Estéreo Lluvia
Villa de Tututepec de
Melchor Ocampo, Oaxaca
Por Aldo Santiago, Elis
Monroy, Regina López y Romeo LopCam
Agencia SubVersiones
30 marzo, 2016
El presente texto forma parte
de una serie que aborda la situación de la radiodifusión comunitaria en el
estado de Oaxaca, a partir de la revisión de tres proyectos que se desarrollan
en la Costa Chica de dicha entidad. Quisimos acercarnos a éstos para conocer
sus historias y hablar de las problemáticas que enfrentan tanto en el contexto
local como nacional, con el objeto de aprender de ellos, pues como partidarios
de los medios libres y autónomos pensamos que estos tienen mucho que
enseñarnos. En cada uno procuramos encontrar afinidades que nos permitan
fortalecer nuestras propias formas de hacer comunicación, así como reconocer
nuestras diferencias.
Escucha
Estéreo lluvia a través de Internet, siguiendo éste enlace.
Yucu Dzaa, el Cerro del pájaro en lengua mixteca, es una comunidad conocida hoy
como Villa de Tututepec de Melchor Ocampo y se encuentra enclavada en la
accidentada geografía de la Sierra Madre del Sur que atraviesa Oaxaca. Entre
los siglos XII y XVI representó el centro político más consolidado de la zona
Mixteca, el cual nunca fue sometido al yugo azteca y resistió el embate de la
guerra colonial europea de 1522.
Será por herencia, aunado
al afán del rescate de su historia, que sus habitantes expresan con fervor el
gusto y la lucha por mantener sus identidades y que para concretar procesos de
organización han ocupado el aire —territorio velado por el mirar colonial—
donde se cobijan los pensamientos y las demandas de un pueblo, para que sus
palabras sean amplificadas mediante una radio que empapa del sentido colectivo
de hacer comunicación a diversas comunidades indígenas, negras y mestizas.
Llegamos a Tututepec
acompañados de un intenso sol que mantenía en resguardo a la población y entre
el clima de sosiego en el que jóvenes se refrescaban bajo la sombra de árboles
y juegos mecánicos que días antes acompañaban sus festividades. Fue en la plaza
del pueblo donde nos encontramos con Pedro, director de Estéreo Lluvia, quien
nos llevó a conocer el lugar desde donde se producen y transmiten los programas
que acompañan el cotidiano de 34 comunidades de la región.
Pedro nos contó que los
orígenes de Estéreo Lluvia se remontan a 1999 cuando grupos organizados de la
comunidad, impulsaron la idea de realizar radiodifusión comunitaria; comenzaron
entonces a participar en espacios de la radio indigenista XEJAM «La voz de la Costa Chica» en
Jamiltepec, e hicieron gestiones ante el otrora Instituto Nacional Indigenista
(INI) —hoy Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI)—
para instalar un centro de producción radiofónica. Fue en 2002 que lograron
instalar su propia cabina y se comenzó a transmitir por el 103.5 de FM.
La propuesta de Estéreo
Lluvia nace de los ideales de las personas que la integran, personas que
quieren el cambio. Para ello, promueven la participación activa de la
comunidad, impulsando que la misma exprese lo que siente, que diga si las cosas
están mal en el municipio y que pueda opinar sobre el manejo y cuidado de los
bienes comunes. Por ello sus locutores y locutoras manejan contenido para
cualquier edad. La única condición es no ofender a nadie. La gente participa
además de manera voluntaria en cuestiones técnicas y de operación.
Con el apoyo del
ayuntamiento, la radio operó dentro del mismo con el soporte de promotores
voluntarios y pese a que desde el inicio se gestionó el registro legal ante la
Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), recibieron negaciones
sistemáticas argumentando incapacidades técnicas y de insostenibilidad
económica de la estación. Ante ello, la comunidad de Tututepec promovió un
amparo legal ante la SCT con fundamento en la ley sobre derechos y cultura
indígena, misma que al ser rechazado ocasionó que se tomara la decisión de
iniciar transmisiones sin el aval oficial. Fue entonces que las agresiones
comenzaron.
