Vivir
en guerra: Alepo vuelve a la normalidad
Publicado el 18 de diciembre de
2016
La hermana Ma.
Guadalupe Rodrigo explica como era el día a día en Alepo antes y después de la
guerra en Siria.
Redacción
Desinformémonos
20
diciembre 2016
Atacada intensamente desde el pasado agosto, la parte
oeste de Alepo la ciudad siria, está totalmente devastada. Las fuerzas
armadas del gobierno de Bashar al Asad, apoyado por Rusia e Irán, han
restablecido el control en la mayor parte de una ciudad dividida desde hace
cuatro años. Los muertos han sido muchos y las imágenes
desgarradoras se han difundido profusamente en las redes sociales.
Ante una mirada
internacional que no acaba de concretar su presencia en el lugar, el 19 de
diciembre se aprobó la resolución 2328 en el Consejo de Seguridad de la ONU
para que personal de la misma esté presente en Alepo y se haga cargo de vigilar
una evacuación segura de la población.
Alepo es una ciudad en
disputa desde hace cuatro años. Convertida en campo de batalla, su
territorio ha estado dividido prácticamente en dos: el este controlado por el
gobierno sirio de Bashar al Asad y el oeste controlado por los rebeldes, a
quienes también algunos llaman “terroristas”.
Pero, ¿cómo llegó la guerra a este sitio? Alepo fue en
algún momento la ciudad más grande de Siria, con una población de casi 2.3
millones de personas. Fue también el centro industrial y financiero del país,
declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, Alepo era famosa por su
ciudadela del siglo XIII, la mezquita del siglo XII y por los grandes mercados
cubiertos.
El levantamiento contra el presidente Asad empezó en 2011 y, en julio de 2012, Alepo se
convirtió en el campo de la disputa de intereses diversos. Los
combatientes rebeldes lanzaron una fuerte ofensiva para expulsar a las fuerzas
del gobierno sirio de Alepo, situación que no logró del todo su cometido,
por lo que la ciudad terminó dividida en dos: la oposición controlando el
oeste y el gobierno, el este.
Durante los siguientes cuatro años, la batalla por Alepo se
convirtió en un microcosmos del conflicto más amplio en Siria.
En agosto de 2016, los movimientos del gobierno sirio de
Bashar al Asad, apoyado por Irán y Rusia, empezaron a desplegar la ofensiva
para retomar el control del “oeste rebelde”. Aquí la cronología:
1 de agosto de
2016. Las
fuerzas gubernamentales rodean a los rebeldes y toman el control del
estratégico del camino de Castello, al norte de Alepo, la única ruta hacia el
este. Alrededor
de 275 mil personas
quedaron en medio del asedio.
22 de agosto de
2016. Los rebeldes y combatientes yihadistas vinculados a Al
Qaeda en las afueras de Alepo recuperan el control de una ruta en el distrito
de Ramousseh, en el sur de la ciudad.
17 de octubre
de 2016. Las fuerzas gubernamentales
retoman el control
del área a principios de septiembre y reanudan el asedio. Hay una breve pausa
en la ofensiva a mediados de octubre para permitir que civiles y rebeldes se
vayan, pero pocos aceptan la oferta.
28 de noviembre
de 2016. El gobierno sirio recupera más
de un tercio del territorio controlado por los rebeldes en Alepo oriental. Los
rebeldes pierden todos los barrios del norte, dejándolos con menos de dos
tercios del territorio que tenían en la ciudad.
6 de diciembre
de 2016: las tropas oficiales avanzaron y el
gobierno retomó el control en más del 90 por ciento de la zona controlada por
los rebeldes.
Mapa de la
ocupación en Alepo / Fuente BBC Mundo
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El
Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, un grupo activista establecido en el Reino Unido,
declaró que aviones rusos lanzaron intensos bombardeos sobre las áreas que
todavía controlaban los rebeldes, lo que a permitió a Asad retomar
sitios clave.
El Ministerio de Defensa de Rusia informa que más de 700
rebeldes se han rendido y que unos 10 mil civiles han abandonado los
territorios que estaban en manos rebeldes.
