general, en los órganos directivos de
nuestro sindicato. Ellos parten de la idea de que nuestros cuadros sindicales
se desprestigian si alternan con dirigentes reformistas o gubernamentalizados;
que el MRM cae en el oportunismo si no sostiene la línea del enfrentamiento y
la oposición sistemática a todos los líderes actuales”. (2)
En la
capital de la Federación, el 15 de diciembre de 1967 Gustavo Díaz Ordaz
inauguró oficialmente el VIII Congreso Nacional Ordinario del sindicato de
maestros, mismo que continuó sus trabajos del 18 al 21 de ese mes en la Ciudad
de Oaxaca.
La
reunión aprobó un pliego petitorio que planteaba: “Que a partir del 1º de enero de 1968 se conceda a todos los
trabajadores de la educación los aumentos de sueldo y compensaciones que se
señalan a continuación:
1. Un aumento general del
25 por ciento en el sueldo presupuestal.
2. Un aumento del 100 por
ciento en la compensación por antigüedad en el servicio denominado quinquenios
y que dicha prestación se haga extensiva al personal directivo, de supervisión
y administrativo de base, así como a los maestros en servicio no titulados.
3. Una compensación
mensual de 400 pesos por concepto de renta de casa.
4. Una compensación
mensual de 200 pesos para gastos de transporte, a los trabajadores que no disfrutan
de esa prestación.
5. La descongelación de la
cuota de sobresueldos y un aumento del 25 por ciento en los mismos, para todos
los trabajadores de la educación.6. El otorgamiento para todos los trabajadores
de la educación de tres meses de sueldo presupuestal y sobresueldo, por
concepto de la compensación anual denominada aguinaldo”. (3)
Asimismo, la asamblea acordó: “Que se presenten las peticiones de inmediato y que en un plazo
razonable se cite a un consejo nacional para examinar las respuestas dadas por
las autoridades y tomar las medidas correspondientes para una solución
efectiva”. (4)
En clara violación de los puntos resolutivos del VIII
Congreso Nacional, el CEN no presentaba a tiempo el pliego petitorio; por ello,
el MRM expuso que ya era hora de presentarlo: “Estamos a finales de febrero y, a nuestro juicio, ha transcurrido ya
un tiempo más que razonable para presentar el pliego de peticiones.
Creemos que es
indispensable que tal pliego sea de inmediato estudiado ampliamente y aprobado
por el Comité Ejecutivo Nacional.
Los maestros del país
tienen puesta su atención en las gestiones inmediatas que haga el Comité
Nacional para alcanzar los acuerdos del VIII Congreso. Esperan que, en primer
lugar, se les informe detalladamente, publicando para conocimiento de todos sus
miembros el pliego petitorio. Asimismo, están dispuestos a participar
activamente y no como simples espectadores en las medidas de apoyo al pliego
petitorio”.
(5)
Por fin, el 12 de marzo de 1968, el SNTE, encabezado por
Félix Vallejo Martínez, entregó a Agustín Yáñez el pliego de peticiones.
La paralización de labores
El
pliego enarbolado por el Congreso Nacional de Oaxaca creó inquietud en los
medios magisteriales del país, pero especialmente en el Distrito Federal. Ante
la respuesta desfavorable de la Secretaría de Educación Pública, el MRM llamó
el 8 de mayo de 1968 a enviar cartas a Félix Vallejo Martínez para manifestar
su preocupación. Posteriormente, se iniciaron reuniones en escuelas y
delegaciones.
El
descontento comenzó a desbordar a los líderes oficialistas. La Liga Comunista
Espartaco informaba en un manifiesto: “En
las últimas semanas una gran y creciente inquietud se ha venido desarrollando
entre los maestros de la Sección IX del SNTE.
Cansados de los llamados
que los charros les hacían a la
cordura y a la ‘espera paciente’ de la respuesta de la SEP al pliego petitorio,
se han rebelado contra las órdenes de los dirigentes vendidos del SNTE; y en
contra de la voluntad de éstos en varias delegaciones sindicales han celebrado
asambleas en las que han expresado su más enérgico repudio a los charros y han denunciado su
complicidad con la SEP y el gobierno reaccionario de GDO, al tratar de crear
ilusiones en el magisterio de que por medio de las ‘pláticas cordiales’ se
lograrán ‘grandes conquistas’.
