Los medios señalan, la policía ejecuta. Persecución a periodistas señalados como “radicales infiltrados”
El 22 de mayo fue detenido en su casa
R., un compañero fotoperiodista que trabaja para Diario Independiente Digital y
Mundo Obrero. Casi en cada lucha que hay en Madrid puedes encontrarte con R.
tomando fotografías.
La última vez que yo coincidí con él,
R. ya había aparecido señalado como “infiltrado
violento” en las páginas de El Mundo, La Razón y ABC. Lo vi en Génova, en
una de las tantas acciones en que enfrentamos la dictadura que avanza.
No nos conocemos mucho, apenas de
vernos en la calle o alguna asamblea, pero lo suficiente para saludarnos
amistosamente. Le pregunté qué tal después de su aparición en los medios.
Estaba tranquilo. Siempre hay algún mando más hostil, decía, refiriéndose a la
policía; no les gusta que les haga fotos pero yo creo que un periodista tiene
un punto de vista obligado. Es cierto, no es lo mismo fotografiar los hechos
delante de la policía que detrás, fuera que dentro de una manifestación, a
nuestro lado que enfrente.
Acabamos hablando de Rodolfo Walsh,
de cómo no tomar un punto de vista es tomar el punto de vista del poder y de
para qué sirve un intelectual que no actúa. La frase exacta de Walsh es, “un intelectual que no comprende lo que pasa
en su tiempo y en su país es una contradicción andante; y el que comprendiendo
no actúa, tendrá un lugar en la antología del llanto, no en la historia viva de
su tierra”.
Él no fue tan rotundo como Walsh.
Simplemente consideró que esa era su forma de informar, desde el lado de acá.
Cada uno puede tomar la opción que quiera y no entendía bien que otros colegas
le recriminasen: “tú es que te metes
mucho” le dicen. Más o menos en ese momento de la conversación nos
separamos en medio de la acción.
Ahora, días después, ha sido detenido
en su propia casa. No ha sido cubriendo un escrache.
Ni tomando fotos de una manifestación. Tampoco durante una carga policial. No
ha sido haciendo un reportaje de una ocupación ni cubriendo una lucha contra un
desahucio. No. Ha sido en su casa.
La policía ha tenido que identificarle,
dar con el lugar en el que vive, desplazarse hasta allí, esperar a que esté en
su domicilio y después abordarle entre varios para detenerlo. Han tenido que
tomarse todas esas molestias, realizar todas esas gestiones sin que nadie,
durante todo el tiempo que va desde la identificación hasta la detención,
decida evitarlo. Y con la connivencia del régimen.
Y aquí empleo régimen para referirme
a un entramado que implica por supuesto el poder político y económico, pero
también los medios de comunicación y la policía trabajando juntos.
Durante la dictadura de Videla en la
Argentina la prensa señalaba y la policía actuaba. Pero al menos, en descargo
de la prensa, se podría decir que había sido secuestrada por el régimen. Ahora
no ha hecho falta. Algunos medios son el régimen tanto como la policía. Veamos
cómo actúan perfectamente orquestados.
Primero. 12 de abril de 2013
Durante el escrache a Jesús Posada, actual presidente del
congreso de los diputados, la policía agrede a la prensa varias veces. Eso es algo
habitual pero ahora, por primera vez, sucede en un momento de tranquilidad y
sin que haya ninguna tensión previa.
Sancionan a un reportero por
fotografiar una pegatina, multan a un fotoperiodista por apartar el brazo de un
policía intentando tomar una fotografía y empujan a cualquiera que tenga una
cámara tratando de amedrentar.
En concreto, a R. le arrancan el
brazalete de periodista, le avisan de que mejor que se calle cuando lo reclama,
le acusan de dar órdenes a la policía y le identifican. [1]
Segundo. 13 de abril de 2013
El día siguiente al escrache,
dos medios de comunicación deciden abrir sus portadas con fotografías de R.
Aparece en las portadas de La Razón y El Mundo, que no dudan en dar por bueno
el relato policial: R. no es periodista, es uno de los activistas violentos que
se infiltran como periodistas.
El pie de foto de La Razón es “El escrache de ayer” [2] y el de El Mundo es “La policía impide el paso de los
manifestantes, ayer, ante la casa del presidente del congreso” [3]. Qué casualidad que los dos medios
coincidan en la foto del protagonista de la acción y que ninguno cuente que R.
es un periodista al que la policía arranco su brazalete.
Tercero. 17 de abril
Hasta ahora, R. ha sido hostigado e identificado por la
policía y después expuesto por dos medios de comunicación de tirada nacional.
