Arcadia Patricia Flores Pérez, militante del MIR, ejecutada por la brigada de homicidios de la policía de investigaciones en 1981 |
Por María Angélica Álvarez
Fuente: Voz Mirista
Red Latina sin fronteras
Miércoles, 29 de junio de
2016
Arcadia Patricia Flores
Pérez
soñó de niña con ser periodista, pero el destino la convirtió en protagonista
de acciones armadas de propaganda contra la dictadura. En su corta vida sólo
ejerció el periodismo de combate. Murió acribillada a los 27 años en su casa de
Santa Petronila 644, Quinta Normal.
Los restos de Arcadia
reposan en el cementerio de Antofagasta junto a sus padres, Fidel y Julia,
quienes la sobrevivieron poco tiempo. La familia se extinguió.
La vida de sus padres se
apagó lentamente cuando abandonaron la esperanza de recuperar los restos de
Julio, su hijo desaparecido el 10 de enero de 1975.
Morena, pelo liso y
expresivos ojos oscuros, «La Negra»
Arcadia era dulce, alegre. También, valiente y serena. Su llamado a luchar
contra la dictadura irrumpió en miles de hogares, a través de Radio Portales, al comenzar los ’80.
Editó el periódico El Miliciano,
tarea que significaba reportear, escribir, diagramar, calar estenciles,
imprimir en mimeógrafo, compaginar, corchetear y distribuir; todo
clandestinamente.
Escribía poemas y dicen
que muy buenos. No es posible citarlos porque su cuaderno de poesía sigue
siendo trofeo de guerra de algún funcionario de Investigaciones. Así se lo
exhibieron a su pareja, Guillermo Rodríguez, detenido el mismo día del
asesinato de su compañera.
La familia de Arcadia
Flores fue golpeada por la represión y la violencia. La figura de la joven se
convirtió en ejemplo para los grupos combatientes que contribuyó a organizar. Y
su nombre se multiplicó en las acciones de propaganda de los «Comandos Arcadia Flores» que –como
ella– lucharon por derrocar la dictadura.
El comienzo
de todo
Fidel Flores y Julia Pérez, los padres, se vinieron de
Antofagasta en la década del ’50 para formar en Santiago una típica familia de
clase media. Por definición, ambos eran apolíticos.
Arcadia nació en 1954, para completar «7a
pareja» con Julio, su hermano mayor. La niña estudió en las monjas de María
Auxiliadora, donde se destacó en obras sociales y trabajos voluntarios.
Una extensa familia los
acogía en Antofagasta. Arcadia ingresó a pedagogía en inglés en la Universidad
del Norte en 1973, pero luego se trasladó a periodismo de la Universidad de
Chile. Se vinculó al Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) al que ya
pertenecía su hermano Julio. El golpe la encuentra en Antofagasta, donde asumió
la tarea de ocultar a sus compañeros más buscados, mientras intentaban salir de
la zona.
Julio Flores Pérez, hermano de Arcadia, detenido-desaparecido por la dictadura militar |
Represión a
la familia
Los padres la reclamaron en Santiago, donde la vida familiar
no mostró alteraciones… hasta el 10 de enero de 1975. Ante unos padres
atónitos, la casa fue copada por agentes de la Dirección Nacional de
Inteligencia (DINA) encabezados por Osvaldo Romo. Buscaban a Julio, pero
mientras lo esperaban mantuvieron a la familia como rehén. Arcadia, con sus 20
años, quedó marcada para siempre por la rabia y la impotencia desde que se
llevaran a su hermano.
Detenidos
desaparecidos
En la búsqueda de Julio, conoció a Cecilia Radrigán, que
también buscaba a su hermano desaparecido y, más tarde, fue presa política
durante una década.
Cecilia Radrigán: «En muchas familias de detenidos
desaparecidos, la actividad política de los hijos era una sorpresa para los
padres: no entendían qué pasaba y estaban muy nerviosos. Arcadia, en cambio, se
mostraba serena y tranquila. Era una persona especial, muy expresiva.
Conversamos mucho y como las dos vivíamos en la zona sur de la ciudad, nos
fuimos juntas en la micro y de allí para adelante no nos separamos más».
Cecilia y Arcadia
organizaron en marzo de 1975 la Agrupación de Detenidos Desaparecidos. «Arcadia hacía todo muy alegre, con un gran
sentido del humor y muchas condiciones artísticas», relató. En julio de
1975 apareció en El Mercurio la lista de 119 detenidos desaparecidos “muertos” en Argentina, entre ellos,
Julio Flores Pérez y Anselmo Radrigán.
