Y retumbaron las puertas de la
alcaldía municipal…
Kaos en la red
La comunidad de Tasquillo
en Hidalgo expulsa a sus autoridades tras represión policial
Ruptura Colectiva
Publicado el 17 abril, 2017
Por la tarde del domingo 16 de abril, cuatro
extorsionadores asaltaron a mano armada a habitantes de Tasquillo en Hidalgo,
por lo que fueron retenidos por la comunidad y exhibidos en la alcaldía
municipal, sin embargo, la Policía Estatal y Municipal ingresaron a la
localidad con un operativo desmedido y amenazante, a lanzar gases lacrimógenos
y violentar a la gente para “salvar heroicamente” a los delincuentes, acusados
de participar en distintos robos en estas últimas semanas. Ante el clima de
inseguridad que se ha recrudecido, la organización comunitaria fue la solución
idónea.
Pocos minutos tras el
atardecer del lunes 17, la respuesta ante la represión no se hizo esperar y al
grito unísono de “¡FUERA, FUERA TODOS LOS RATEROS!”, se tomó la alcaldía,
expulsando a las autoridades y al encargado de Seguridad Pública -principal
cómplice para invisibilizar estos crímenes-, exigiendo a su vez la renuncia de
toda la presidencia municipal y todos los funcionarios relacionados con la
delincuencia organizada.
El pueblo ha declarado la
toma democrática y el control del edificio de manera indefinida.
Hace 47 años en
Tasquillo.
La
Voz del Anáhuac
21
abril de 2017
¿Habrá en Tasquillo alguien que recuerde que dos
profesores nativos de ese pueblo fueron presos políticos a consecuencia de su
participación en el Movimiento Popular-Estudiantil de 1968?
Uno era
profesor en el Politécnico, en la Vocacional 7. Psiquiatra era su profesión. Se
encargaba del departamento de orientación vocacional. Era Fausto Trejo Fuentes. Cuando empezó el movimiento estudiantil,
junto con muchos otros profesores del IPN, la UNAM y otros centros de estudio,
formó parte de la Coalición de Maestros por las libertades democráticas. Fue
detenido en enero de 1969.
Carlos Medina Sevilla es el nombre del otro profesor, participó como
activista. Era militante del Movimiento Marxista Leninista de México,
organización que practicaba la línea de masas, vinculada a movimientos obreros,
campesinos, magisteriales y estudiantiles que contaba con una amplia red de contactos
en diversos estados. A Carlos Medina lo apresaron en abril de 1969.
Ambos estaban recluidos en
la crujía M de la Cárcel Preventiva de Lecumberri, lugar sombrío también
llamado Palacio Negro. Esta prisión era llamada “la grande”, en donde eran encerrados los indiciados por homicidio,
robo, trata de personas, narcotráfico y, por supuesto, presos políticos,
mientras estaban bajo proceso. Una vez sentenciados se les trasladaba al penal
de Santa María Acatitla.
Estos presos políticos
estaban convencidos que su liberación sólo podría ser producto de la
movilización popular. En prisión siempre mantuvieron una actitud digna,
rebelde. Desde la cárcel escribían cartas al pueblo y a los estudiantes, se las
publicaba la revista Por qué? Brigadas estudiantiles las
reproducían y distribuían en las escuelas del IPN y la UNAM.
En septiembre de 1970 Carlos
Medina Sevilla y Fausto Trejo Fuentes escribieron cartas a su pueblo:
Tasquillo. Pidieron a una brigada de activistas reproducir en mimeógrafo estas
cartas y distribuirlas en Tasquillo el 16 de septiembre, durante el acto
oficial que en todos los municipios se realiza al mediodía.
Así se hizo: una brigada
compuesta por unos 8 activistas estudiantiles llegó al pueblo. Hombres,
mujeres, niños y ancianos estaban reunidos en torno al kiosco, en la plaza
central.
Aunque se había recomendado
vestir de manera que pasáramos desapercibidos, nuestra presencia se hizo
evidente pronto. Luego de que desfilaron los niños de la primaria y rendidos
los honores a la bandera por la escolta escolar, se disponía el presidente
municipal a pronunciar un discurso. Entonces, a una señal, todos nos pusimos a
distribuir las copias de las cartas de Fausto Trejo y Carlos Medina, al tiempo
que dos compañeros tomaron el micrófono para darle lectura a las cartas. El
hecho tomó por sorpresa a todo el pueblo. Dándose cuenta de que las hojas que
repartíamos contenían el texto que estaban escuchando, se arremolinaban en
torno nuestro, nos arrebataban las hojas, todos querían conservar una copia.
Para las autoridades municipales y sus fuerzas vivas (el jefe de policía, el
párroco del pueblo, los representantes del comercio del pueblo) la sorpresa fue
mayúscula. Una vez que se percataron de lo que estaba sucediendo frente a sus
narices, bajaron atropelladamente del kiosco y se fueron a encerrar, como ratas
asustadas, en la presidencia municipal. Desde ahí telefonearon a la zona militar
reportando que un grupo subversivo había saboteado el festejo pario…
Una vez concluida la lectura
de las cartas, dejando un mensaje a organizarse y luchar en defensa de sus
derechos, guiados por un lugareño, salimos del pueblo a través de unos
maizales. Una vez en la carretera esperamos algún transporte. Por suerte un
autobús escolar que transportaba a un grupo de excursionistas aceptó darnos el
aventón.
Cuando llegamos a la caseta
de cobro ya un retén militar revisaba los autobuses de pasajeros. Tratamos de
hacernos invisibles en medio de un grupo de muchachos que venían a cante y
cante. A los milicos les pereció inútil marcarle el alto a un camión en el que
viajaban muchachos desmadrosos y lo dejaron pasar sin revisar. Por suerte, que
si no…
Eso pasó hace 47 años…
¿Habrá en Tasquillo alguien que lo recuerde? ¿Alguno de los comuneros que hace
unos días expulsaron a las autoridades municipales habrá recibido alguna copia
de las cartas de Fausto Trejo y Carlos Medina aquel 16 de septiembre de 1970?
Sería bueno saber. Aún mejor
sería que si en Tasquillo alguien conserva alguna copia de esas cartas, nos
permitiera copiarlas, para reproducirlas, para compartirlas. Esos son
documentos que hacen historia.
Otro hecho relevante
reciente en Tasquillo fueron los enfrentamientos con la policía en el contexto
de las protestas contra el gasolinazo y en respuesta al asesinato de dos
jóvenes de la localidad en la represión durante el
bloqueo carretero.
Parecen hechos aislados,
pero no lo son, tienen un hilo conductor de rebeldía, de hartazgo. ¿Hay en esto
alguna manifestación de alguna semilla sembrada hace mucho tiempo, tal vez
olvidada, pero que termina brotando?
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