Nota: ilustración
confeccionada en base a la modificación de un trabajo gráfico anterior del gran
maestro y compañero Latuff. Salud y saludos desde Red Latina sin fronteras.
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Neil Harvey (*)
(*) Neil Harvey.
Profesor-investigador, Universidad Estatal de Nuevo México.
Fuente: La Jornada
Red Latina sin fronteras
El reciente comunicado del Congreso Nacional Indígena (CNI) y el Ejército
Zapatista de Liberación Nacional (EZLN): Que retiemble en sus centros la tierra,
difundido en la página enlacezapatista.org,
tiene el mérito de poner en el centro de atención la defensa de la tierra,
bosques, agua, y todo lo que es amenazado por los megaproyectos de desarrollo y
el despojo de los bienes comunales. También representa un llamado a la sociedad
en su conjunto a organizarse para apoyar una nueva iniciativa política que se
expresaría en la candidatura independiente de una mujer indígena, delegada del
CNI, en los elecciones presidenciales de 2018.
El comunicado se emite al
terminar el Quinto Congreso Nacional Indígena, realizado en Cideci-Unitierra,
San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, en el 20 aniversario del CNI y en un
aniversario más de la resistencia de los pueblos indígenas a lo largo de más de
cinco siglos. El CNI sigue siendo una expresión de esperanza de una nueva
nación, a pesar de la negativa del gobierno de implementar los acuerdos de San
Andrés firmados en 1996. Las luchas de resistencia contra el modelo económico
continúan, con la ardua construcción y defensa de espacios propios que ahora
forman la base de este nuevo llamado conjunto del CNI y el EZLN.
Aunque esta propuesta esté
fincada en estas experiencias de lucha, no se limita únicamente a demandas
étnicas, sino que incluye a la sociedad civil en general. Lo novedoso es que
propone otra mirada de la política nacional, es decir, representa una
invitación a repensar la nación desde las experiencias de despojo y represión
vividas por los pueblos indígenas en el campo y en la ciudad. No se trata de
algo externo o adicional a la defensa de la nación, sino que forma parte
central de la misma. Tampoco se trata de buscar el poder sino de construir una
defensa más sólida, articulada y nacional contra los megaproyectos y los
despojos en todo el país. En fin, lo que busca es reafirmar el valor de la
vida, como lo declararon los zapatistas en enero de 1994, cuando se alzaron
para no morir en el olvido.
La propuesta no sólo
asegura que habrá una mujer indígena como candidata independiente en las
elecciones presidenciales, sino también busca dar nueva forma política a los
reclamos ancestrales y nuevos que fueron expresados en el pasado congreso. Como
señala el mismo comunicado, es el poder de abajo que nos ha mantenido vivos.
El método de selección de
la candidata independiente se basa en la organización de este poder de abajo.
El CNI y el EZLN se han declarado en Asamblea Permanente con el propósito de
llevar el acuerdo del Quinto Congreso a consultar en cada una de nuestras
geografías, territorios y rumbos para nombrar un Concejo Indígena de Gobierno.
De ahí surgirá la propuesta que una mujer indígena expresará como candidata por
la Presidencia del país.
La propuesta también es
diferente a otras experiencias en América Latina donde los pueblos indígenas
han tenido resultados no siempre favorables cuando deciden participar en el
ámbito electoral en alianza con partidos políticos. En Ecuador, por ejemplo, a
mediados de los noventas, la Coordinadora de Nacionalidades Indígenas de
Ecuador (Conaie) decidió participar en las elecciones, aprovechando una reforma
electoral de 1994 que permitió candidaturas de organizaciones independientes y
quitó una ley que obligaba el registro de miembros en por lo menos 10
provincias y el registro de candidatos en 12 provincias. En ese nuevo contexto,
la Conaie decidió formar el partido del Movimiento de Unidad Plurinacional
Pachakutik, o MUPP, el cual participó en alianzas con otros partidos para
remover presidentes corruptos, logrando espacios en el gobierno encabezado por
Lucio Gutiérrez en 2002. Sin embargo, Pachakutik se quedó marginado cuando el
mismo gobierno, una vez elegido, decidió adoptar políticas de austeridad y
otras medidas antipopulares que derivaron en la renuncia o despido de los
representantes del Pachakutik. Tal situación también impactó negativamente al
mismo movimiento indígena y llevó a una revaloración de la importancia de la
organización local y comunitaria versus las alianzas con candidatos de partidos
nacionales, los cuales tienden a imponer su propia agenda, como ha sucedido en
el caso del gobierno de Rafael Correa. Algo similar ha ocurrido en Bolivia,
donde el surgimiento del Movimiento al Socialismo (MAS) como partido político,
basado en gran parte en las movilizaciones indígenas, ha llevado a
contradicciones y tensiones entre el impulso que han dado los gobiernos del MAS
a la economía extractivista y las resistencias a dicho modelo por sus efectos
dañinos para la autogestión y el ambiente en territorios indígenas.
En el caso de México, la
propuesta del CNI y EZLN no se trata de formar un partido ni aliarse con
partidos políticos, sino crear un Concejo Indígena de Gobierno y, de ahí, promover
sus propuestas a través de una mujer indígena, delegada del CNI, como candidata
independiente en 2018. Es una iniciativa que busca asegurar que la relación
entre los pueblos que componen dicho Concejo y su candidata sea más estrecha y
menos proclive a la cooptación. Es una forma distinta de enfrentar el dilema
político de cómo puede un movimiento popular ganar presencia nacional sin
perder la relación con las bases sociales que lo sustentan. También, como es de
esperarse, la propuesta del CNI y el EZLN va a competir con la de otros
partidos y candidatos, lo que podría derivarse en descalificaciones mutuas, o
en un debate necesario sobre el rumbo del país y el papel de las comunidades,
barrios y pueblos indígenas en el proceso de definir ese rumbo. No sabemos
todavía la recepción que tendrá esta propuesta. Por el momento, es preciso
reconocer que es una idea que garantiza que los problemas de despojo,
impunidad, violencia y represión expresados por el CNI y el EZLN serán
ineludibles en los debates nacionales y, por ese mismo hecho, la propuesta
constituye un aporte oportuno y bienvenido.
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