Una
revolución mundial en marcha
Amy Goodman,
Denis Moynihan,
© 2019 Amy
Goodman,
Democracy
Now
Traducción
al español del texto en inglés: Inés Coira.
Edición:
María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
05 de
noviembre de 2019.
Puerto Rico, Hong Kong, Ecuador, Haití, Líbano, Irak y ahora,
Chile. En todo el mundo, la gente se está alzando contra las políticas de
austeridad y la corrupción, desafiando a las fuerzas policiales enviadas para
reprimirlos. Muchos de estos movimientos de masas comparten una crítica feroz
hacia el capitalismo. En Santiago de Chile, más de un millón de personas
inundaron las calles el fin de semana pasado y las protestas masivas continúan.
Allí, la
brutal dictadura de Pinochet que tuvo lugar entre 1973 y 1990, durante la cual
miles de activistas y líderes progresistas fueron torturados, desaparecidos y
asesinados, fue seguida por décadas de políticas neoliberales, con
privatizaciones desenfrenadas, acoso a sindicatos, salarios estancados y
mayores costos de educación, salud, transporte y otros servicios. Chile, uno de
los países más ricos de América del Sur, también es uno de los que tiene mayor
desigualdad. Al menos 20 personas han sido asesinadas durante las recientes
protestas allí, lo que enfureció e incentivó aún más a las multitudes.
Estas
protestas globales están también sucediendo en momentos en que el mundo
atraviesa un punto de inflexión en su historia, con tan solo una década de
tiempo para que la humanidad pase de una economía apoyada en los combustibles
fósiles a una impulsada por energía renovable. El miércoles, el multimillonario
y asediado presidente de Chile, Sebastián Piñera, anunció abruptamente que su
gobierno había decidido cancelar la realización en Chile de dos grandes cumbres
internacionales: el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (conocido como
APEC) a mediados de noviembre y la cumbre sobre cambio climático de Naciones
Unidas, la 25ª “Conferencia de las
Partes”, o COP25, en las primeras dos semanas de diciembre.
La
presidenta designada de la COP 25, la ministra de Medio Ambiente de Chile,
Carolina Schmidt, declaró: “Los ciudadanos han expresado de manera
contundente sus legítimas demandas sociales que requieren toda la atención y el
esfuerzo del gobierno”.
La
cancelación de la COP por parte de Chile podría ser un golpe para la acción
global contra el cambio climático. Pero los activistas en defensa del clima
deberían juntar coraje: este renovado espíritu de rebelión en todo el mundo
implica un rechazo del status quo y podría presagiar que la movilización de
base para evitar un cambio climático irreversible y catastrófico se acelere.
No mucho
después de la cancelación de la COP de Chile, la Red de Acción por el Clima
expresó en un comunicado: “La injusticia social y la crisis climática
tienen una raíz común. La justicia climática y la solidaridad tienen que ver
fundamentalmente con la protección de los derechos humanos y una mejor calidad
de vida para todos”.
La crisis
climática nos afecta a todos; en primer lugar, y con más fuerza, a los pobres
del mundo. El multitudinario levantamiento en Puerto Rico que condujo a la
renuncia del gobernador Ricardo Rosselló fue la culminación de décadas de
frustración con el estatus colonial de Puerto Rico y la contemporánea
explotación por parte de los fondos buitres de Wall Street. Pero el descontento
se vio alimentado por la impactante devastación causada por los huracanes Irma
y María hace dos años, que tuvieron lugar uno atrás del otro.
Pocos días
después de la renuncia de Rosselló, Manuel Natal, miembro de la Cámara de
Representantes de Puerto Rico, manifestó en una entrevista para Democracy Now!: “Las políticas de austeridad
implementadas no solo por la Junta de Supervisión Fiscal, sino también por el
actual gobierno de Roselló y el pasado gobierno de García Padilla, han dejado
al pueblo de Puerto Rico en una situación de vulnerabilidad. La desigualdad
social ha aumentado a niveles que nunca se habían visto aquí en Puerto Rico”. Natal prosiguió: “Necesitamos más democracia, no
menos democracia. Estamos al borde de una revolución política aquí en Puerto
Rico”. El derrocamiento de Rosselló constituye la primera vez en la
historia de Estados Unidos que un gobernador se vio forzado a renunciar a su
cargo a causa de una protesta popular.
Los pueblos
indígenas también están liderando el camino, a menudo en la primera línea de la
lucha, confrontando al modelo extractivista con una resistencia pacífica y
disciplinada. En Colombia, cientos de líderes sociales indígenas y campesinos
han sido asesinados en los últimos años, simplemente por defender la justicia y
la protección del medio ambiente.
El acuerdo
climático de París señala específicamente la importancia de la justicia
climática y se compromete a trabajar “en el contexto del desarrollo sostenible y
los esfuerzos para erradicar la pobreza”. Uno de los conflictos
duraderos que ha obstaculizado las negociaciones internacionales sobre el clima
ha sido la negativa de las naciones ricas, principalmente Estados Unidos, para
aceptar la simple premisa de que “los contaminadores deben pagar”.
Estados Unidos es la nación más rica de la historia humana, en parte, porque al
utilizar energía barata y sucia ha dejado una estela de contaminación en su camino
hacia la cima: centrales eléctricas de carbón, locomotoras diésel y ahora, el
gas de extracción por el método de fracturación hidráulica, mal llamado “de
combustión limpia”.
Se suponía
que el Fondo Verde para el Clima iba
a recaudar miles de millones de dólares para financiar proyectos de energía
renovable en los países más pobres. La semana pasada, la conferencia de
donantes del fondo no alcanzó su objetivo, principalmente porque el gobierno de
Trump incumplió el compromiso de Estados Unidos de aportar 2.000 millones de
dólares al fondo. Australia y Rusia siguieron el ejemplo y se negaron a
contribuir.
Un nuevo
estudio de Climate Central, una
organización científica y de noticias, indica que las inundaciones costeras
inducidas por el cambio climático probablemente serán mucho peores de lo
previsto, lo que obligará a entre 200 y 600 millones de personas, ricas y
pobres, a abandonar sus hogares más adelante en este siglo. Ahora mismo hay
numerosos incendios forestales provocados por el cambio climático en
California, donde cientos de miles de personas tuvieron que ser evacuadas de
sus hogares y al menos un millón de personas permanece sin electricidad.
Al igual que
los incendios forestales, los levantamientos populares contra los líderes corruptos
autocráticos, las políticas de austeridad y la desigualdad también se están
extendiendo e intensificando. Los pueblos también está inundando las calles a
lo largo y ancho del mundo, vinculando los movimientos contra la desigualdad
con la lucha por un mundo justo y sostenible, alimentado por energías
renovables.
Amy Goodman es la
conductora de Democracy Now!, un
noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de
radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es coautora del libro “Los que luchan contra el sistema: Héroes
ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos”, editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
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