José Adriano Anaya
Diario ContraPoder
cencoalt.blogspot.com
18 Mayo 2016
El secretario de educación Aurelio Nuño y la CNTE decidieron
que la madre de las batallas por la Reforma Educativa se definiera en el
territorio chiapaneco. En la que los costos políticos y sociales se van a vivir
en la entidad, por una postura intransigente del gobierno federal, que
convirtió en una razón de Estado la evaluación de los docentes.
Cuando el régimen político
decidió promover una política de reforma educativa, tenía dos propósitos
políticos: disminuir el liderazgo de la profra. Elba Esther Gordillo y quitar
de las manos del sindicato de maestros el control que ejercía sobre la función
educativa.
Esos dos propósitos fueron
compartidos por la mayoría de los especialistas de la educación, que
consideraban que el sindicato representaba un lastre para la mejora de la
educación.
Para justificar el golpe
al cacicazgo de Elba Esther Gordillo, se introdujo la idea de una Reforma
Educativa en la que la evaluación de los docentes y la recomposición del
programa de carrera magisterial, jugara un papel significativo en la mejora de
la educación. Hasta aquí, la propuesta no era mal vista y había coincidencia en
los propósitos, aunque voces se empezaron a manifestar que la reforma debía de
ser de gran calado.
El punto de quiebre y de
distanciamiento hacia la propuesta gubernamental, fue cuando se introdujo la
idea de la permanencia en el servicio. Aquí hubo un error de cálculo en los
hacedores de la reforma, en la que se tomó para la educación básica, un
criterio de la educación superior, como es el Reglamento de Ingreso de
Promoción y Permanencia del Personal Académico (RIPPPA), en la que se establece
el criterio de concurso de oposición para ingresar como profesores definitivos
en las instituciones de educación superior y en la que la promoción también
debiera de estar regulado a través de distintos tipos de evaluación.
Sobre la Permanencia, sólo
la Universidad Autónoma Metropolitana estableció un criterio, en la que se
ignora si sigue funcionando. En esa institución, los profesores temporales, que
cubren las ausencias de los profesores definitivos, sólo pueden presentarse
voluntariamente a tres concursos de oposición con miras a obtener una plaza
docente definitiva. Después de participar en las tres opciones y no ganar las
plazas en concurso, los profesores temporales ya no pueden ser contratados en
la institución.
Al incorporar la idea del
ingreso, promoción y permanencia de la educación superior a la educación
básica, los asesores de la reforma no calcularon las consecuencias que eso
tenía, en virtud que para la educación superior el criterio de la permanencia
no tiene efecto alguno.
Lo grave es que en
educación básica, la SEP en la reforma si le incorporó consecuencias: después
de tres evaluaciones no aprobadas, a los docentes se les cambia su adscripción
y pasan a desempeñar actividades administrativas.
Con esta decisión
desaparecieron las coincidencias. Unos señalaban que se pervirtió el papel de
la evaluación porque ella no persigue el premio o el castigo; otros hicieron
señalamientos en que se afectaban los derechos adquiridos y que se pretendía
aplicar con carácter retroactivo una ley de reciente creación; unos más vieron
en esta reforma un carácter restrictivo de derechos en la que poco se incide en
un programa de mejoras del logro educativo; y, muchos más vieron que la reforma
se redujo al control de los docentes y se dejaron de lado todos los otros
actores y situaciones que inciden en una mejora de la calidad educativa.
En este sentido, la
Reforma Educativa empezó a tener detractores, por insuficiente y por perversa,
y encontró en la CNTE, la reacción de rechazo más organizada. Con el cambio de responsable en la SEP,
Aurelio Nuño se propuso aplicar la evaluación de los docentes con el respaldo
de la Policía Federal Preventiva y el acto de educar lo convirtió en un asunto
policíaco, en la privan los palos, las piedras y los gases lacrimógenos.
Desafortunadamente Chiapas
se convirtió en el último bastión de defensa de la CNTE y Aurelio Nuño pretende
trascender como el secretario de educación que desapareció a esa organización
de la disidencia magisterial en el país, y para eso ha solicitado el respaldo
de 5 mil policías. Lo grave y peligroso para la entidad, es que en su locura,
Aurelio Nuño está empecinado en destruir a la CNTE y hace cálculos y amenazas
para orillar al gobierno del Estado a que ordene el desalojo de los maestros
del centro de Tuxtla.
Con esta actitud poco
cuerda del funcionario federal, Chiapas se encuentra en medio de un conflicto
de intereses y ambiciones en la que seguramente todos salimos perdiendo.
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