En estas reuniones los
maestros han señalado que ésta es una vil y asquerosa maniobra con que se trata
de preparar el terreno para hacer aparecer las migajas que el gobierno arroje a los maestros como ‘pruebas’
de la ‘magnanimidad y buen corazón’ de éste.
Por encima de todos los
obstáculos que los charros y
sus cómplices han colocado ante los maestros, de las amenazas de la represión
que ya se anuncia, la agitación se extiende en todo el DF. En las asambleas
delegacionales se ha acordado la formación de comités de lucha en cada zona
escolar, la elaboración de propaganda, la colocación de mantas y carteles
informativos en la fachada de las escuelas, la celebración de asambleas con
padres de familia y otras medidas tendientes a desarrollar y fortalecer el
movimiento.
El estado de inquietud y
agitación entre los maestros del Distrito Federal plantea la posibilidad de un
nuevo y combativo movimiento del magisterio nacional, que puede tener grandes
repercusiones en otros sectores del pueblo”. (6)
Ciertamente, la movilización tendió a incrementarse, y llegó
en los meses de julio y agosto a la realización de mítines y asambleas masivos.
Este proceso se vio estimulado por el movimiento de los estudiantes, el cual
había estallado a fines de julio.
Durante el movimiento estudiantil-popular de 1968, la
dirección del SNTE se alineó de lleno con el gobierno. Por ejemplo, el 6 de
agosto el Comité Ejecutivo Nacional peroró: “En
respuesta al llamamiento cordial que hiciera a la nación el C. Presidente de la
República, licenciado Gustavo Díaz Ordaz, el día 1º del corriente agosto, en la
ciudad de Guadalajara, Jal., el Sindicato Nacional de Trabajadores de la
Educación reitera su invariable determinación de contribuir al fortalecimiento
de la unidad nacional, por ser ésta la única forma de garantizar que continúe
el desarrollo acelerado del país, siempre bajo los postulados de la Revolución
mexicana”. (7)
Idéntica posición asumieron los comités ejecutivos
delegacionales del Politécnico, el 20 de agosto, nada más que caracterizaban a
los estudiantes de provocadores. En cambio, el MRM y otros grupos de la
oposición democrática se solidarizaron con el estudiantado en lucha. El MRM
declaró: “La gravedad de estos
acontecimientos ha estremecido la conciencia nacional. Maestros, estudiantes y
pueblo en general no sólo repudian y condenan la agresión, sino que han
coincidido en la necesidad de luchar por los seis puntos del pliego petitorio
que han presentado a las autoridades los órganos representativos del sector
estudiantil”. (8)
En vista de la situación de aquellos días, la SEP adelantó
las vacaciones. Así, Agustín Yáñez comunicó a Félix Vallejo y a Carlos
Jonguitud: “En respuesta a su oficio
número 14,533, de esta fecha... reitero el reconocimiento pleno del derecho del
magisterio nacional para disfrutar de vacaciones íntegras, durante los periodos
de antemano establecidos...
En tal virtud, el 31 de
este mes, de acuerdo con lo previsto por el calendario escolar vigente, tipo A,
se dará por terminado el presente año lectivo...
Las labores… se
reanudarán el 4 de noviembre, conforme lo fija el propio calendario escolar...” (9)
El adelanto de vacaciones desmovilizó en parte al grueso del
magisterio capitalino; sin embargo, no impidió que los elementos de avanzada,
que constituyeron el Comité Coordinador de Comités de Lucha Magisterial,
continuaran sesionando y apoyando a los estudiantes en huelga. La
desmovilización, pues, fue relativa.
