“El Teatro del Absurdo”: los torpes esfuerzos de dos políticos blancos para denigrar al opositor como el peor racista
Por Mumia Abu-Jamal:
Audio grabado por Noelle
Hanrahan: www.prisonradio.org
Texto circulado por
Fatirah Litestar01@aol.com
Traducción Amig@s de
Mumia, México
28 agosto 2016
Publicado en Red Latina
sin fronteras
Publicado: 18 septiembre,
2016
Cuando yo era un joven Pantera,
un francés –bajo de estatura, calvo y con ojos azules– llegó a visitar a
nuestra sede central en Berkeley, California. El jefe de personal del Partido Panteras Negras, David Hilliard,
lo saludó brevemente y luego me pidió escoltarlo alrededor de las oficinas para
que él pudiera conocer a los demás Panteras.
El francés se llamaba Jean
Genet, pero yo no tenía idea de la importancia de esto. David me dio un pequeño
volumen titulado The Blacks (Los Negros),
con el nombre Jean Genet anotado como el dramaturgo. Consulté la contraportada
para saber más.
La obra Los
Negros se describió como un ejemplo de lo que se llamaba “El
Teatro del Absurdo”.
Me vino a la mente esa
descripción la semana pasada cuando observé los torpes esfuerzos de dos políticos
blancos estadounidenses, Hillary Clinton y Donald Trump, para denigrar al
opositor como el racista peor.
Eran como un niño y una
niña de primaria gritándose en el arenero: ¡Racista!
¡Fanático! ¡No lo soy! ¡Sí lo eres! (Solo faltaba el último insulto: “Tu mamá…”, pero tal vez esto vendrá.)
¿Qué podría ser más
ridículo?
A decir verdad, los
estadounidenses blancos han esculpido y respaldado una estructura de separación
total durante siglos. Hasta la fecha
vivimos en dos mundos y dos espacios mentales muy distintos: uno de privilegio
y otro de privación.
Pero mientras observamos
la descomposición del capitalismo en su aspecto despiadado ‘perro come perro’, parece que el racismo es solo una palabra, una
cosa, un juguete, para lanzar al aire antes de las elecciones, y olvidar el día
después. Ninguno de los dos políticos tiene una solución porque esto es más
grande, más profundo y más real que ambos.
Desde la nación
encarcelada soy Mumia Abu-Jamal.
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