Crisis profunda del modelo económico
que se nos ha impuesto
Agustín
Ávila Romero
Desinformémonos
07 de enero de
2017
Vivimos
tiempos históricos. Los actos recientes de los que somos testigos son muestra
de una crisis profunda del modelo económico de vida social que se nos ha
impuesto a los mexicanos ya durante más de 30 años. De lo que suceda en estas
semanas se abrirá una ventana de esperanza o la imposición de más medidas que
privatizan la vida (agua, biodiversidad, etc.) y que generan beneficios solo para
el 1% de la población, en un entorno de libertades restringidas y voto popular
controlado.
Lo cierto es que el malestar mexicano recorre los estados
del Norte del país, se profundiza en el Centro y desliza su irrupción hacia el
siempre combativo Sur. Los actores son heterogéneos desde campesinos endeudados
e inundados de transgénicos en el Norte que se rebelan con fuerza, hasta
jóvenes a los cuales el neoliberalismo cerró el futuro que solo ven en el
saqueo a las cadenas privadas corruptas acumuladoras de grandes ganancias
(Elektra, Soriana, etc.) un espacio de “venganza”
social.
Lo cierto es que la dimensión del asunto impresiona. Si fue
provocado desde el gobierno pues claramente se le salió de las manos. En
muchas partes del país los enfrentamientos con la policía han ocasionado
levantamientos populares, como es el caso de Ixmiquilpan, Hidalgo, donde miles
de personas hicieron retroceder a la policía, situación similar vivió la costa
de Chiapas y se presenta ya en lugares como Jalisco y Michoacán. Y en algo
totalmente inaudito la toma de los palacios de gobierno en los estados de Nuevo
León y en Aguascalientes. Los cierres fronterizos con Estados Unidos y con
Guatemala y la interrupción de salidas de autobuses hacia el Norte del país.
Se reportan además el saqueo de más de 370 tiendas
departamentales -de diferentes cadenas comerciales del gran capital- y la
afectación a más de 900 pequeños negocios a lo largo del país, ya casi la cifra
detenidos alcanza el millar de personas y se reportan ya 4 muertos por las
protestas contra el gasolinazo.
Textos saldrán en adelante a analizar las revueltas urbanas
en el siglo XXI del México neoliberal. ¿Por qué en unos estados fueron
más fuertes y en otros no? ¿Qué papel jugaron los diferentes actores
tanto sociales como políticos en estos hechos que estamos viviendo? ¿Cuál es el
papel del gobierno de los Estados Unidos ante esta situación? ¿Que tan
divididas se encuentran las élites que gobiernan actualmente México? ¿Qué
papel jugaron diferentes movimientos de “izquierda”
como Morena, el EZLN-CNI, etc.? ¿qué tantos logros o retrocesos se tuvieron?
son algunos de los cuestionamientos que se buscarán contestar.
Mientras tanto, quiero recordar que las rebeliones en
los mundos agrarios fueron posibles en diferentes momentos cuando las medidas
de los poderosos afectaban fundamentalmente la vida campesina y agraria, así
fue la guerra de Independencia, la guerra de Reforma, la Revolución
Mexicana y el levantamiento zapatista de 1994.
Barrington Moore en su libro Sobre los Orígenes Sociales de la Dictadura y
la Democracia, señala claramente que los campesinos
tendían más a levantarse en el viejo continente, conforme la expansión del
capitalismo comercial iba minando los arraigados modos de vida agraria, esta
fue la constante sobre la que giraron los grandes procesos socio-históricos
instituyentes del México actual.
John Tutino por su parte, explica los procesos de
insurrección y violencia a través de cuatro variables que ayudan a explicar los
cambios sociales complejos. La primera, son las condiciones materiales de vida.
Las otras tres son más cualitativas, la autonomía, la seguridad y la movilidad.
Estas cuatro variables pueden ayudarnos a explicar lo que
sucede en México en estos momentos. Sobre las condiciones de vida en este país
se constata que han caído enormemente en los últimos 30 años, más de la mitad
de la población se encuentra en la pobreza y a ello se suma un nivel de despojo
salarial sin precedentes.
También la autonomía entendida como la capacidad de la gente
para producir lo que necesita se ha visto disminuida de manera creciente por
las amplias importaciones de alimentos que se han introducido a México con el
Tratado de Libre Comercio de América del Norte y el dominio agro-alimentario
oligopólico por cadenas comerciales tipo Wal-Mart, Soriana y demás,
que cada vez mandan más a la quiebra a campesinos, productores agrícolas y a
sectores urbanos que enfrentan sus políticas de precios.
La seguridad, por su parte, es confiar en alcanzar la
subsistencia a lo largo de un tiempo, eso se ha visto fuertemente reducido en
México, ya que no sólo nuestro país posee unos de los salarios más bajos de
América Latina (el salario mínimo en México ya es mucho menor que el de
Guatemala, Nicaragua, Panamá, Costa Rica, entre otros) lo cual no permite a la
gente adquirir la canasta básica alimentaria, como bien documenta el Centro de
Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la UNAM.
En cuanto a la movilidad que es escoger entre diferentes
opciones para obtener la subsistencia, la llegada de Donald Trump al gobierno
de los Estados Unidos –con el impulso de Videgaray y de EPN- cierra una de las
alternativas más importantes para los mexicanos para reproducirse
materialmente. A ello se suman los crecientes feminicidios, la inseguridad, el
despojo territorial con proyectos mineros, agro-hidro-energéticos y las zonas
económicas especiales como punta de lanza de la clase capitalista trasnacional.
En síntesis, México vive una crisis excepcional, donde como
bien plantea César Enrique Pineda, veremos si la revuelta se convierte en
rebelión en este país. Mientras tanto, hay un empeoramiento enorme de la
calidad de vida de los mexicanos con una pérdida de derechos sociales y
económicos fundamentales, a los que se suma la pérdida de autonomía para
abastecerse y no hay algo que lo compense. Otros factores son ya la nula
seguridad en el futuro y lo complicado de la movilidad. Estamos prontos a
un nuevo proceso instituyente en el país. Una digna rabia que esperemos se organice
y construya un México realmente para todos y todas.
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