Mientras tanto, el periódico The Guardian señala que “la batalla de Alepo está a punto de
terminar”. Los sirios desesperados que siguen atrapados en el último
reducto rebelde tienen pocas opciones: la rendición a la fuerzas
gubernamentales y quedarse a enfrentar la captura o una posible negociación que
les permita la huida al exilio.
Ante esto, una posibilidad es que puedan ir a Idlib que, después de Alepo, es el último
bastión urbano no controlado por el gobierno sirio, a excepción de Ragga, que
está tomada por el grupo fundamentalista ISIS.
La presencia de yihadistas en la zona rebelde ha sido la
excusa perfecta para que el gobierno sirio continúe los ataques
justificándose con que combate a grupos “terroristas”. La explosiva mezcla que existe
en el oeste de Alepo no augura nada bueno para los rebeldes.
Asad asegura que su gobierno tiene la victoria y que el
futuro de Alepo será decisivo en esta guerra, pero la verdad que se vislumbra
es que no habrá paz ni estabilidad en mucho tiempo.
“Lo mismo
ocurrirá con uno de los dogmas centrales de Asad para justificar su liderazgo:
la soberanía” comenta The Guardian.
Irán y Rusia han llevado a Asad a la victoria, haciendo
mucho más que su maltrecho ejército para derrotar a la oposición. Irán ha
tenido un control estratégico de facto sobre la ejecución de la guerra durante
los últimos tres años. Grupos armados de Líbano e Irak, armados y organizados
por Teherán, han sido fundamentales en la victoria en Alepo, un objetivo que
había permanecido fuera del alcance de las fuerzas sirias desde que fueron
expulsadas de la ciudad a mediados de 2012.
La devastación en el este de Alepo bajo el bombardeo ruso es
impactante. La situación es diferente a la masacre de Hama de 1982, ordenada
por el padre de Asad, Hafez al Asad, en la que murieron más de veinte mil
personas, lejos de la mirada de la comunidad internacional. “En Alepo el sufrimiento se ha mostrado con
frecuencia al mundo. Ha sido largo y atroz, como insignificante ha sido la
respuesta internacional”.
Asad y sus aliados, parecen decididos a extender la guerra y
que la “victoria” sea total en todo
Siria, lo cual no garantiza la supervivencia de Asad ni la integridad
territorial de Siria. Los intereses de Irán y Rusia van más allá de la defensa
del presidente Asad.
Irán quiere una Siria que refuerce a Damasco como puente
para Hizbolá, brazo fundamental de su proyección política-militar contra Israel
y Estados Unidos. Las autoridades iraníes defienden la tesis de que su papel en
la victoria de la guerra les da un mayor peso en la definición del carácter
nacional de Siria, en el que han invertido desde la revolución islámica de
1979, aunque nunca a la escala que lo hacen ahora.
Rusia también piensa en lo que puede obtener. Para Vladimir
Putin, Siria es una base desde la cual puede proyectar a Rusia en la región
después de la Primavera Árabe. En Oriente Medio, Rusia está expandiendo su
influencia en detrimento de la de Estados Unidos y nada de esto augura un buen
futuro para Siria opina The Guardian.
Las injusticias que alimentaron el conflicto siguen sin ser
solucionadas. La desafección suní es un factor importante y, a veces,
fundamental. Sin un proceso político que aborde estos problemas, la victoria
militar no significará nada a largo plazo. La miseria y la inseguridad entran
en una nueva fase, pero no han acabado.
Después de varios vetos, el Consejo de Seguridad de la ONU hará presencia
en Siria.
Pese
a muchas maniobras dilatorias y de obstrucción, finalmente se aprobó una
resolución que permite “el pleno respeto
del derecho internacional humanitario en Siria”, señaló François Hollande,
presidente de Francia e impulsor de la propuesta quien celebró el acuerdo
alcanzado el 19 de diciembre en el Consejo de Seguridad de la ONU para la
evacuación y protección de los habitantes de Alepo, lo cual debe permitir el
alto al fuego y el establecimiento de una negociación política.
El 12 de diciembre la ONU acusó de “un colapso completo de la humanidad” la situación contra los civiles
en Alepo.
