#NosDuelen56 – Las niñas de Guatemala: rostros, colores y
dolores
Lanzamiento
virtual de la Acción global #NosDuelen56
(Ve/descarga
las ilustraciones completas abajo)
Radio
Zapatista
15
mayo, 2017
Íbamos mirando cada una de estas maravillosas
ilustraciones. Retratos de vida, de vidas de niñas, de mujeres entre los 14 y
los 16 años de edad. Nos invitan a descubrirlas, a imaginarlas, a completar el
retrato con su presencia. Tienen movimiento, magia, incógnita, felicidad y vida
cada una de ellas, retratadas en estas bellas y sentidas ilustraciones que
compartimos. Uno siente la picardía, la timidez, la coquetería, el juego, la
ilusión, lo que se expresa en una totalidad de posibilidades infinitas. Son
retratos bellos de las bellezas únicas.
Qué ganas dan de conocerlas
a partir de esta forma de presentarlas. Cada nombre y retrato, cada viaje por
colores, imaginándolas, sintiéndolas, contagiados de plenitud mirándolas…
Se nos rompe, nos
derrumba. Las mataron a todas, luego de violentarlas.
Nos sumamos a esta acción
global, que más que eso, ojalá sea la más íntima, personal, profunda de las
acciones. Acá nos miran al espejo las víctimas con nombre propio y rostro
personal de una masacre más, de ésta, contra ellas,
atroz, perversa. Así lo dicen quienes nos convocan:
“En
Guatemala asistimos a una de las masacres más atroces en la historia del país y
de Nuestra América. El 8 de marzo de este año, 56 niñas fueron puestas bajo
llave y posteriormente quemadas vivas. De ellas, 41 fallecieron y 15 están
gravemente heridas. Pese a los llamados de auxilio, la Policía no abrió la
puerta.
Ellas se encontraban bajo el resguardo y la protección
del Estado. Este crimen no tiene precedente. Apenas se encuentran tres
funcionarios públicos en prisión, quienes tuvieron la responsabilidad inmediata
del Hogar Seguro “Virgen de la Asunción”. Una noche antes, ellas habían querido
escapar de este lugar donde según sus propios testimonios, sufrían violaciones
sexuales“.
Les invitamos a mirarlas una a una, a los ojos, o mejor, a que
les miren. Acá, nos miraron. A mí, a nosotras y nosotros, nos siguen
viendo, nos habitan, no nos caben dentro y reclaman frente al régimen del
horror que es capaz de hacerles esto a ellas y a tantas otras convertidas en
objetos, en ausencias, en olvido en vida y luego exterminadas, porque para
quienes nunca existieron, matarlas no era matar a nadie. Las usaron y las
destruyeron. Eran capaces de mirar esos rostros y despreciar esas vidas, tanto
como fueron capaces de quemarlas vivas. Es la podredumbre del patriarcado, del
sistema del horror, de la civilización. A ellas, las nombra su presencia desde
estos retratos que se hacen espejo y acción global. Con ellas tantas otras
enterradas por la misma infamia en el olvido. Véanlas, mírenlas, a ver si
finalmente la condena al desprecio, el destino de desperdicio para la ganancia
se nos vuelve tan irreparable, tan insoportable, como lo es la belleza de cada
vida que no debió y que no puede seguirse despreciando en un mundo en el que
sólo valen los que tienen mientras hacen su historia negando y matando. Nos
duelen 56, porque nos llenan de vida, de la vida que les negaron. Esta acción
global es nuestro porvenir, o no lo hay. Gracias niñas bellas y quienes
las recogieron en rostros y colores, por reclamarnos la vida. Esta semana,
empieza a compartirse en todo el mundo, por todas partes y donde quiera que
perviva el con-moverse, con rabia y ternura, este dolor tan intenso como la
hermosura que se niega a aceptarlo, con nombres y rostros que nos exigen
tejernos y levantarnos. Así Sí! Pueblos en Camino.
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