“Estaba claro que nuestros hermanos habían sido asesinados”; dijo Cecilia. «Sin decirnos palabras, nos abrazamos y
lloramos. Después hablamos de impulsar el camino armado para derrocar a la
dictadura. Pero antes había que ayudar a los demás familiares de la Agrupación
y denunciar lo ocurrido. Llegábamos muy temprano a la sede y estábamos hasta
tarde en la noche. No teníamos plata y muchas veces viajábamos en la pisadera
de las micros atestadas, bajándonos cuando se iban desocupando para tomar otra
llena, sin tener que pagar».
Combatiente
antidictadura
En 1976 las dos amigas se integraron a la estructura militar
del MIR, donde impulsaron acciones que denominaron de “propaganda armada”. Arcadia le inventó a sus padres que trabajaba
dictando clases en el sur. Alimentaba la historia con postales y cartas, para
no preocuparlos. Arcadia y Cecilia constituyeron uno de los primeros grupos de
combate. En esa época hicimos un pacto: «si
una de las dos moría antes, la otra se ocuparía de explicarles a los hijos por
qué habíamos optado por la revolución», recuerda Cecilia. «Su gran deseo era ser madre y cuando nació
mi hijo, en agosto de 1979, se convirtió en su madrina y segunda mamá. De
hecho, ella le eligió como nombre el seudónimo político de su hermano
desaparecido, Víctor».
Arcadia trabajó en
campañas de propaganda para romper la censura y llamar a la lucha. Colocó “bombas panfletarias” en lugares
públicos. Vivió sola, arrendando piezas en diversos barrios, hasta que en
diciembre de 1979, retomó clandestinamente contacto con Guillermo Rodríguez,
quien sería su pareja. Su contacto en Chile fue «La Negra».
Guillermo Rodríguez: «Era super serena, tranquila; vivía la
clandestinidad con alegría, casi como un juego. Ella me enseñó a moverme, a,
soltarme, a relajarme. Al principio yo me ponía tan tenso en la calle, que le
apretaba la mano hasta dejársela morada… Así como era juguetona, al mismo
tiempo era extremadamente rigurosa para trabajar. Era un cronómetro, Jamás
llegaba atrasada a un encuentro. No tenía gran formación teórica, pero estaba
profundamente convencida del proyecto político del MIR y era absolutamente
consecuente con eso».
Amor y lucha
Juntos arrendaron una “pieza amueblada con vista a la calle”
en Santa Petronila. Arcadia era “profesora”
y Guillermo, “dibujante técnico”.
La pareja, que salía todos
los días a sus «trabajos», compartía
con los vecinos, entre ellos un carabinero que arrendaba otra pieza. Participaron
en “acciones financieras” contra
bancos y Arcadia se reveló como una gran combatiente.
Guillermo Rodríguez: “En momentos en que la disyuntiva era
salvarse uno o rescatar a un compañero, Arcadia imponía la solidaridad: se
devolvía para cubrir a tiros el rescate del herido. Exigía la primera línea de
fuego y formó un grupo de mujeres que realizó operaciones sin hombres, entre
ellas el ataque a la escuela sindical de la dictadura, para denunciar el
asesinato de Tucapel Jiménez, el dirigente de la ANEF”.
Arcadia redactó y grabó
personalmente el mensaje transmitido por el grupo de propaganda que ocupó Radio Portales. Redactó también los
comunicados de las acciones armadas y se las arregló para distribuirlos a los
diarios y agencias informativas.
Su último día
El 16 de agosto de 1981, la pareja salió de Santa Petronila a
las seis de la mañana. Guillermo fue detenido en Puente Alto, estuvo
incomunicado durante tres meses y fue sometido a un consejo de guerra.
Sobrevivió a un envenenamiento y salió de la cárcel en 1991.
Cecilia Radrigán: «Esa mañana, Arcadia hizo temprano unos
contactos para pasar unas armas y luego, vino a mi casa. Hablamos harto, le
ayudé a lavarse el pelo y se fue como a, las diez y media. Quería ir a la
feria, comprar verduras para la semana y preparar almuerzo porque se juntaría
con Guillermo en casa. Quedamos de vernos a las siete de la tarde. Nunca más
volví a verla. La esperé, fui al lugar convenido para cuando nos perdíamos; no
apareció. Me enteré de lo ocurrido por el noticiero de televisión. Mostraron su
carnet de identidad y dijeron que murió en un enfrentamiento».
Cecilia Radrigán fue detenida dos meses después.