En septiembre de 2003
ocurrió el primer intento de apagar la radiodifusora, cuando se presentó un
operativo armado en donde la SCT confiscó todo el equipo. Esto ocasionó que se
dejará de transmitir por un espacio de cuatro meses. La reacción del cobijo
comunitario motivó la participación ciudadana que impulsó al proyecto a
continuar tras un proceso de recuperación que en abril de 2004 permitió
reiniciar transmisiones. En aquel momento se constituyó legalmente un patronato
para cubrir los aspectos formales y a finales del mismo año se construyó un
edificio mediante un tequio, cuyo segundo piso se destinó a la radio y desde
donde actualmente transmite ininterrumpidamente durante 12 horas al día.
Los embates
gubernamentales continuaron. A la par de la violencia, las estrategias de
represión se hicieron manifiestas en la normatividad que regula el espacio
radioeléctrico, el cual somete a constantes presiones y negociaciones el
derecho de una comunidad a informar, más allá de ser informada. Además, durante
2006 y 2010, sólo en Guerrero y Oaxaca, se cerraron entre 60 y 80 estaciones
comunitarias usando argumentos sin sustento como el de que detrás de algunas
radios operaba el crimen organizado y la subversión. Recientemente ocurrieron
intentos de clausuras totalmente arbitrarios en radios de la zona de Tlaxiaco,
Oaxaca, implementados por un organismo que no tiene las facultades legales para
ello, esto es la Procuraduría General de la República (PGR).
Al respecto, Pedro nos
cuenta indignado:
Para el año de 2010 la estación se encuentra fuera de servicio
por un acuerdo del patronato y poblaciones debido principalmente a que se ponía
en riesgo la integridad de los jóvenes que ahí participaban; por la acción del
gobierno del estado que nuevamente organizó un operativo con más de 400
elementos armados en convoyes estatales para destruir la estación como si se
tratara de algún grupo de narcotraficantes altamente peligrosos. Aterrorizaron
al personal, secuestraron el equipo, destruyeron parte del inmueble y los
directivos fueron demandados y perseguidos por la policía judicial del estado,
acusados de robo a la nación por usar el espectro radioeléctrico.
Otra de las dificultades
se desarrolla desde el 2015, ya bajo los efectos de la reforma en materia de
telecomunicaciones, cuando el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT)
abrió un proceso para solicitar concesiones de radios comunitarias o indígenas.
Pese a que existieron reuniones a nivel estatal y talleres entre colectivos de
comunicación y radios comunitarias para reflexionar sobre los formatos, el
gobierno simuló una consulta y echó mano de obstáculos burocráticos que
entorpecen la adhesión de los tipos de radios que ya se encuentran operando con
la clasificación gubernamental, y por lo tanto con «derecho» a obtener una concesión.
Nos comparte Pedro:
Pero quiero aclarar que independientemente de eso Estéreo
Lluvia va a seguir funcionando haciendo valer el derecho de los pueblos. Los
pueblos necesitan un medio de comunicación propio donde no sea manipulado por
el gobierno y por eso es que Estéreo Lluvia está presente en el municipio de
Villa de Tututepec de Melchor Ocampo. Cuando nosotros solicitamos la concesión
de radio lo dimos a conocer al auditorio. El IFT nos pedía avales, ¿Quienes nos
avalan que realmente necesitan una radio? En un espacio de tres días a lo
mucho, nos llegaron 2 mil cartas; ese es nuestro aval, el auditorio que nos
está sintonizando, esa es la participación de la ciudadanía.
Como parte de las luchas
para defender el derecho a la libertad de expresión vulnerada con la reforma de
telecomunicaciones, miembros de organizaciones de radios comunitarias
presentaron una propuesta de lineamientos para la radio comunitaria en México
en la cual existen cinco criterios para acreditar a un proyecto comunitario:
participación ciudadana directa, convivencia social, equidad, igualdad de
género y pluralidad. Estos elementos existen en procesos comunicacionales en la
Costa Chica de Guerrero y Oaxaca desde inicios del siglo XXI como menciona
Giovana Gasparello en sus investigaciones sobre medios de comunicación de y
para los pueblos indígenas. Pese a cumplir con lo anterior, Pedro nos relata:
En Tututepec se nos ha negado ese derecho argumentando
problemáticas de toda clase sin tomar en cuenta que los pueblos deben ser
apoyados en su crecimiento, la libre expresión y en la defensa de sus
costumbres a la vez. Analizando la situación que vive el país podemos decir, si
un pueblo o un municipio tiene su medio de comunicación, ellos estarían
vertiendo la información, la realidad que están viviendo en su pueblo. Sin
embargo los monopolios de comunicación, ellos intentan verter información que a
los gobiernos les conviene.
