Convocan a paro
nacional trabajadores del grupo Wal-Mart en
México
Luz León
RompeVientoTV
25 mayo, 2017
Trabajadores de Wal-Mart, Bodega
Aurrera, Sam’s Club y Suburbia en México convocaron a realizar un paro nacional
el próximo 27 de mayo para exigir mejores salarios y un mejor reparto de
utilidades. Asimismo, llamaron a la población a no consumir productos de estas
tiendas desde el día sábado.
Algunos
empleados de la cadena de tiendas multinacional afirmaron que la parte patronal
sólo les ha entregado la cantidad de 20 pesos por el concepto de utilidades, y
en algunos casos 200 pesos, motivo por el cual los manifestantes han solicitado
el apoyo de un sindicato.
Desde el
pasado viernes, en la ciudad de Oaxaca y en el Istmo, los empleados del grupo Wal-Mart
mantienen un paro de labores como medida para demandar que se les respeten sus
derechos laborales así como las prestaciones que por ley se les deben. La
protesta comenzó el 19 de mayo en la tienda Wal-Mart y Sam’s Club, ubicadas en
el centro comercial Plaza Pabellón en Salina Cruz, y el sábado se sumaron los
trabajadores de la capital oaxaqueña en Wal-Mart de Símbolos Patrios; Bodega
Aurrera de Santa Rosa, El Rosario y Plaza Bella, al igual que en Huajuapan de
León, en la Mixteca.
En este mismo
contexto de protesta, los trabajadores de 12 tiendas de por lo menos seis
municipios en Guerrero también se sumaron al paro de labores. Entre las tiendas
que se unieron a este acto se encuentran las de Tixtla, Acapulco, Ciudad
Altamirano, Taxco y Arcelia.
El día de
domingo los empleados de Aurrerá, Wal-Mart y Sam’s Club en Chilpancingo,
detuvieron las actividades en las tiendas para exigirles a los directivos que
les aumenten el pago de las utilidades. Un trabajador denunció: “Lo que nos están dando es una burla cuando
todo mundo sabe que estas empresas ganan millones de pesos al año”.
Trabajadores
de la zona Diamante de Acapulco señalaron que por día ahí se obtienen ganancias
desde un millón 800 mil pesos hasta 3 millones 500 mil pesos. En tanto que en
Chilpancingo indicaron que cada fin de semana las ventas alcanzan la cantidad
de un millón 700 mil pesos, y en las tiendas de la capital del estado durante
el 2016 hubo ganancias de alrededor de 287 millones de pesos.
Paros y protestas laborales: buen comienzo de
la lucha por acabar la explotación.
La
Voz del Anáhuac
28
mayo, 2017
A fines de 2012 se impuso una reforma laboral que sólo
vino a “legalizar” las formas de
superexplotación que ya existían en diversas cadenas de tiendas de autoservicio,
como Wal-Mart y Soriana, y establecimientos de comida rápida McDonald’s, Pizzas
Domino’s y muchas más.
Trabajo precario, con
salarios de hambre, con jornadas laborales que se extienden “por necesidades del servicio” sin el
pago correspondiente de tiempo extra, rotatividad de turnos, movilidad de
puestos de trabajo o sucursales, discriminación a mujeres embarazadas,
prohibición a ejercer el derecho de a organizarse en sindicato. Y, en el caso
de la cadena de tiendas Wal-Mart y filiales (Sam’s, Bodegas Aurrerá, Suburbia)
ahora también robo en el pago del reparto de utilidades. Ese fue el detonante
para las protestas, paros y movilizaciones que se han extendido por diferentes
estados.
En las cajas, el personal
que empaca las mercancías no percibe ningún salario, sólo las propinas que los
clientes les aportan.
Pero toda esta
superexplotación de los trabajadores es adehesada con un discurso demagogo de “sudar la camiseta” por el bien de la
empresa, “somos una familia”, “trabajemos en equipo”. A los empleados
se les dice que son “socios” de la
empresa, como una forma de borrar su condición de asalariados. Se les “premia” nombrándoles “empleado del mes” a quienes cumplen
religiosamente con su asistencia y puntualidad. Este falso discurso es un
recurso empresarial para disfrazar las prácticas capitalistas de
superexplotación.
No tienen derechos, sus
precarios contratos son por tiempo determinado y están condicionados a ser
renovados si es que muestran una actitud sumisa. A quien se atreva a protestar
por el maltrato de los supervisores o por las extenuantes jornadas de trabajo
de inmediato se le despide. No se les permite hacer antigüedad. Nadie tiene
garantizada la permanencia en el empleo.
Esta precarización laboral
es la que ha impuesto en la actual etapa el capitalismo salvaje, llamado
neoliberalismo. Y a las condiciones laborales que han impuesto responde la
reforma laboral impuesta a fines de 2012.
Pero si estas condiciones
laborales ya se aplicaban en los consorcios comerciales y franquicias de comida
rápida, ahora, gracias a esa reforma laboral, tienden a generalizarse. Los
empresarios han comenzado a mutilar los contratos colectivos, con la tendencia
a desaparecerlos y sustituirlos por la contratación individual. Los sindicatos,
en su mayoría al servicio de los intereses de los capitalistas, se han prestado
a colaborar en la mutilación de los derechos de los trabajadores.
Por esto es de llamar la
atención la rebeldía que en las semanas recientes se ha manifestado por parte
de los trabajadores de la cadena Wal-Mart y filiales. Protestas, paros,
movilizaciones ante la burla que significó este año el miserable pago del
reparto de utilidades.
Esto demuestra que a pesar
de tener todo en contra bajo este sistema de explotación capitalista, la lucha
de los trabajadores es posible. Desde hace una semana en Oaxaca, Guerrero,
Michoacán, Zacatecas y otros estados se han realizado paros y protestas.
Llegando incluso a convocar a un paro nacional y a la solidaridad de los
consumidores mediante el boicot.
El paro nacional convocado
para el sábado 27 de mayo no logró extenderse como se esperaba. Pero la lucha
ya comenzó. Como trabajadores sabemos lo difícil que es organizar la
resistencia. Habrá que despertar la conciencia y emprender nuevas acciones que
involucren a cada vez más trabajadores.
El capitalismo no es
invencible. Los trabajadores conscientes, unidos, organizados podemos ser la
fuerza que derrote a quienes nos explotan. Por ahora se levantan demandas muy
concretas: pago justo del reparto de utilidades, salarios dignos… Pero no
termina ahí el problema. Lograr el cumplimiento de esas demandas puede hacernos
más soportable la explotación de nuestra fuerza de trabajo, pero no nos libera.
De lo que se trata es que
seamos conscientes de que necesitamos romper las cadenas, acabar con el sistema
de explotación, construir una sociedad nueva donde nadie se aproveche del
trabajo de los más, donde no haya que unos pocos se enriquecen con el sudor de
quienes producimos la riqueza.
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