Por Marta Z.,
San Cristóbal de las Casas
(Chiapas, México)
para Periódico Diagonal
Cooperativa lavaca ltda
24/10/2016
A propuesta del EZLN se aprobó durante el Quinto Congreso
Nacional Indígena (CNI) una consulta a los pueblos originarios para la creación
de un Consejo Indígena de Gobierno y una candidata indígena independiente a las
elecciones presidenciales mexicanas de 2018.
El Ejército Zapatista de
Liberación Nacional lo ha vuelto a hacer. Decidió que es hora de que el
Congreso Nacional Indígena (CNI) vaya delante y las zapatistas detrás. Durante
el quinto CNI lanzó una propuesta “absurda”
(en palabras del Subcomandante Galeano), de tan extraña que empieza a parecer
posible: la creación de un Consejo Indígena de Gobierno que desde lo colectivo
apoye a una mujer “que hable y haya
nacido indígena” como candidata independiente a las elecciones nacionales
de 2018. Como ya pasó en enero de 1994 con el levantamiento armado, el EZLN
volvió a sacudir el país y el mundo de su adormilamiento desde las raíces de la
tierra que son los pueblos indígenas.
Reunidos en el 20
aniversario del CNI en el Cideci-Unitierra de San Cristóbal de las Casas
(Chiapas), se acordó mantener en Asamblea Permanente el Congreso debido a la
importancia del tema a tratar. El primer día del Congreso, el pasado lunes 11
de octubre, en sesión plenaria cerrada, se consensuaron las líneas principales
de la propuesta traída por la delegación zapatista a este Quinto CNI. La idea
es fortalecer el proceso organizativo, potenciar la fuerza política del
Congreso, articular con otros sectores del pueblo pobre, volver a retomar las
luchas de los pueblos como sector central de la política nacional.
Una propuesta que aún ha
de bajarse a consulta en los pueblos, que habrá que discutir, pero que tiene
como objetivo dejar de pensar en los dolores que tiene la resistencia y pasar a
pensar “en la posibilidad de la ofensiva”.
Parte de la realidad que se lleva analizando desde el encuentro del Pensamiento Crítico frente a la hidra
capitalista (2015) es que “nos están
matando”, “si no ganamos vamos a
morir”… eran algunas de las voces que iban resonando en el auditorio
recogiendo las experiencias del ataque frontal y descarnado del Estado y las
transnacionales. Así lo decía también el portavoz del EZLN, el Sub.Moisés, en
las palabras de inauguración del congreso: “HOY
NO NOS QUEDA DE OTRA, más que fajarnos en organizarnos nosotros mismos los
pueblos originarios del campo y de la ciudad… ya no tenemos dónde refugiarnos”.
Así se sentía en las
cuatro mesas donde se debatió sobre despojo, represión, rebeldías,
resistencias, balance y propuestas para fortalecer la estructura autónoma de
coordinación de pueblos originarios mexicanos que cumplía en esta ocasión
veinte años. Congreso Nacional Indígena que el mismo EZLN impulsará tras la
traición del gobierno mexicano a las negociaciones en 1995-1996. “Llegó el momento de atacar y darle al
sistema donde más le duele: en la clase política” de un país profundamente
clasista y racista a la que sólo le queda la dominación neoliberal frente a los
principios del zapatismo y el CNI: convencer y no vencer, proponer y no
imponer, bajar y no subir, representar y no suplantar, obedecer y no mandar,
construir y no destruir, servir y no servirse, enlazar y no aislar.
CONVENCER Y NO VENCER
Una parte importante de la propuesta está en saber
transmitirla. Para ello se acordaron diversas formas de apoyo en para poner
bien las palabras, para que no sea una “propuesta
para tumbar un gobierno, sino para que se vayan todos”. Se insistía desde
la coordinación provisional del CNI en que “no
es planteamiento electoral, ni electorero”. Y cabe recordar que los pueblos
indígenas organizados tienen en su práctica cotidiana la asamblea, la gestión
comunitaria de los recursos, y la asunción de voces colectivas y conectadas con
el entorno y sus antepasados. Un sujeto político muy distinto al de la sociedad
civil.