Este día, además, va a ser señalado por el diario ABC como “radical infiltrado como fotógrafo”.
ABC publica un artículo titulado “La policía investiga radicales que se
infiltran en protestas como fotógrafos” [4] ilustrado con tres fotografías. En las tres aparece R.: una del
5 de abril, otra del 23 de febrero y la última de nuevo del 12 de febrero, el
día del escrache. Desde la fotografía más antigua hasta que se publica el
artículo han pasado 56 días. Mucho tiempo para que ABC haya encontrado por
casualidad en su archivo la fotografía de alguien que es a priori desconocido.
Cuarto. 1 de Mayo
Es el día los trabajadores y trabajadoras y en la plaza
de Chamberí se sucede una manifestación pro franquista sin presencia policial.
Un grupo de antifascistas que denuncia el suceso es acorralado por la policía e
identificado. R. está cubriendo la persecución política contra los
antifascistas cuando un policía le reconoce. Ha salido ya en hasta 5
fotografías en tres medios, ha dejado de ser un periodista anónimo.
El policía le aborda diciéndole: “Luego me vas a dar tu documentación porque
periodista tú no eres” [5]. Una
frase casi calcada a algunas afirmaciones que aparecían en el artículo de ABC: “Suelen comportarse como periodistas que
hacen su trabajo (aunque los verdaderos [periodistas] saben que no lo son)”. El policía sigue acosándole y acusándole de
no ser periodista, algo que es claramente mentira y los agentes ya saben puesto
que le han identificado al menos una vez como periodista, el día que le
quitaron el brazalete.
Cuando se cansa de acosar a R.
termina amenazándole: “ahora estoy
bastante ocupado, en cuanto tenga dos minutos le voy a llevar a comisaria”.
No tuvieron esos dos minutos hasta el día 22 de mayo.
Quinto. 22 de mayo
R. es arrestado en su domicilio. En el mismo día es
arrestado también en Madrid otro fotoperiodista (A.L.) [6] Ambos pasan la noche en la comisaría de Moratalaz. Según la
Jefatura Superior de Policía, se les acusa de "agredir a agentes de paisano de las brigadas de información de la
Policía cuando intentaban practicar detenciones" y de alentar a que
otros manifestantes participaran en la agresión.
Sexto. 22 de mayo
ABC es de los primeros medios en
publicar la noticia de las dos detenciones. Dando por válida la opinión de la
policía titula “Detienen a dos fotógrafos
por agredir a policías en protestas callejeras” [7] y de nuevo ilustra la noticia con fotografía de R. Pero sobre
todo, no tiene ninguna vergüenza al dejar claro quién señaló a R. en el
subtítulo de noticia: “ABC denunció hace
un mes la existencia de fotógrafos infiltrados en esas manifestaciones, que
provocaban altercados y golpeaban a agentes”.
Séptimo. 23 de mayo
Los periodistas R. y A. son puestos
en libertad con cargos tras prestar declaración por un presunto delito de
atentado contra la autoridad y un delito de calumnias. Colegas de profesión y
compañeros de militancia convocan una concentración de repulsa frente a la
delegación del gobierno de Madrid [8].
El mismo día que me encontré con R.,
aunque luego no volví a verle, si vi una fotografía. Durante la acción hubo un
momento en que la policía se lanzó contra nosotros y un compañero acabó
detenido y herido en la cara. La fotografía muestra el momento de la detención,
cuando dos policías empujaban al detenido, que llevaba la cara ensangrentada [9]. Aunque no lo hizo, esa fotografía
que denuncia y que cuenta hechos que nos quieren ocultar la pudo tomar R. Por
eso el régimen, la policía y los medios de comunicación cómplices se esfuerzan
en señalar y detener a cualquiera que discuta su discurso. Y lo hacen juntos,
compartiendo información, tapándose sus miserias y alimentándose unos a otros.
A partir de ahora no debemos olvidarlo. No debemos dejar de luchar, pero
sabiendo que el régimen no sólo viste de azul y se arma con porras. Viste
también con chaleco de prensa y se arma con cámaras de fotos. Son esos los
verdaderos periodistas infiltrados.
[1] Video de Diagonal del escrache a Jesús Posada
[2] Portada La Razón 13 abril
[3] Portada El Mundo 13 abril
[4] Artículo de ABC 17 de abril
[5] Video identificación 1 mayo
[6] Noticia de la detención en
eldiario.es http://www.eldiario.es/politica/Detenido-Mundo-Obrero-manifestaciones-Gobierno_0_135087113.html
[7] Noticia de la detención en
ABC
[8] Noticia de Diagonal de la puesta en
libertad de los periodistas
[9] Fotografía de detenido
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