Colombia: "El ELN ha asumido el mandato de la paz como un objetivo estratégico" Saludo al Congreso por la Paz
Comandante Nicolás
Rodríguez
Agencia Prensa Rural /
Transcripción: Rebelion.org
Saludo al congreso por la Paz
(*) El ELN hizo llegar al Congreso por la Paz
en Bogotá este 22 de abril el siguiente saludo, al tiempo que la emisora LA FM
publicaba la existencia de contactos entre el Gobierno y el ELN para instalar,
a mediados de mayo, una mesa de diálogos paralela, cuyo emplazamiento no se ha
concretado aún. Del ELN, el jefe de la delegación sería el comandante Pablo
Beltrán, miembro del Comando Central. Por parte del Gobierno, la delegación
estaría integrada por el exprocurador Jaime Bernal Cuellar, y el rector de la
Universidad Militar, el Mayor General (r) Eduardo Antonio Herrera Berbel. En
cuanto al preacuerdo que por ahora manejan las partes para tratar en la mesa,
se discutirían varios temas sobre petróleo, inversión extranjera, reforma
laboral y el derecho a la educación.
"Señoras
y señores; juventud de Colombia:
La
paz nos llama y nos convoca para compartir la lucha y la esperanza de una
patria en paz como el sueño más preciado.
Reconocimiento especial quiero hacer a
todas las delegadas y delegados internacionales que, con toda deferencia, se
hicieron presentes en este evento. Su aporte, como el de toda la comunidad
internacional es definitivo para la paz de Colombia, y en este recinto, no
tengo duda, está el espíritu del presidente Chávez en un pedazo de sus
corazones.
Señoras y señores, recibimos su invitación
para pronunciarnos sobre la paz, la cual agradecemos y aquí estamos. Por la
paz, todo.
Este magno evento que levantará mandatos
por la paz dejará huellas imborrables en el caminar por una nueva Colombia y ha
sido precedido por otros eventos de carácter regional y nacional que tienen en
común la búsqueda de la paz, incluido el del pasado 9 de los corrientes, en el
aniversario del magnicidio del líder popular Jorge Eliécer Gaitán, uno de los
grandes dirigentes que ofrendaron la vida por la paz, igual que el sacerdote
guerrillero Camilo Torres Restrepo y tantos otros luchadores por la paz.
La paz no es propiedad individual ni de
grupo. Es, eso sí, un mandato constitucional, un clamor popular y social, es un
grito colectivo por buscar caminos distintos a los de la guerra impuesta por
los dueños del poder, y ha llegado la hora de transitarlo y llegar a la meta de
una patria reconciliada con justicia y equidad social, con democracia y
soberanía. Esa es la apuesta de ustedes y nosotros.
El ELN ha asumido el mandato de la paz como
un objetivo estratégico y tenemos claro que la paz será realidad si en la lucha
el pueblo la alcanza unido a todos los sectores que le apuestan a ella. Por lo
tanto, permítanme plantearles que hoy es urgente un gran movimiento nacional
por la paz, que aglutine a las organizaciones populares y sociales, a los
partidos y otras agrupaciones. Es decir, a todos los que la queremos y le
apostamos a los cambios que requiere el país, aún sabiendo que a su interior
habrán matices, diferencias de contenido y en cómo constituirlo y proyectarlo.
Asumamos la consigna de Camilo cuando planteó la necesidad de "tomar lo
que nos une" y no convirtamos las diferencias en el obstáculo para lograr
la unión. Ha llegado la hora de superar ese andar de cada organización, partido
o grupo por su lado, y es un imperativo político la unión y la confluencia en
este gran mandato de la paz para Colombia.
El ELN ha planteado que Colombia necesita
una salida política al conflicto. Esto es igual a decir que debemos recorrer,
para lograr la paz, un camino diferente al de la guerra. Pero ese camino es un
proceso incluyente, que requiere de acuerdos, incluso entre los llamados
"actores del conflicto", para que se genere un clima de credibilidad
y confianza. No porque dejemos de reconocernos parte del conflicto, sino porque
es indispensable acordar unas reglas del juego en este tránsito a la paz.
La clase en el poder no puede pretender la
pacificación ni exigir la rendición a la insurgencia como condición para la
paz. Si no lo ha logrado en más de medio siglo de confrontación, utilizando los
medios más perversos, como la guerra sucia y la criminalización de la lucha y
la protesta social, mucho menos hoy, cuando la sociedad está exigiendo una construcción
colectiva de futuro.
La paz que necesita Colombia no tiene
vencedores ni vencidos, pero sí requiere de esfuerzos y sacrificios, porque se
trata de reconciliar partes enfrentadas durante más de cincuenta años en un
conflicto social y armado que ha sumido a Colombia en su más profunda crisis y
es indispensable superarlo.
Estimadas señoras, señores: el ELN reafirma
que el pueblo habla, el pueblo manda. No es sólo una consigna, sino un mandato
participativo y vinculante en el proceso de paz, donde el protagonismo de las
mayorías le imprima firmeza, para que sea sólido y realista, pues son esas
mayorías, particularmente las excluidas de la vida política, económica y
social, quienes tienen la obligación y el derecho de construir la paz que
desean, y en ello no puede reemplazarlas nadie. Por eso, es tan importante que
este evento de democracia directa y colectiva, construyendo mandatos populares,
así como eventos anteriores en igual sentido, porque son decisiones soberanas
respecto a cómo construir el futuro y la paz. Todo proceso real es aquel que
cuenta con el protagonismo, la movilización y el respaldo de las masas.
El ELN le ha dicho al país que está
dispuesto a sentarse a la Mesa de Diálogos con el Gobierno a buscar un ambiente
propicio y caminos ciertos para que se exprese y materialice por parte de las
mayorías la gran agenda recogida en los mandatos de años de luchas populares y
sociales, que es lo más auténtico del sentir de las mayorías.
Hemos propuesto la importancia de una
Convención Nacional como mecanismo democrático de encuentro y participación
popular, donde las mayorías se expresen y legislen. Igual hemos planteado que
una Constituyente refrende las grandes decisiones salidas de un verdadero
proceso democrático, popular y social. Todo ello es posible en una acción y
lucha de masas que aglutine a todas y todos los luchadores por el futuro y la
paz de Colombia.
Mucho nos hemos preguntado sobre la
voluntad real de paz de la oligarquía y del Gobierno que la representa. Porque
escuchamos un doble discurso, y la continuidad represiva y excluyente que se
contradice con un propósito real de paz. En este momento de grandes
definiciones, no se le puede encender una vela a Dios y otra al diablo. Las
mayorías de Colombia requieren para la construcción de la paz un Gobierno como
interlocutor válido. Y si éste no lo es, es obligatorio, en aras de la paz,
luchar y construir un nuevo Gobierno, que asuma como mandato supremo el logro
de la paz, que es justicia y equidad social, democracia y soberanía. Sin ello,
no hay paz. Porque no se trata de doblegar el espíritu de lucha , sino de dar
soluciones a los justos reclamos, construyendo una Colombia incluyente, de
fraternidad, donde se le reconozca a todos y todas igualdad de derechos y
deberes; que se asuman los valores humanistas y se viva en armonía con nuestra
Madre Tierra.
Esa es la paz que nos convoca. La que nos
merecemos y la mejor herencia para nuestros hijos y las futuras generaciones.
Deseándoles los mejores éxitos en este importante Congreso por la Paz, les
reitero mi abrazo fraterno.
Muchas gracias".
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