Método y locura: La
historia oculta de las invasiones israelíes a Gaza
Akal
Pensamiento Crítico
Fuente: El Furgón
América
Latina en Movimiento
19
mayo, 2017
Polemista e investigador preciso, Norman
G. Finkelstein resume en su libro Método y locura. La historia oculta de los
ataques de Israel en Gaza la política profunda del Estado israelí contra los
pobladores palestinos.
Tomando como
hechos de análisis las operaciones militares Plomo Fundido (2008-2009), Pilar
Defensivo (2012) y Margen Protector
(2014) –que devastaron la Franja de Gaza y asesinaron un total
de 3700 palestinos y palestinas-, Finkelstein detalla de manera concisa
esas invasiones de Israel, sus razones, las mentiras esgrimidas para justificar
los ataques y el entramado internacional que le permite a Tel Aviv ampliar la
ocupación sobre territorio palestino.
En Método y locura…, publicado por Ediciones Akal en 2014, el
profesor de Teoría Política en la Universidad de De-Paul de Chicago, también
retoma su carácter de polemista que había dejado en claro en su reconocido y
polémico libro La
industria del Holocausto. Reflexiones sobre la explotación del sufrimiento
judío. Finkelstein
analiza las invasiones militares israelíes a Gaza desde una posición crítica y
utilizando como fuentes principales las propias declaraciones de funcionarios y
militares judíos, como también un abanico de documentos e investigaciones
realizadas por Naciones Unidas y, en el caso de Plomo Fundido, el conocido Informe
Goldstone, que investigó los crímenes cometidos por Israel en esa
operación. El informe, rechazado por Tel Aviv al dejar al descubierto las
masacres cometidas por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI),
confirma que el entonces gobierno encabezado por Benjamín Netanyahu tuvo
como objetivo “castigar, humillar y
aterrorizar a la población civil de Gaza”, además de “asesinar conscientemente,
torturar o infligir un tratamiento inhumano”, así como “causar premeditadamente enormes sufrimientos, heridas graves o
lesiones perjudiciales para la salud, destruir propiedades sin justificación
militar y hacerlo de forma ilegal y gratuita”.
Sin bien Finkelstein
toma el Informe Goldstone como piedra
angular para desenmascarar la política represiva israelí, al mismo tiempo no
ahorra críticas hacia Richard Goldstone, quien encabezó la investigación y,
tiempo después, renegó del informe, capitulando ante la presión de Israel.
En Método y locura… también se muestran con claridad las
razones de Israel para invadir la Franja de Gaza, un pequeño territorio
palestino de 360 kilómetros cuadrados en el que habitan dos millones de
personas, sometidas a un férreo bloqueo económico y comercial por parte de Tel
Aviv. Finkelstein esgrime que en cada una de las operaciones militares, Israel
buscó mostrar al mundo su “capacidad
disuasoria” y, a su vez, tratar de golpear al Movimiento de Resistencia
Islámica Hamas, que gobierna en el enclave costero desde 2006, y con el tiempo
se transformó en una organización política y armada con un fuerte arraigo entre
los pobladores. En las páginas del libro se observa con claridad que toda
invasión israelí de gran envergadura es acompañada por una sólida cobertura
mediática que la justifica y –lo más preocupante tal vez- el crecimiento en los
niveles de paranoia en la propia sociedad israelí, azuzado por sus gobernantes.
Finkelstein
presenta cifras, datos, coordenadas y pruebas incuestionables sobre cómo Israel
arrasa Gaza, sin que el mundo (salvo contadas excepciones) preste atención a un
plan militar que nació con la implementación en 1948 del Estado de Israel en
territorio palestino.
Como cierre, el
autor e hijo de supervivientes de los campos de concentración de Auschwitz y
Majdanek, reflexiona sobre las nuevas formas de resistencia que las
palestinas y los palestinos tienen como opción para enfrentar la ocupación. “Si no se puede recurrir ni a la diplomacia
ni a la vía judicial, lo único que queda es la resistencia popular –escribe
Finkelstein-. Pero, ¿qué tipo de
resistencia popular? La pregunta no es si los palestinos tienen derecho a
recurrir a la fuerza armada para acabar con la ocupación. Evidentemente, lo
tienen”. Luego de sentar
postura, Finkelstein prosigue: “La
cuestión es de índole política: ¿qué tácticas y estrategias arrojarán mejores
resultados políticos? Por muy heroica que sea la resistencia del pueblo de
Gaza, por ejemplar que resulte su voluntad indomable, tras tres sangrientas
rondas de combates con Israel en los últimos cinco años, tras padecer muerte y
destrucción a una escala desgarradora, la resistencia armada aún no ha logrado
mejorar sustancialmente la vida cotidiana de la gente”. Y agrega una
hipótesis, que hasta el día de hoy es discutida y polemizada: “Lo mejor que se puede decir de la
resistencia armada es que ya se ha probado muchas veces para acabar con el
bloqueo, sin éxito alguno. Lo peor que cabe decir de la resistencia masiva no
violenta es que es algo que aún no hemos intentado. ¿No deberíamos darle al
menos una oportunidad?”.
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