Con la reforma penal en marcha, la “Cuatro-te” hará realidad el “primero los pobres”, pero… a la cárcel
Walter
Benjamin y Bolívar Echeverría deberían estar viendo esto #SamirSomosTodasYTodos
#EZLN
Arte y también
defensa de la vida y la Madre Tierra
Babel,
Javier
Hernández Alpízar,
Zapateando:
Publicado el
17 de enero de 2020.
La
literatura es como un vaso comunicante entre arte, ciencia y saberes indígenas
Walter Benjamin estaba consciente de que la tecnología no se podía
entender sin comprenderla en la totalidad social de la modernidad capitalista.
Como parte de un sistema social alienante, la tecnología tiene una función
opresora, pero, al igual que los socialistas utópicos, Benjamin pensaba que la
tecnología moderna (en las artes, especialmente la reproducción masiva, como en
el cine y la fotografía) podía tener una función lúdica que desbordara la
tradicional función de la tecnología como opresora de los trabajadores y de la
naturaleza explotada como insumo.
A decir de Bolívar
Echeverría, Benjamin pensaba que ese potencial lúdico y emancipador de las
tecnologías modernas se podría actualizar, si operaba en el contexto de una
emancipación de la sociedad, lo que en la tradición socialista y marxista sería
la revolución comunista, la superación del capitalismo.
Como sabemos, a
estas alturas de la historia, algo que ni Karl Marx ni Walter Benjamin pudieron
vivir y, por tanto, no pudieron tomar en cuenta en sus análisis: en el siglo
XX, el socialismo fue derrotado, primero por la conversión del socialismo
revolucionario en la opresión del socialismo
realmente existente, luego su colapso y, posteriormente, por el regreso del
capitalismo depredador de la “acumulación
originaria” o “acumulación por
desposesión”, superficialmente llamado “neoliberalismo”
o “globalización”.
Las tecnologías no
actualizaron su potencial lúdico, sino que siguieron atadas al mecanismo de
valoración del capital, de la ganancia y el lucro. El cine se vio colonizado
por el imperio de Hollywood, cine casi exclusivamente como entretenimiento. El
consumo de cine se dividió entre un circuito de élite de cine de arte, de autor
o de director y un circuito masivo de cine digitalizado, que nos lleva a un
consumo cada vez más individualizado. Cintas como Cinema Paradiso hicieron el homenaje nostálgico a las viejas salas
donde el pueblo se reunía alrededor de la magia del cine y hacía ahí parte de
su vida colectiva, comunitaria o social. Esto quedaba desplazado por el cine en
televisión, en formatos digitales y en internet, que van individualizando el
consumo.
En este sentido, los
festivales de cine y de arte, los CompArte, como el reciente
(diciembre de 1919) de cine en la Ballena de la Selva o el de danza Báilate
otro mundo, en Tulan Kaw, uno de los nuevos Caracoles Zapatistas, son
festivales a contrapelo del fenómeno arriba mencionado: Son funciones de cine
colectivas, comunitarias, masivas, convivenciales y lo mismo las funciones de
danza. No solamente las comunidades indígenas mayas zapatistas aprecian el cine
profesional o la danza de colectivos, compañías, productores e intérpretes que
llevan su trabajo a ellos, sino que presentan y comparten sus propias obras,
sus cintas, danzas y coreografías comunitarias zapatistas.
La función lúdica de
la técnica de cine recupera así algo del potencial emancipador y lúdico
presentido por Walter Benjamin y subrayado en la lectura de Bolívar Echeverría,
pero no en el corazón del mundo capitalista, donde la tecnología es subsumida
por la lógica del lucro, sino ahí donde hay un proceso genuino de emancipación:
en los Caracoles Zapatistas, Centros de Rebeldía, semillas de postcapitalismo.
La obra de Walter
Benjamin no es ajena a los zapatistas, el autor de las Tesis sobre la historia
ha sido citado textualmente (el Ángel de la Historia) en anteriores
comunicados zapatistas y en otras ocasiones está referido en la
intertextualidad de las reflexiones de algunos comunicados zapatistas.
Además, entre las
reflexiones anticapitalistas de los zapatistas contemporáneos, está la idea de
que las propuestas de mundos posibles postcapitalistas tienen que tener una
fuerte base en el arte, en las ciencias y en los saberes de los pueblos
indígenas, y en esa interacción, el papel de la literatura es ser como un vaso
comunicante entre arte, ciencia y saberes indígenas.
Es comprensible la
alegría de artistas y cineastas al ir a compartir con las comunidades
zapatistas su trabajo escénico y visual, audiovisual: se trata de tocar un poco
de esa utopía que desde hace mucho los seres humanos han soñado. Un proceso
emancipador donde también tiene lugar la sala masiva de cine, o de teatro,
danza y artes escénicas, y una comunidad que va y goza, ríe, aplaude, comparte,
da sus respetos y también participa.
Ojalá Walter
Benjamin y Bolívar Echeverría pudieran ver y atestiguar todo esto.
Defender la cultura,
y a los productores de la cultura, también sobreexplotados, mal pagados,
reprimidos, es parte necesaria del proceso emancipador que hoy tiene sus ejes
más importantes en la defensa de la vida, la defensa de la tierra y el
territorio y la de las mujeres y niñas frente a fenómenos mundiales de
devastación capitalista como el calentamiento global, la sexta extinción masiva
de especies animales y vegetales, los megaproyectos de muerte como el tren
llamado “Maya”, el corredor en el
Istmo y el Integral Morelos (nuevos nombres para el Plan Puebla-Panamá), los feminicidios y la guerra represiva contra
trabajadores migrantes, defensores del territorio y de los derechos humanos,
comunicadores y, especialmente, la violencia infanticida, juvenicida y
feminicida.
Hoy pretenden
criminalizar a las niñas y los niños y adolescentes, pese a que las
estadísticas muestran que son víctimas de la violencia (casi ocho niños y niñas
al día son víctimas de violencia grave en México) y no victimarios. Así lo han
expresado organizaciones como la Red por los Derechos de la Infancia en México.
Y las autoridades pretenden tratar a los menores infractores como adultos, violando
sus derechos humanos y fomentando la permanencia de su contacto con el mundo
del crimen,
Todo esto como parte
de un intento regresivo, no solamente conservador, sino retrógrado, de
populismo punitivo de la “Cuatro-te”.
Ante esta cuarta
vuelta de tuerca de las ruedas del capitalismo: despojo, explotación, desprecio
y represión, el EZLN y el CNI están convocando a las primeras Jornadas en Defensa de la Tierra y el
Territorio Samir Somos Todas Y Todos, los días 20 (jornada global, nacional
e internacional, cada quien en su espacio de lucha), 21 (marcha en la ciudad de
México, de Reforma e Insurgentes a la FGR en la glorieta de Insurgentes y luego
al Zócalo) y 22 de febrero de 2020 (Asamblea en Amiltzingo, Morelos).
PD: Con la reforma penal en marcha,
la “Cuatro-te” sí hará realidad el “primero los pobres”, pero… a la cárcel.
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