Alainet, 24-04-2013
En su Ventana sobre el Miedo, Galeano afirma que “Quien no tiene miedo al hambre, tiene miedo a la comida”,
dividiendo el mundo entre los que no saben qué comer y los que no saben lo que
comen. Sin embargo, después del inicio de la Cruzada contra el hambre, lanzada por el presidente Peña Nieto en
enero de 2013, el periodista Uruguayo debería añadir una tercera opción: los que tenían miedo al hambre y ahora le
tienen miedo a la comida.
Casi
diario salen noticias acerca de los acuerdos tomados por la Secretaría de
Desarrollo Social con algunas empresas transnacionales que desde hace años
contribuyen al empeoramiento del régimen alimentario mexicano. Se confirman las
palabras de Carlos Fernández-Vega en La Jornada: “la tesis es llénenlos, no aliméntelos” (1).
En el
reportaje especial del 13 de abril de la revista Proceso (2), Patricia Dávila abarca de manera detallada el tema de la
incorporación de transnacionales como Nestlé, Pepsico y Coca Cola a este
programa inaugural del sexenio.
Dávila
retoma las palabras de Patti Rundall, líder de la Coalición Internacional
contra el Conflicto de Intereses, quien recordó las fuertes críticas a las
versiones brasileñas de la Cruzada contra el hambre, los programas Hambre Cero
y Bolsa de Familia.
En este
caso, las transnacionales convirtieron a las mujeres habilitadas a ser guías
nutricionales de sus programas en promotoras de las empresas, y en lugar de
inculcar buenos hábitos alimenticios difundieron una cultura de comida chatarra
muy dañina por sus altos contenidos en azúcar, sal, grasas y aditivos.
En el
caso mexicano, SEDESOL anuncia que las empresas no están contratadas y no
venderán sus productos sino que desarrollarán proyectos comunitarios en contra
del hambre. Nestlé, por ejemplo, capacitará a 15 mil mujeres de las comunidades
para que hagan sus propios negocios elaborando postres en el marco del proyecto
“Mi dulce negocio, Nestlé”.
El
parecido con las políticas de la ex Administración brasileña es evidente, pero
parece que la experiencia de Brasil, que se hubiera podido aprovechar gracias a
la presencia en estos días del ex Presidente Lula, no haya servido de
advertencia contra los efectos contraproducentes de la participación
transnacional a programas sociales gubernamentales.
Además,
la SEDESOL aclaró que las grandes empresas que han firmado el convenio “no van a producir, sino a donar, a formular
una galleta nutritiva” basada en avena y a bajo costo que “no tiene nada que ver con productos
chatarra”. Una muy buena noticia para los casi 7.5 millones de mexicanos
que padecen malnutrición y temían que se le entregara comida chatarra. Ahora en
cambio saben que se les entregará una supergalleta
energética creada específicamente para ellos en los laboratorios de Quaker. Por
supuesto, para la comida chatarra podrán continuar a dirigirse a las tiendas
Diconsa, la “empresa de participación
estatal mayoritaria que pertenece al Sector Desarrollo Social” (3) y que la SEDESOL involucró también
en la Cruzada (4).
Silvia
Ribeiro, investigadora del Grupo ETC, alerta que hasta ahora sólo vemos la
punta del iceberg del negocio que hay detrás del programa gubernamental que en
sus palabras se vuelve una Cruzada no contra el hambre, sino contra los
hambrientos (5). Se trata
supuestamente de “los indios y campesinos
que cometen el pecado de tener cultura propia, de ejercer y defender sus
propias formas de organización, de producción, de vida, de lucha”. Las
mismas personas amenazadas por la siembra de maíz transgénico y que están
luchando por la defensa de su tierra y su identidad.
La
amenaza es real y varios organismos nacionales e internacionales ya se han
movilizado para denunciar la situación. Los días 26 y 27 de abril de 2013
tendrá lugar en la ciudad de Oaxaca la Pre-audiencia del Tribunal Permanente de
los Pueblos en defensa del maíz nativo con la participación, entre otros, de
los premios Nobel Alternativos, Vandana Shiva (India), Pat Mooney (Canadá) y
Camila Montesinos (Chile).
La
conexión entre la Cruzada contra el
hambre y la siembra de millones de hectáreas de maíz transgénico es
escalofriante. México, por culpa de la inevitable contaminación de los
organismos sanos por los genéticamente modificados, corre el riesgo de volverse
en un enorme campo de maíz transgénico y su población se ve una vez más
traicionada y vilipendiada por el propio gobierno que regala su historia y
orgullo al mejor postor y pretende compensar el saqueo de los recursos con
migajas nutritivas.
Notas:
1.- “México SA” por Carlos Fernández-Vega en La Jornada, 16 de abril de 2013, disponible en línea en:
1.- “México SA” por Carlos Fernández-Vega en La Jornada, 16 de abril de 2013, disponible en línea en:
http://www.jornada.unam.mx/201 3/04/16/opinion/036o1eco
2.- “Transnacionales, con apetito voraz en la Cruzada contra el Hambre” por Patricia Dávila en Proceso, 13 de abril de 2013, disponible en línea en:
2.- “Transnacionales, con apetito voraz en la Cruzada contra el Hambre” por Patricia Dávila en Proceso, 13 de abril de 2013, disponible en línea en:
http://www.proceso.com.mx/?p=3 38972
3.- http://www.diconsa.gob.mx/inde x.php/conoce-diconsa/ique-es- diconsa.html
4.- “México SA” por Carlos Fernández-Vega en La Jornada, 16 de abril de 2013, disponible en línea en:
3.- http://www.diconsa.gob.mx/inde
4.- “México SA” por Carlos Fernández-Vega en La Jornada, 16 de abril de 2013, disponible en línea en:
http://www.jornada.unam.mx/201 3/04/16/opinion/036o1eco
5.- “Cruzada transgénica contra los hambrientos”, por Silvia Ribeiro en La Jornada, 20 de abril de 2013, disponible en línea:
5.- “Cruzada transgénica contra los hambrientos”, por Silvia Ribeiro en La Jornada, 20 de abril de 2013, disponible en línea:
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