Antes de la materialización del paro, el Cuerpo Directivo
del MRM señaló: “A finales del año
lectivo anterior, el descontento magisterial empezó a manifestarse en formas de
lucha enérgica, debido, entre otros motivos, a que el Comité Nacional del SNTE
aceptó la solución de los 125 pesos por plazos sin consultar a la base ni a los
diferentes órganos de dirección, sino limitándose a considerar importante
aumento lo que los maestros unánimemente consideraron una cantidad
verdaderamente insuficiente”.
Decía líneas abajo que el SNTE celebró una reunión de
secretarios generales seccionales para demandar a la SEP el pago a partir del 1
de septiembre y llamaba a los maestros a apoyar con acciones dicha petición. La
SEP, el 2 de noviembre, resolvió otorgar al magisterio del DF los 125 pesos
completos a partir del 1 de noviembre.
Añadía: “...el MRM
considera necesario aclarar su posición sobre la idea que viene circulando de
ir a un paro sin que previamente esta decisión se haya generalizado en la base,
sin que los maestros estén organizados y preparados para sostenerlo, sin que se
tenga noción clara de qué tipo de paro se trata, sin haber palpado el grado de
decisión para llevarlo a cabo, sin que exista la claridad necesaria respecto a
los objetivos que se persiguen y, finalmente, haciendo caso omiso de la nueva situación creada por el
acortamiento de los plazos. En estas condiciones, tal planteamiento nos parece
precipitado y falto de base. El MRM mantiene el punto de vista de que la medida
del paro no puede descartarla ningún
maestro de base, puesto que ésta es una forma legítima de lucha; pero ahora no
es la medida adecuada”. (10)
El 4 de noviembre se llevó a efecto una combativa asamblea
de maestros en el auditorio Rafael Ramírez, de la Escuela Normal Superior,
donde se acordó levantar demandas propias -aumento de sueldos, de quinquenios y
de aguinaldo- y apoyar al movimiento estudiantil. El día 5 hubo un intenso
brigadeo en las escuelas primarias del DF.
Édgar Robledo Santiago, secretario general de la Federación
de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado, el 8 de noviembre llamó
al magisterio a no secundar los llamados de “grupos
minoritarios demagógicos”.
Félix Vallejo declaró el día 11: “El Comité Ejecutivo Nacional y el Comité Ejecutivo de la Sección IX
del SNTE se dirigen al magisterio del DF para aclarar que indebidamente se está
tomando el nombre de los cuerpos directivos para suspender las actividades
docentes en los jardines de niños y en las escuelas primarias del DF, con el
pretexto del pliego de demandas económicas que los órganos de dirección
sindical han estado atendiendo desde que tales demandas fueron presentadas al
gobierno.
Al efecto aclaramos que... el gobierno federal
determinó acortar los plazos...
En virtud de lo
expuesto, el movimiento que se pretexta para el acto de suspensión a que nos
referimos se encuentra sin base y por tanto sin la autorización de los órganos
de dirección sindical, lo que aclaramos para el fin de que el magisterio del DF
no sea sorprendido y no incurra en actos de ilicitud que afecten la seriedad de
la organización por el empleo incorrecto de los recursos de lucha sindical”. (11)
El 12 de noviembre estalló el paro del 50 por ciento del
magisterio capitalino, de acuerdo con los datos de la LCE. Según Agustín Yáñez,
pararon 40 de las 1,455 escuelas (763 matutinas, 573 vespertinas y 119
nocturnas).
“La Secretaría de
Educación Pública… ha desplegado a un grupo de abogados de su dirección general
jurídica, inspectores administrativos y escolares, para levantar las actas
correspondientes, porque en este caso en que maestros, sin ninguna razón ni
fundamento legal, determinan las paralizaciones, la secretaría obrará dentro de
la ley pero con la mayor energía”. (12)
Dijo que los sueldos de los profesores no eran bajos.
La SEP dio de baja, el día 13, a 63 maestros, entre ellos a
Pedro Estrada, Efraín Gracida, Jesús Martín del Campo y Antonio Martínez. A la
vez, Agustín Yáñez inició reuniones con padres de familia, en su despacho, para
orientarlos sobre la situación prevaleciente.
