Asamblea de Feminismo Comunitario en México (Ponencia ante el 1er Encuentro Nacional por la Indignación)
Erika Enríquez Espinosa
Vocería Tejido Ciudad de
México
Asamblea de Feminismo
Comunitario en México
1er Encuentro
Nacional por la Indignación
5 y 6 febrero 2016
En el 1er Encuentro Nacional por la Indignación, La
Asamblea de Feminismo Comunitario en México, presentamos la ponencia "Nombrando al sistema de las
opresiones, construcciones desde la memoria larga de las mujeres de los
pueblos, resistencias y propuestas" con la que se puso en discusión la
enfrenta desde las organizaciones de los pueblos al sistema patriarcal.
Así mismo, defendimos en
la mesa dos, Plataforma Nacional de Lucha, que la humanidad está constituida
por hombres, mujeres y personas intersexuales y así quedó registrada.
Desde las luchas de las
mujeres, el resultado más importante, no ha sido el pronunciamiento en contra
de los feminicidios, hoy consideramos como un hecho histórico que se haya
asentado en esta plataforma que "los
feminicidios es el resultado de la violencia estructural patriarcal que se
materializa en la muerte con odio hacia las mujeres como una forma de expresión
extrema de un Estado y sociedad machista" que hace un llamado
importante a las organizaciones y comunidades a luchar en contra del
patriarcado desde la responsabilidad y compromiso político con la mitad de cada
pueblo que somos las mujeres, el punto se aprobó y quedó asentado como parte de
las plataforma… ¡Alegría!
Para la Asamblea del
Feminismo Comunitario en México, este espacio ha sido una oportunidad de
diálogo y de escucharnos a través de los mandatos de cada uno de nuestros
tejidos en la región y seguir construyendo un feminismo útil para los pueblos
desde el movimiento orgánico que somos en Abya Yala (Latinoamérica y el
Caribe). Sabemos que apenas hemos regado la semilla y queda mucho por hacer,
tan solo es un comienzo desde nuestra memoria larga, un trazo del camino que
vamos construyendo con nuestro hacer, un comienzo desde nuestro tiempo de la
tejeduría, un poner el cuerpo en el terreno de las palabras, luchar por los
espacios y construirlos desde el movimiento.
Agradecemos a las
compañeras Erika Cruz e Hilda Hernández madres-padres y esposas de nuestros 43
compañeros detenidos-desaparecidos por el Estado, por su coordinación de la
mesa en la que participamos y por el apoyo a la inclusión de nuestra palabra y
propuesta en la Plataforma Nacional de Lucha. Queremos reconocer que este
movimiento nos convoca porque como lucha de nuestros pueblos nos fortalece y
nos nutre, seguiremos con ustedes hasta encontrarlos y ver hecha realidad
nuestros sueños como pueblo.
¡Feminismo
Comunitario... feminismo de los pueblos!
¡Las mujeres
somos la mitad de cada pueblo, el pueblo no es sin las mujeres!
¡Hasta
la comunidad, siempre... con dignidad!
¡Desde los
pueblos... despatriarcalización, descolonización, desneoliberalización... ya y
urgente!
1er
ENCUENTRO NACIONAL DE LA INDIGNACIÓN EN MÉXICO
PONENCIA: NOMBRANDO AL
SISTEMA DE LAS OPRESIONES, CONSTRUCCIONES DESDE LA MEMORIA LARGA DE LAS MUJERES
DE LOS PUEBLOS, RESISTENCIAS Y PROPUESTAS.
Erika Enríquez Espinosa
Vocería Tejido Ciudad de
México
Con el permiso de nuestras ancestras, de
nuestras abuelas, de nuestras hermanas compañeras feministas comunitarias de
Abya Yala (América Latina y el Caribe). Con el permiso de las madres y de los
padres de nuestros 43 hermanos y compañeros desaparecidos, de los
sobrevivientes de esa noche en Iguala y en la memoria de los 3 compañeros
asesinados por el Estado. Con el permiso de las mujeres de nuestros pueblos.
Saludamos a todas las organizaciones, a los sindicatos, a las colectivas y
colectivos aquí presentes en el 1er Encuentro Nacional de la
Dignidad, agradecemos a este espacio por convocarnos a la palabra y a la
organización desde abajo a la izquierda.
Nosotras
las que hoy nos nombramos feministas comunitarias no lo hacemos por protagonismo,
no representamos a ninguna institución de gobierno neoliberal, ni una ONG, no
competimos con ninguna otra organización feminista o de mujeres, dialogamos,
construimos, reclamamos nuestro territorio cuerpo, nuestro territorio de lucha,
somos políticamente mujeres, políticamente indígenas, políticamente de los
pueblos, políticamente feministas comunitarias.