Si bien, el acercamiento a
la CDI y al ayuntamiento local permitió obtener la infraestructura para operar,
quienes laboran en el día a día radialista saben que la vía para mantener vivo
el proyecto es la autogestión.
La radio tiene que ofrecer algo a la ciudadanía y yo creo que
eso es coordinación de los pueblos, por lo tanto estamos coordinando 11
comunidades a moverse a través de un deporte muy popular que es zumba. Hicimos
capacitación y ya están llevando sus grupos de 40, 50 mujeres que se están
moviendo al ritmo de la música y están sintonizando Estéreo Lluvia. La idea es
hacerlo en las 54 comunidades y a través de esto poder conformar un proyecto
que es prácticamente el que viene a sostener a la radio. Es el proyecto 5 mil,
tener 5 mil socios de la radio que estén aportando cinco pesos mensualmente.
Tututepec se encuentra en
una región amenazada por los megaproyectos hidroeléctricos, Paso de la Reina e
Ixtlayuca, que se piensan imponer para satisfacer la demanda de energía de las
concesiones mineras —hierro, oro y plata— que actualmente ocupan 20% de la
superficie de la cuenca del río Atoyac-Verde. Aunado a ello la promoción de
proyectos de infraestructura como la súper carretera que irá de Oaxaca a Puerto
Escondido y hacia los puertos de Lázaro Cárdenas y el estado de Chiapas, forma
parte del reacomodo de ocupación territorial por parte del capital en regiones
estratégicas como el Istmo de Tehuantepec y la costa de Chiapas al sureste de
México.
Durante las últimas
décadas en el mapa latinoamericano han resonado transformaciones desde pueblos
que defienden los territorios de la imagen y la palabra al apropiarse de las
herramientas tecnológicas con las cuales afianzan su autonomía y mantienen
creativa a la comunidad. En Oaxaca se ha
desarrollado una gran cantidad de procesos de comunicación comunitaria. Todas
estas experiencias muestran a los medios de comunicación como una herramienta
fundamental para fortalecer, potenciar y desarrollar los distintos aspectos de
la cultura, la justicia y la política en las comunidades. También presentan a los medios como una
ventana de los valores y de la importancia de la vida comunitaria, así como
vinculadores a otras realidades en el contexto de la libertad de expresión y el
derecho a la información.
Según reflexiones de Kiado
Cruz la rápida evolución tecnológica dinamiza el entorno en que el espectro
radioeléctrico tiende a convertirse en un recurso cada vez más importante en la
cual su gestión no se ha adaptado para aprovechar un bien común.
Los bienes comunes naturales son indispensables para nuestra
supervivencia, los bienes comunes sociales aseguran la cohesión social y los
bienes comunes culturales son requisito para nuestro desenvolvimiento
individual. Es tiempo que enfoquemos nuestro entusiasmo y nuestra creatividad,
nuestros medios y nuestros talentos en acrecimiento de la riqueza social. En
aras de este objetivo tenemos que cambiar las estructuras en la política, la
economía y la sociedad. Tenemos que entender la reserva del espectro como un
bien común, un territorio que se recrea en el espacio-tiempo, llegaremos a
tener en cuenta que el rol de los bienes comunes obliga a una reorientación
fundamental de la idea dominante de la propiedad.
En resumen, sus ideas
convergen con la práctica de quienes construyen Estéreo Lluvia pues saben que
la comunicación transita más allá de lo técnico, hacia lo político.
Yo creo que el espacio radioeléctrico es un bien común; como
tal he llegado a la conclusión de que al ser un bien común es de todos, no es de
unos cuantos, de modo que no se nos puede llamar ilegales, esa es nuestra
conclusión, si es de nosotros ¿Por qué somos ilegales? ¿Sólo porque el gobierno
lo dice o porque hay instituciones que lo regulan? Pero no somos ilegales…
estamos haciendo
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