Por La Voladora Radio.
Centro de Medios Libres
26 febrero, 2016
El caso de Jorge Emilio Esquivel Muñoz del colectivo auditorio
“Che Guevara” (Okupa Che), tiene el cariz
recurrente para justificar lo injustificable.
PRIMERO, el lenguaje utilizado para referirse a un secuestro,
legitima la violación a los derechos humanos. Violenta su derecho a la
presunción de inocencia, estigmatiza a la persona. “Levantón”, término que en automático justifica cualquier acto y
convierte a la víctima en responsable de su incierto destino. Pero a “levantón” se suma el de “anarquista”. Sólo recordemos el uso
descontextualizado y criminalizante que los medios han hecho sobre ello.
SEGUNDO, el tratamiento mediático muestra una de las formas viles a
la que se recurre en el periodismo. Mediatizar la imagen de la persona para
llevarla a la picota pública; para que los otros, “los correctos”, “los alumnos
que desean superarse”, “los bien
portados” lapiden desde la vacuidad al otro que no es ni piensa como ellos.
¿Por qué los medios han dado tanto espacio a la detención de Jorge?, ¿por qué
sacan tantas notas, si lo que menos importa, mejor dicho, menos vende es la
violación de derechos humanos; menos aún si se trata de un joven anarquista,
tan vilipendiados en estos tiempos?, ¿cuál es la pretensión escondida en ello?
TERCERO, justamente esta situación nos lleva a pensar, que el
secuestro y, posterior detención de Jorge Emilio es el parteaguas que necesita
la rectoría de la UNAM para justificar la entrada de la policía al territorio
autónomo de la universidad. Recuperar
el auditorio “Che Guevara” es uno de
los temas pendientes que han tenido los rectores, incluido el actual. ¿Acaso,
no es esta la mejor justificación para hacerlo?
Jorge Emilio fue
secuestrado por hombres armados, sin mediar palabra alguna, sin ninguna orden
que justificara tan terrible acto. La imputación de narcomenudeo pende de nada
en un país donde a cualquiera, a usted, a mí, en cualquier momento pueden
fabricarnos delitos y sembrarnos pruebas con la anuencia de una sociedad
frenética. Una sociedad capaz de justificar lo injustificable.
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