Compañeras,
compañeros, lo que nosotras venimos a compartir con ustedes es un pensamiento y
una palabra sencilla para entender y nombrar al sistema de las opresiones
porque vemos que con frecuencia éste se recicla y se repatria con nuevas
fuerzas en nuestras propias organizaciones, movimientos de lucha y
resistencias.
¿Qué
estamos entendiendo por el sistema, cómo lo estamos nombrando las mujeres
feministas comunitarias?
Para
nosotras, antes que el sistema capitalista (como hasta ahora solo se ha
nombrado), ya existía un sistema de injusticias que es el sistema patriarcal, a
éste nosotras lo nombramos como el sistema de todas las opresiones, todas las
explotaciones, todas las violencias y discriminación que vive la humanidad
(mujeres, hombres y personas intersexuales) y la naturaleza, históricamente
construida sobre el cuerpo sexuado de las mujeres (Adriana y Julieta, 2014).
Entonces
el sistema patriarcal se ha ido fortaleciendo con la creación del capitalismo,
en donde las mujeres fuimos la primera moneda de cambio cuando de manera
milenaria se nos han relegado solo al
trabajo reproductor, en
primera instancia, como máquinas para tener hijos e hijas
que pudiera ser fuerza de trabajo y de acumulación, de esta forma nos
despojaron de nuestro cuerpos, dejaron de ser nuestros para convertirse en las fábricas
biológicas de la reproducción humana, así mismo, este sistema patriarcal
milenario nos relegó al trabajo doméstico, sin derecho a un salario, sin un
mínimo reconocimiento de nuestra fuerza de trabajo, que hasta nuestros días
sigue sosteniendo toda economía y sigue siendo la base de la acumulación y de
la explotación del hombre por el hombre, del hombre sobre la naturaleza, del
hombre sobre la mujer.
Pero
el sistema patriarcal tiene otros instrumentos, además del capitalismo se
compone del colonialismo como una forma hegemónica de dominación hacia los
pueblos, de invasión de territorio, una penetración, una violación a la
interculturalidad y a las diversas formas de vida y de organización social que
ya existían en estos territorios y que hoy sigue imponiéndose con el racismo,
con una sola lengua para podernos comunicar, en una sola forma de pensar el
mundo, que le llaman “filosofía”, en
una sola forma de gobierno que conocemos como “democracia”, en una sola forma de hacer y de construir el mundo
que es desde la mirada de los hombres, la mirada masculina, de esa forma
nosotras vemos y sentimos en estos cuerpos de mujeres, que el primer territorio
conquistado fue el cuerpo de las mujeres, el primer territorio violado y
penetrado fue el de las mujeres y eso nadie lo ha manifestado, nadie lo ha
denunciado, hoy ese hecho se sigue ignorando cuando volteamos los ojos para no
ver los más de siete feminicidios que a diario se cometen en este país.
Desde
esa mirada patriarcal, también se viola y se penetra a la naturaleza ¿Díganme
ustedes si la megaminería no es una penetración y violación a la Madre Tierra,
si la tala de bosques no es un desmembramiento de sus partes, díganme que la
contaminación del agua y la explotación de sus ríos no es un desangre, qué cosa
es el fracking, qué es entonces si no
es una penetración y una violación para la explotación y usufructo de unos
cuantos? Una explotación que se sigue justificando en un desarrollo económico y tecnológico
que no nos alcanza, que no deja de ser suficiente, queremos más y más, ¿hasta
dónde, hasta dónde se le va explotar y ultrajar a la naturaleza?
Entonces,
así como lo miramos, el sistema patriarcal, se organiza de tal manera que le va
dando privilegios a unos sobre los otros/as y sobre esas base se construye su
estructura, y por eso es jerárquico, sin embargo, dentro de esas jerarquías
vamos viendo que no es cierto que todos los hombres son iguales, que entre
hombres también hay diferencias que son de clase y de raza, mientras que entre
los hombres y las mujeres las diferencias son de sexo, clase y raza, y claro
que hay subordinación y sometimiento, pero digamos que más o menos entre
hombres comparten los mismo privilegios, de ser jefes del Estado, como ser jefes
de familia, de que su trabajo sea reconocido y remunerado con un salario, de
que son dueños de sus territorios cuerpos, son los dueños de los títulos de
propiedad y la tenencia de la tierra, concesiones a cambio del sometimiento de
las mujeres y la naturaleza.