Los vecinos de Santa
Petronila recuerdan que el sector fue rodeado antes del mediodía. A la casa
ingresó un grupo de hombres armados, sintieron un tiroteo y vieron sacar el
cadáver de la «Joven profesora, morena buenamoza»,
según la versión policial: “Arcadia
Flores Pérez, 27 años, resistió el arresto con un revólver Smith & Wesson
38”.
Por expreso deseo de sus
padres, sus restos fueron sepultados en Antofagasta. La tumba familiar en que
descansan los tres, aguarda todavía los restos del hermano desaparecido.
HOMENAJE A ARCADIA
FLORES PÉREZ
Colectivo Acción Directa
CAD –Chile
Un espacio para la
discusión, el estudio y la unidad de los que construyen y luchan por el
socialismo en Chile
http://acciondirectachile.blogspot.mx/2016/02/arcadia-flores-murio-asesinada-y-no-por.html
Publicado el 26 de febrero de 2016
Publicado el 26 de febrero de 2016
(Palabras centrales entregadas por el Comité 119 en acto realizado
el 16 de Agosto de 2012, en calle Santa Petronila 644, en el frontis de la casa
donde fuera asesinada)
Hoy recordamos a nuestra querida compañera Arcadia Patricia
Flores Pérez, que conocimos a inicios de 1974 en el Comité Pro Paz, cuando
llegó junto a sus padres para denunciar la detención ilegal de su único hermano
Julio, Detenido-Desaparecido, fue parte de los familiares fundadores y
dirigente de la agrupación de Detenidos Desaparecidos.
Joven, menuda, de pelo
liso y ojos expresivos, dulce y alegre, valiente y decidida, estudiante de
Periodismo de la Universidad de Chile, que dejó sus estudios para concentrarse
en la búsqueda de su hermano Julio.
En esta búsqueda conoce a
otros familiares de la lista de los 119, montaje comunicacional llamado Operación Colombo, donde su hermano
aparece en esa lista.
Este tremendo hecho
gatilla a que se decida pasar a la clandestinidad como militante del Movimiento
de Izquierda Revolucionaria –MIR-, y así asumir otras tareas; debido a su gran
compromiso político y de clase con los pobres del campo y la ciudad.
Por testimonios de quienes
fueron sus compañeras y compañeros, tanto de las Milicias de la Resistencia
Popular y Estructura Militar. Que en la lucha junto al pueblo por el
derrocamiento de las dictadura militar Arcadia participa de diferentes
acciones, sin haber tenido ninguna preparación militar especial, se convirtió
en combatiente teniendo una destacada trayectoria, además, de su trabajo
político, incorporando militantes a la Resistencia Popular y construyendo redes
en el plano militar.
Es la segunda al mando de
un grupo operativo que participa directamente de diversas acciones, con el fin
de emplazar a la dictadura militar y a sus agentes represivos, como activa
combatiente participa de la captura de un camión de leches que fue repartido a
los pobladores de la Victoria y dentro de la política de recuperación de fondo
para organizar la resistencia, participa en el triple asalto bancario de calle
Santa Elena enfrentando a la represión y rompiendo sus cercos, como también el
del Banco El Faro de Apoquindo, el castigo a guardias azules y CNI del
Pedagógico de Santiago, el sabotaje a la Escuela Nacional Sindical, oficina de
control y delación montada por la CNI, y el sabotaje a grandes empresas
constructoras en el marco de la campaña “Si
no hay casa para pobres no habrá casas para ricos” y su llamado a la lucha
contra la dictadura que irrumpió en miles de hogares Chilenos a través de la
Radio Minería que fue tomada por las milicias populares con su voz enérgica y
potente envío un llamado a luchar contra la dictadura a comienzo de los años
80.
Hoy se cumplen 31 años en
que en éste lugar Santa Petronila 644, fue ejecutada por la brigada de
homicidios de la policía de investigaciones.
Sin lugar a duda la figura
de Arcadia se convirtió en ejemplo para los jóvenes milicianos y milicianas
combatientes que contribuyó a organizar y su nombre se multiplica en las
acciones de propaganda de los “Comandos
Arcadia Flores”.
HONOR Y GLORIA A
ARCADIA FLORES PEREZ y a tod@s los combatientes del pueblo.
“No habrá piedra ni mar que los
proteja ni guarida ni caverna perdonada”
(Canción de Karaxu)
¡NI OLVIDO NI PERDON:
VERDAD, JUSTICIA Y MEMORIA!
¡SÓLO LA LUCHA Y LA
UNIDAD NOS HARÁN LIBRES!
(por Comité 119)
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