El 19 de diciembre, por unanimidad, los quince países
aprobaron la resolución 2328 negociada después de que Rusia amenazara con vetar
el texto original impulsado por Francia.
Según el documento adoptado ayer, el personal humanitario de
la ONU que ya se encuentra sobre el terreno se encargará de vigilar el proceso
de evacuación de Alepo oriental con el fin de garantizar la protección de miles
de personas.
La resolución 2328 aprobada destaca la importancia de “asegurar el paso voluntario, seguro y digno
de todos los civiles desde los distritos orientales de Alepo u otras zonas al
destino que elijan, bajo la supervisión y la coordinación de las Naciones
Unidas y otras instituciones pertinentes”.
El debate sobre la guerra en Alepo
Mientras
tanto, el debate las “razones” de la
guerra toma los paneles de los medios. La periodista independiente, Eva
Bartlett, debatió con la cadena rusa RT sobre la cobertura mediática del
conflicto en Siria. La comunicadora canadiense destacó la importancia de basarse
en fuentes informativas que se encuentren en el lugar de los hechos.
En un encendido debate, el periodista británico Dilly
Hussain, que dirige el portal 5Pillars, acusó a Bartlett de presentar la
realidad siria a través de una “imagen
halagüeña del régimen de Al Assad” e incluso la acusó de “hacer propaganda pro-Assad”. Hussain ha insistido en que en la
ofensiva de las fuerzas sirias en Alepo apoyada por Rusia muchos civiles se
convirtieron en blancos de los ataques, según lo ‘confirmaron’ los videos y tuits
de activistas desde esa ciudad.
Por su parte, Bartlett ha cuestionado las fuentes citadas
por Hussain. “Quisiera preguntar a
nuestro invitado sobre los activistas que tuitean. ¿Se refiere a Bana al Abed
de 7 años que tuitea en un inglés que no puede hablar a su edad por el hecho de
que el inglés no es su lengua materna?”, ha preguntado a su interlocutor la
periodista canadiense, quien también recordó que otra fuente que es citada
frecuentemente son los Cascos Blancos, quienes reciben financiamiento desde el
Reino Unido, Estados Unidos y la Unión Europea
Bartlett señaló que entre 90 mil y 150 mil personas han sido evacuadas de
la zona este de Alepo y que sus testimonios “contradicen”
la información difundida por medios occidentales, que se dedican a hacer de
Bashar al Assad y el ejército sirio como una de las principales amenazas para
la paz en Siria.
“¿Alguien ha
prestado atención a los 11 mil civiles en Alepo que han sido muertos por los
terroristas de Al Nusra, Ahrar al Sham, Nour al Din al Zenki, el Ejército Libre
Sirio y otras facciones militantes en Alepo oriental que utilizan a diario
bombas de cilindros de gas, de calentadores de agua, atacan con misiles Grad y
balas explosivas?”, preguntó Bartlett al periodista
británico citando datos de un médico que encabeza las investigaciones forenses
y trabaja en una morgue de Alepo.
La periodista ha visitado Alepo en cuatro ocasiones, dos de
ellas el pasado mes de noviembre, y asegura que para la población civil el
problema son los rebeldes a quienes llama “terroristas”.
Quienes lograron huir de la ciudad le contaron que los “terroristas les impedían escapar de Alepo, los mataban de hambre
privándolos de comida” y cuando estas personas consiguieron escapar a las
zonas seguras de la urbe del norte sirio controladas por las fuerzas
gubernamentales, recibieron alojamiento y asistencia médica.
En sus propios reportes Bartlett emplea los datos
proporcionados por periodistas sirios y periodistas independientes que cubren
la situación desde el lugar de los hechos y hablan con los civiles.
Testimonio
sobre la Guerra en Alepo (Siria) de la Hna. María Guadalupe Rodrigo
Publicado el 28 de julio de 2016
La Hna. María Guadalupe
Rodrigo nos cuenta su vivencia personal durante los primeros años de la guerra
en Siria. Grabada en diciembre de 2015, en esta charla nos relata de forma
sincera, crítica y directa cómo se gestó la guerra y el papel jugado por los
medios de comunicación occidentales.
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