Leonardo Boff
en Jalisco
Agencia SubVersiones
Por Tejido de comunicación
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Por David Flores Magón y
Carlos Mireles
Fotografía de portada de
Karen Lemus
27 mayo, 2016
Leonardo Boff, teólogo-filósofo y ecologista nacido en Brasil,
quien es referente de la Teología de la Liberación, estuvo la semana pasada en
Guadalajara, Jalisco, en la sede del Instituto Mexicano para el Desarrollo
Comunitario (IMDEC). En el encuentro se expusieron varias situaciones que
configuran la región occidente, en específico de los estados de Nayarit, Colima
y Jalisco; esos distintos casos van desde las madres que mantienen la búsqueda
por sus desaparecidas/os, comunidades que luchan contra megaproyectos de
diversa índole, así como organizaciones urbanas acechadas también por
megaproyectos. Al terminar el conversatorio, se le plantearon diversas
cuestiones: el impeachment en Brasil, el contexto que recién conocía de luchas
de la región, así como un punto en el que ha hecho hincapié desde hace tiempo,
el capitalismo y la vida plena en la Tierra (tanto para el ser humano como para
distintos seres) es incompatible y está llegando a un punto de no retorno.
Habla Leonardo Boff
Yo creo que México, como otros
países de América Latina, incluso mi país Brasil, vive una democracia de
bajísima intensidad, porque si medimos la democracia por los valores
fundamentales que son esenciales para la democracia, que son igualdad de todos
de cara a la ley, respeto a los derechos humanos, que es el intento de hacer
que todos estén involucrados y participen. Si medimos la democracia por esos
valores, ella parece más bien como falsa demorealidad, se tiene como
consecuencia que una democracia muy sin medios, crea y deje espacio para grupos
que buscan sus intereses económicos por medios no democráticos y no pacíficos.
¿Cuál es la relación
capitalismo-Madre Tierra?
Hasta ahora, con todos estos
siglos de combate al capitalismo, el socialismo surgió como una alternativa y
no resultó, y el capitalismo es dominante en todo el mundo, dominante no sólo
como modo de producción, que es individualista, es materialista, que es
solamente buscando la acumulación material mediante la competencia, sin ninguna
solidaridad y sin ninguna cooperación. Ese sistema ha encontrado sus límites, y
los límites son los límites de la tierra. Los bienes y servicios de la tierra
se están agotando, no son ya renovables, el capitalismo necesita territorios y
espacios para poder hacer sus inversiones y hacer sus ganancias, y eso ya no es
más dado en la Tierra; porque se ha ocupado 83% de todo el espacio de la
Tierra, ese 17% libres son las partes inhabitables, son los altos de las
montañas, son los interiores de los grandes bosques. El capitalismo encontró un
límite en la propia Tierra, porque la Tierra es un planeta pequeño, limitado,
con bienes y servicios escasos. No soporta un proyecto político-económico de
crecimiento ilimitado, no soporta, hay una contradicción; por eso más y más el
capitalismo se comporta anti-vida. Crea dos injusticias, una injusticia social,
dejando gran parte de la humanidad en la miseria y en la marginalidad, y una
injusticia ecológica, destruyendo ecosistemas, destruyendo biodiversidad,
deforestando grandes dimensiones del planeta y manipulando genéticamente el
secreto de la vida con los transgénicos.
Entonces yo creo que esa injusticia ecológica y social va a marcar
la imposibilidad de la reproducción de ese sistema, o él cambia o nosotros
cambiamos mejor, o entonces ese sistema puede llevar a la humanidad a una
crisis sin precedentes, con consecuencias dramáticas para el sistema-vida para
el sistema-Tierra.
¿Cuál es el papel de los pueblos originarios en esta crisis
civilizatoria?
Es consecuencia de una larga
historia, y a mi juicio eso solamente se va curando desde que se refuerza más y
más la ciudadanía, los grupos de base que forman las presiones, partidos con
raíces populares, grupos que luchan por derechos humanos, por defensa del
territorio con sus lugares sagrados que no pueden ser violados, mantener las
grandes tradiciones de la sabiduría de los pueblos originarios que son fuentes
de inspiración en la crisis global de la humanidad. Ellos nos están enseñando
como tratar la Tierra, como cuidar de los bienes y servicios. No me gusta la
palabra recursos, es muy capitalista, muy materialista, son bienes y servicios,
bondades de la naturaleza, ellos saben hacer eso, y han sabido llevar sus
culturas en equilibrio, son fuente de inspiración para nosotros y eso yo creo
tiene que entrar en una ciudadanía ecológica que viene desde abajo.
¿Cómo se explica el impeachment en Brasil y cuál es la lectura
geopolítica?
Yo creo que la crisis económica-política
de Brasil que ha desembocado en el impeachment de la presidenta Dilma Roussef,
es la reacción de los grupos más conservadores ligados a la macroeconomía
mundial, que nunca han aceptado que un sencillo obrero como Lula, podría llegar
a ser presidente de Brasil, nunca han aceptado las políticas públicas que en 13
años ha involucrado e incluido en la sociedad, a 36 millones de personas que
estaban totalmente excluidas pasando hambre y necesidad, que millones de
personas han tenido acceso al proyecto «Mi
casa Mi vida», que millones de personas han tenido acceso a la luz
eléctrica, y especialmente dos grandes proyectos de acceso a la universidad
para negros, para indígenas.
Todo eso es un escándalo
para la clase dominante, que es una de las más reaccionarias del mundo, y más
conservadoras, y que más acumulan en el mundo. Según el dato del Banco Mundial,
la clase del privilegio de Brasil, es la clase que más acumula a nivel mundial,
porque son 71,000 personas, controlan más o menos 80% de la economía, de las
finanzas, de la política. Eso implica una acumulación enorme de una parte y una
desigualdad inmensa de otra parte, que es injusticia social, y ahora se han
aprovechado de la crisis, que es de un contorno mundial, una crisis sistémica,
para volver al poder que habían perdido. Tiene un componente geopolítico que
hay que incluir en esa discusión, porque Brasil pertenece al BRIC, esa
articulación de países, China, India, Rusia, Brasil, que hace un contrapunto a
la hegemonía de Estados Unidos. Han creado un banco con cien mil millones de
dólares y los negocios que hacen los países, se hacen con las monedas de ellos
sin pasar por el dólar. Es la manera como Estados Unidos mantiene su hegemonía
en el mundo, primero es militar, con la capacidad de matar a todos, y la
segunda más efectiva que la otra, es imposible, controlar el sistema financiero
mundial vía dólar, el no permitir que se utilice otra moneda, entonces atacando
Brasil se quiere enfrentar a China, que es el gran contrapunto de la nueva
guerra fría que existe entre E.U. y China –aliada a Rusia– es impedir que se
fortalezca ese conglomerado.
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