Al otro día, Félix Vallejo envió un telegrama a GDO: “...las medidas tomadas por las autoridades (de
la) Secretaría (de) Educación Pública (en el) caso de los compañeros maestros (que) realizaron (una) suspensión (de) labores (el) día 12 actual, (debe ser reconsiderada en virtud de que la)... mayoría (de los) maestros (que) intervinieron
(en) dicho paro fueron sorprendidos
con (el) argumento de que nuestro
sindicato había autorizado (la)
citada suspensión”. (13)
El 15 de noviembre se
efectuó una reunión de Agustín Yáñez con jefes de sector e inspectores de zona
escolar, ante quienes expresó: “El gobierno ha hecho un gran esfuerzo..., año
con año, para lograr la mejoría del magisterio nacional; se han aumentado las
plazas en forma considerable. El Sindicato Nacional de Trabajadores de la
Educación (SNTE) ha sido un factor constante para el
mejoramiento del magisterio. El SNTE ha trabajado también por la consecución
del mejoramiento profesional de los maestros”. (14)
Al día siguiente se realizó un mitin de maestros y padres de
familia en los patios de la SEP, convocado por el Comité de Lucha Magisterial,
el cual entregó un documento a la dependencia.
Mario Aguilera Dorantes, oficial mayor de la SEP, el 18 de
noviembre se dirigió a los 168 directores de las escuelas matutinas de
instrucción primaria, a los inspectores y a los jefes de sector en el DF para
que impidieran la realización de paros.
Los cesados, gracias a la solidaridad de los trabajadores, a
la presión de los grupos de oposición sindical y a una actitud conciliadora del
equipo de Vallejo, poco a poco fueron reinstalados.
El Partido Comunista Mexicano analizó en los siguientes
términos el paro magisterial del 12 de noviembre: “Es natural que junto a este movimiento surjan otros que apoyen dichas
demandas y que presenten las propias basadas en su situación particular. Ya
varios miles de maestros de primarias del Distrito Federal ligan lo
insatisfactorio del aumento de sueldos otorgado por el gobierno con la represión
al movimiento estudiantil-popular. El descontento imperante en ese sector
ocasionado en sus malas condiciones económicas, en las violaciones a la
democracia interna que se cometen en su sindicato, en la represión contra los
estudiantes, en la situación general que vive el país como consecuencia de la
política gubernamental antidemocrática, dan pie al deseo de lucha, expresado en
el paro de labores realizado por varios miles de maestros el día doce del
presente mes.
Es indudable que las
represalias de la Secretaría de Educación Pública con motivo de este paro,
concitan la acción de todos los maestros por el respeto a sus derechos. La
acción unida de los maestros en solidaridad con el movimiento
estudiantil-popular y por sus propias demandas los conducirá al triunfo”. (15)
Notas
(1) Othón Salazar, Informe del Cuerpo
Directivo a la 1ª Asamblea Nacional, México, CD del MRM, 1967, p. 5.
(2) Ibíd., pp. 26-27.
(3) Sección Novena del SNTE, a. III,
núm. 13, marzo de 1968, p. 1.
(4) Movimiento, núm. 6, 27- ii -68, p. 1.
(5) Movimiento, núm. 6, 27-II-68, p.
1.
(6) Volante, 24-VI-68.
(7) Novedades, 7-VIII-68, y Gerardo
Peláez Ramos, Historia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la
Educación, México. Ed. del STUNAM, 2ª ed., 2000, p. 175.
(8) El Día, 19-VIII-68.
(9) Tiempo, núm. 1373, 26-VIII-68, p.
6.
(10) Volante, 2-XI-68.
(11) Tiempo, núm. 1385, 18-XI-68, p.
12.
(12) Ibíd., p. 11.
(13) Tiempo, núm. 1386, 25-XI-68, p.
18.
(14) Ibíd., p. 19.
(15) Nueva Época, núm. 1 (19), enero
de 1969, pp. 73-74, y Partido Comunista Mexicano 1967-1972, México, ECP,
1973, pp. 235-236
Rebelión ha publicado
este artículo con el permiso del autor mediante una licencia
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