También desde esa realidad
no se plantea interés en candidatos regionales o municipales, sino más bien
iniciar un proceso de consulta en las bases que pueda disparar la imaginación,
los vínculos y los caminos posibles al interior de las organizaciones de
pueblos originarios: “que agriete y no
apuntale el sistema”. “Tal vez se
acuerde que sí y empieza la recogida de firmas. Una vez con las firmas van a
ver que la fuerza la tienen en el corazón y ya no le va a importar si el/la
candidato o no, sino van a ver lo que creció en ese proceso”, comentaba el
Sub.Galeano en un emotivo discurso que sirvió para aclarar rumores y disipar
malentendidos en esta propuesta que no obvia los procesos de autonomía que se
vienen construyendo, sino que les da otra herramienta de lucha.
NO ELECTORAL, NO ELECTORERO
La intención, se explicitó, no es el poder; lo que se busca es
precisamente destruir el poder. En palabras de un compañero delegado del Estado
costero de Veracruz: “Ya no queremos
decidir por los otros, y tampoco que decidan por nosotros. No queremos el
poder, sino poder hacer, que sean nuestras asambleas las que gobiernen”.
Así se explicita en el documento resolutivo del Quinto Congreso que recupera
como título uno de los versos del himno nacional mexicano, reafirmando que la
propuesta no es sólo para los pueblos indígenas, sino para todas: “Ratificamos que nuestra lucha no es por el
poder, no lo buscamos; sino que llamaremos a los pueblos originarios y a la
sociedad civil a organizarnos para detener esta destrucción, fortalecernos en
nuestras resistencias y rebeldías, es decir, en la defensa de la vida de cada
persona, cada familia, colectivo, comunidad o barrio. De construir la paz y la
justicia rehilándonos desde abajo, desde donde somos lo que somos”.
La propuesta a formar un Consejo
Indígena de Gobierno sería algo que no se capitalice en un individuo, sino en
una estructura organizativa, una fuerza política anticapitalista, abajo y a la
izquierda. Otra política, no una fuerza política más, no un partido: una idea
de subversión capaz de “voltear todo de
cabeza”. Otra vez.
LA HORA DE LOS PUEBLOS
“Cuesta creer que llegó
nuestra hora, creíamos que iba a ser en otra vida, pues nos tocó ahora. Los
zapatistas fueron tan generosos que nos mostraron un símbolo, una mujer de
nosotros, una mujer del CNI en medio de los milicianos (en Oventik, durante la
celebración del 12 de octubre), viéndonos
ahí de frente.. si había alguna duda pues se disipó. Pues ya estamos”. Fue
el sentir expresado por un delegado de la mixteca poblana en un clima de
confusión que fue creciendo hacia el optimismo de quienes sienten la
posibilidad de cambiar el sistema.
Los pueblos pobres e indígenas
–en la idea de la teología de la liberación tan importante en estas latitudes–
son los portadores de un mundo nuevo que pone a las víctimas en el centro. De
ahí nace en parte esta propuesta, “nada
habrá para nosotros de lo que queremos y lo que necesitamos, en los partidos
que ya hay, ni en los dizque nuevos que vendrán, porque son los mismos”,
comentaba el subcomandante Moisés en un auditorio abarrotado en el que se
contaron más de mil asistentes durante los cinco días de congreso. Y afirmó
ante el silencio y la emoción de quien siente nacer –otra vez– algo que puede
remover el cielo sin tener que tomarlo por asalto.
Ahora es la hora del
Congreso Nacional Indígena.
Que a su paso retiemble en
su centro la tierra.
Que en su sueño se derrote
el cinismo y la apatía.
Que en su palabra se
levante la de quien no tiene voz.
Que en su mirada se
ilumine la oscuridad.
Que en su oído encuentre
casa el dolor de quien se piensa solo.
Que en su corazón
encuentre consuelo y esperanza la desesperación.
Que con su desafío se
asombre de nuevo el mundo…
Subcomandante Insurgente Moisés,
Palabras de la CCRI-CG del
EZLN en la apertura del Quinto Congreso Nacional Indígena.
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