Ahora
bien, con todo y esto que les tratamos de explicar, nosotras reconocemos que
dentro del sistema de las opresiones, que es el patriarcado, ustedes son
nuestros compañeros de vida, compañeros de lucha, son nuestros hermanos y no
los vemos como un patriarca, porque el patriarca es el que concentra todos los
privilegios a base de las subordinación y la explotación de otros seres
humanos, mujeres y la naturaleza, pero lo que sí vemos en ustedes compañeros,
son conductas machistas, aún y con todo
que están en la lucha con el pueblo.
Son
machistas cuándo piensan que nosotras les pertenecemos, cuando nos criminalizan
desde su moral machista que somos putas,
que si nos matan a las mujeres con odio y saña es porque nos lo merecíamos por
andar de noche, son machistas cuando dicen que nosotras provocamos las
violaciones por la forma en que nos vestimos, son machistas cuando no nos dejan
participar a la par de la asamblea y nos arrebatan la palabra, cuando dudan de
que lo que les estamos diciendo y señalan que es mentira o que es menos
importante, cuando nos ponen todos los obstáculos para poder estar luchando,
que si ya terminamos el quehacer de nuestra casa, que si ya tenemos bien
atendidos a las familia y a los hijos… y ustedes ¿cuándo, cuándo compañeros van
a cumplir con esas tareas?, ¿cuándo van a luchar para que las mujeres tengamos
un salario por el trabajo de la casa, de la crianza y cuidado que hacemos?, ¿cuándo
ustedes se van a pronunciar por los feminicidios, cuándo se van a pronunciar por la trata de mujeres,
niñas y niños?, ¿cuándo es que van renunciar a sus privilegios y van a dejar de
ser cómplices de este sistema que está acabando con la vida, con las mujeres?, ¿cuándo
es que le vamos a cumplir nuestros niños y niñas que estamos haciendo un mundo
mejor para ellos y para ellas, cuándo compañeros y compañeras?
Reconociendo
que ustedes como hombres también sufren y son oprimidos por este sistema,
aclamamos que la lucha de las mujeres no puede ser una lucha solo para nosotras
y por eso es que es importante que entiendan nuestro posicionamiento, que lo
apoyen y también enfrenten al patriarcado, porque si no, no vamos a vencer a
ningún sistema, por el contrario, éste se va hacer más fuerte y de ese modo nos
va a seguir golpeando. ¡La violencia hacia las mujeres no es un asunto solo de
las mujeres, es un asunto de nuestros pueblos y por eso es que para nosotras no
hay una lucha más importante que la otra, ni una lucha está antes que la otra,
tiene que ser a la par, desde los pueblos y si no, no será!
Desde
esta palabra, convocamos a las mujeres a que nuestra liberación va a liberar a
toda la humanidad. Nosotras decimos las mujeres somos la mitad de cada pueblo,
la mitad de cada comunidad, la mitad de todo. El pueblo no es sin las mujeres,
la revolución no será sin las mujeres. Frente a un sistema de muerte que es el
patriarcado, solo nos queda pronunciarnos desde la vida.
Si
nuestras organizaciones, si nuestros pueblos, si nuestras comunidades en lucha
y resistencia no reconocen al patriarcado como el origen de todas las
opresiones, entonces no estamos haciendo una lucha para la humanidad, solo
estamos haciendo una lucha para la mitad de la humanidad que siguen siendo los
hombres… ¿y las mujeres qué, dónde quedamos las mujeres?
Desde
esa memoria larga, hacemos la propuesta a la construcción de la comunidad, la
comunidad que somos como un cuerpo que camina, mitad hombres, mitad mujeres y
en medio personas intersexuales, una comunidad con confianza política, con
paridad política, de frente al patriarcado, capitalista, neoliberal,
colonialista.
Por
eso es que insistimos en que, parte de los posicionamientos y como resultado de
este encuentro tiene que haber un compromiso político, para llevar a cabo la
despatriarcalización de nuestros territorios, un compromiso político desde
nuestras organizaciones en defensa de la vida que son nuestros/as jóvenes,
nuestros/niño/as, nuestros abuelas/as, nuestras mujeres, nuestros hombres, como
un solo cuerpo, todos y todas como un solo cuerpo, desde nuestros pueblos…
frente al patriarcado – capitalista – neoliberal – colonial – racista.
FeminismoComunitario…
Feminismo de los Pueblos.
¡Hasta la comunidad
siempre… con dignidad!
Ciudad de México, 5 y 6 de
febrero de 2016.
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