Gilberto López y Rivas
Fue un privilegio asistir como alumno del curso de
primer grado La libertad según l@s
zapatistas, que se desarrolló paralelamente en varios territorios de los
gobiernos autónomos, así como en el Centro Indígena de Capacitación Integral
–Unitierra, en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, del 12 al 17 de agosto.
Por sus múltiples significados políticos,
estratégicos, programáticos y tácticos en la actualidad trágica de un país
devastado por el gobierno de traición nacional y sus asociados
corporativo-represivos (incluyendo el crimen organizado), el curso impartido
por indígenas de las distintas etnias que conforman los gobiernos autónomos
zapatistas constituye un llamado urgente a la conciencia nacional, a los
hombres y las mujeres con dignidad y entereza para organizarse, resistir y
luchar por un mundo mejor donde se mande obedeciendo a los pueblos a partir de
siete principios:
1. SERVIR Y NO SERVIRSE.
2. REPRESENTAR Y NO
SUPLANTAR.
3. CONSTRUIR Y NO
DESTRUIR.
4. OBEDECER Y NO MANDAR.
5. PROPONER Y NO
IMPONER.
6. CONVENCER Y NO
VENCER.
7. BAJAR Y NO SUBIR;
y con base en la máxima ética que rige al EZLN:
PARA TODOS TODO, NADA PARA
NOSOTROS,
esto es, el polo opuesto de conducta con que actúa
la clase política mexicana.
A lo largo de esta semana memorable, acompañados de
nuestro Votán, el tutor o corazón-guardián del pueblo y de la tierra, y
de nuestros libros de texto para lectura-consulta-discusión, los educandos nos
adentramos en el estudio de la historia del gobierno autónomo. Se recordaron
los años arduos de la clandestinidad, con la llegada de las Fuerzas de
Liberación Nacional a la selva Lacandona, el 17 de noviembre de 1983; los 10
años de preparación que anteceden a la declaración de guerra; el proceso lento
pero ampliado de toma de conciencia sobre el papel a jugar cuando cada tanto
surgen hombres y mujeres que piensan por los demás, que se rebelan para exigir
tierra y libertad.
Se rememoró el establecimiento de 38 municipios
autónomos rebeldes zapatistas (MAREZ), una vez que se consumó el incumplimiento
de los acuerdos de San Andrés y, posteriormente, los maestros y maestras
explicaron las condiciones y los problemas que llevaron a la creación de las
cinco Juntas de Buen Gobierno, el 8 de agosto de 2003. Los alumnos aprendimos
cómo se organiza el gobierno en los ámbitos comunitarios, municipales y
zonales. Con giros lingüísticos y una gran capacidad de síntesis y
conceptualización, nuestros mentores mostraron el recorrido de construcción y
fortalecimiento de su autonomía mediante una práctica colectiva de hombres,
mujeres, niños y ancianos, con aciertos y errores, desechando lo que no
funciona y cambiando lo necesario. Si algo sale mal, nosotros lo mejoramos,
¡tan sólo han pasado 19 años en que venimos construyendo nuestra autonomía,
contra 520 años de opresión!
En la conducción, participación y contenido
temático del curso, se destacaron los alcances y las conquistas de las mujeres
en los gobiernos autónomos, en las comisiones de educación, salud, proyectos
productivos, en los cambios que tienen lugar en la cotidianidad, las labores
domésticas y el cuidado de los hijos, así como en el deporte y los eventos
públicos. Aquí también, las maestras recordaron cómo en la clandestinidad se
inició la integración de las mujeres en las milicias, en las filas de los insurgentes,
haciendo de manifiesto la paridad de género actual en los tres niveles de
gobierno. Los machistas, que los hay, se enfrentan ahora con las autoridades
autónomas, con las asambleas y con el derecho de las mujeres a denunciar
cualquier maltrato. Si la mujer tiene cargo, el compañero tiene que cuidar los
hijos, hacer la comida, lavar la ropa, me comentó mi Votán.
Otro tema importante de las clases fue el de la
resistencia, pues el mal gobierno no ha dejado en paz a los zapatistas ni un
solo día. Saben bien que los medios son instrumentos poderosos de propaganda
que mienten todo el tiempo; por ello, han creado sus propios medios de
comunicación. Identifican a los partidos políticos de todos los signos como
instrumentos de división y manipulación que promueven los ataques contra los
pueblos zapatistas y sus gobiernos. Pero en este conflicto, los zapatistas
asumen una política de no confrontación que ha redundado en su beneficio: hemos
tratado de no alterarnos para evitar la violencia. Al no alterarnos, hemos
salido ganando. Con nuestra paciencia, hemos logrado solucionar muchos
problemas. Nuestra fuerza es nuestra organización, sin agredir a quien nos hace
daño. Así, los maestros refieren cómo los hermanos partidistas se han
convertido en unos dependientes de ayudas y programas gubernamentales, que
abandonan los trabajos productivos y venden la tierra, mientras los zapatistas,
de manera colectiva, trabajan en los terrenos recuperados y cuentan con sus
propios recursos y ahorros. Paradójicamente, muchos partidistas terminan
pidiendo ayuda a los zapatistas, acuden a sus clínicas, donde los tratan como
seres humanos, y recurren a sus gobiernos para la impartición de justicia y
solución expedita de conflictos. La resistencia de por sí la traemos. La
resistencia nos ha dado la fuerza para construir la autonomía. Desde 1994, el
mal gobierno nos quiso ver la cara; buscó formas de cómo atacarnos, pero hoy,
¡aquí estamos! Mete su política y nosotros nos organizamos y luchamos para
todos. Así, nuestros educadores mostraron cómo resisten en lo ideológico, en lo
económico, en lo político, en la cultura, que es la forma de vivir; demostraron
cómo ni ejércitos ni paramilitares han impedido el desarrollo de sus autonomías.
Muchos temas más fueron tratados, todos con profundidad,
sentido del humor y franqueza, con orgullo por todo lo logrado, pero con
modestia. Al término del curso llegó el momento de despedir a l@s maestr@s y votan@s,
con un nudo en la garganta y abierto llanto de muchos. Para los egresados de la
Escuelita, el mundo no podrá ser el mismo.
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